En plena recolección de la uva las estimaciones y la valoración de la cosecha puede definirse como buena en general, aunque es cierto que esta apreciación tiene sus matices.
Empecemos diciendo que la campaña se ha presentado con pocos alicientes de humedad, pues las precipitaciones han sido escasas y las pocas lluvias caídas no han sido tampoco en los momentos más favorables, lo que ha incidido en la cosecha actual. Pero no han sido únicamente la merma de la cosecha con relación a la campaña pasada el único motivo.
En principio es lógico pensar que la excelente cosecha del 2018 ha influido en las cepas, así, como antes hemos dicho, la escasa precipitación, pero hemos de añadir que la calidad de la cosecha es buena o muy buena para todas las variedades tanto las tempranas, como las tardías.
También hay que tener en cuenta que no todos los viñedos se riegan y quedan muchas plantaciones de secano que han sufrido notablemente la merma en su producción, como también algunas zonas y/o parajes donde el descenso del nivel freático del acuífero no han permitido a todos los agricultores aportar la humedad necesaria para mantener la cosecha que las cepas llevaban en su carga. Todos estos hechos se han hecho notar en el descenso de la cosecha, aunque ya era de esperar, porque las plantas ya indicaron después de la cierna lo que se esperaba y que se ha visto confirmado.
Tampoco podemos reseñar grandes incidencias en las plagas y/o enfermedades del viñedo, pues el estado sanitario de las plantaciones ha sido el normal de otros años y casi generalizadas, y como endémicas, las acostumbradas apariciones de ataques de araña y de la endémica “cenicilla”, sin que por suerte hayamos podido apreciar ningún ataque importante de podredumbre o de mildiu, dado que no han tenido condiciones favorables para desarrollarse.
Aunque se habla de cifras del 20 al 30 por ciento de menor producción cuando la comparación se hace con la anterior campaña, podemos decir que la cosecha prevista podemos considerarla como normal en un año normal, sirva la repetición.
El tiempo de vendimia ha sido bueno hasta la llegada de la “gota fría” que nos tiene a todos pendientes y que hasta el día de hoy no está influyendo negativamente en la producción, aunque sí posiblemente en el alargamiento de la duración la vendimia, que esperemos se finalice con normalidad.
Por lo tanto podemos afirmar que las uvas están entrando en las cooperativas en buen estado y con una buena graduación, lo que nos permite asegurar que la calidad de los caldos que se obtengan en esta campaña serán muy buenos y permitirán unas elaboraciones normales.
