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Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Repasando algunos libros, artículos y lecturas sobre la Historia de la Iglesia en general, he encontrado algunas curiosas informaciones que evidencian el extraordinario proceso de esta institución a lo largo de los años.

Si alguna ha tenido siempre mala fama o, al menos, la más estudiada y criticada ha sido la Inquisición Española, como ejemplo de la rigidez de su funcionamiento y de los continuos castigos recibidos por los herejes, mucha veces con evidente intención y en otras ocasiones con razonamientos y datos concretos.

Como es frecuente en España, no sabemos por qué, pero siempre nos adjudican críticas que en realidad son tan exageradas como desmedidas, aunque siempre somos los culpables y actores de todo.

Bien es cierto que la Inquisición Española tuvo unas peculiaridades que la hizo ser diferente de otras. Entre ellas su duración: unos trescientos cincuenta años—desde la expulsión de los judíos hasta el reinado de Fernando VII (1492-1834) y, según algunos historiadores y críticos, fue extremadamente severa para los supuestos herejes, mientras que para otros actuó con cierta lenidad. Otra segunda particularidad era su compleja y estricta estructura organizativa y de funcionamiento. Tener en cuenta que la Inquisición no disponía de poder sobre los judíos puros, pero sí contra los conversos y los calificados como herejes que actuaban como contrarios a la religión.

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Debemos resaltar, para quitar dudas, que España sin lugar a ninguna duda no fue el primer país que organizó la institución.

Los verdaderos orígenes de esta institución data de muchos años antes, casi trescientos años antes de la instauración en España y los primeros protagonistas fueron los italianos y los franceses.

No podemos olvidar la lucha que mantuvo la Iglesia en Francia contra la herejía de los cátaros o albigenses, los llamados perfectos, que si bien sus ideas religiosas fueron evidentemente muy contrarias al sentir católico, fueron combatidos y perseguidos hasta su total extinción en Montségur, sin olvidar que también intervinieron en esta verdadera persecución tropas españolas. Ya en 1235 el papa Gregorio IX nombró el primer Inquisidor General en Francia.

En otros países, con mayor o menor duración o con poco o mucho rigor, la Inquisición estuvo funcionando. Así en Alemania e Italia ya existía en 1238. También se instauró en Hungría y Bohemia, aunque con menor intensidad.

Debemos reseñar y considerar su funcionamiento, aunque breve, en Inglaterra especialmente enfocada contra los templarios hacia el siglo XIV, haciendo la salvedad en que, sin estar instituida, ya en tiempo de los cátaros el rey Enrique II emprendió una cruzada contra la herejía albigense.

Conviene recordar que la Inquisición no estuvo instituida, o mejor dicho en funcionamiento, en todas las regiones españolas, como por ejemplo Castilla, hasta la fecha de expulsión de los judíos provocada por diversos acontecimientos, de los que muchos fueron inventados y otros reales como el caso de El santo niño de La Guardia.

Hacer mención al hecho que los Jueces de la Inquisición no tenían poder sobre todos los habitantes y únicamente lo hacían sobre los bautizados (judíos viejos y conversos), respetando los de otras religiones, ya que evidentemente no podían considerarse como herejes.

Por último, indicar que en los tiempos actuales, podemos llamarlo como queramos, pero hoy en día una buena parte de la sociedad considera que la religión católica pueda ser la perseguida, por lo que es necesario estudiar en profundidad lo que fue nuestra Inquisición para saber valorar los hechos y estructura de la misma.

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