Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Esta laguna es la gran desaparecida, la que existe o no existe, pero que allí está y no desaparecida.

Indicaremos que  La Taza  ha tenido sus momentos de gloria y sus momentos de olvido, pero que ha tenido una cierta influencia en el conjunto de las lagunas de Ruidera de tal manera que podemos considerar que ha influido en al menos otras cuatro lagunas.

Esta pequeña laguna que en tiempos anteriores fue considerada como un “charcón” tiene una dimensión de 55 metros por 76 metros en sus zonas más anchas y una superficie de 3250 metros cuadrados en la situación actual, aunque su superficie real anterior al proceso llevado a cabo era de 6.700 metros cuadrados. Dispone de un pequeño emisario que proviene de la Laguna San Pedro que, dependiendo del caudal, puede entrar agua y desembocar en la Laguna La Redondilla o, por el contrario, permanecer sin agua largas temporadas. La distancia de la laguna San Pedro a La Taza es de 300 metros.

Hoy en día la taza se encuentra bordeada de una plantación de chopos por su parte anterior y a su cara opuesta un camping turístico: “Los Batanes”. No obstante esta laguna en primaveras lluviosas sigue comportándose como tal y, por lo tanto, debemos considerar que siegue siendo una laguna más del conjunto lagunar de Ruidera.

Consultando informaciones y datos, la historia de esta laguna es singular. En el siglo XIX la comunicación de ambas lagunas: la San Pedro con la Taza se encontraba asegurada por un recorrido natural que fue derivado, seguramente a principios del siglo XX,  ya que este enlace se vio bifurcado una primera vez por un ramal para suministrar agua al Molino denominad de Hiniesta que llevaba el agua a la laguna La Lengua. Pero además se realizó otra sangría por la apertura de una compuerta para suministrar agua a la Central Eléctrica de Santa Elena, con lo cual la Taza fue perdiendo su nítida entrada a la Redondilla y perdiendo humedad y caudal, aunque esta laguna es muy llana y de escasa profundidad.

Por estas razones su vegetación casi está limitada por juncos y carrizos, hoy casi ahogados por la agresividad invasiva de las plantaciones de chopos y por la eficiente labor que realiza el factor humano por su agresiva afectación a estas zonas.

Como hemos indicado las plantas más frecuentes y abundantes son los juncos y los carrizos, ya estudiados en otras lagunas.

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