Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Esta inolvidable zarzuela se encuentra entre las más destacadas, populares y representadas del grupo que podíamos llamar como costumbrista y, por supuesto, ambientada totalmente en la vida cotidiana de una población agrícola dedicada a este cultivo.

La ficha de esta pieza está integrada por dos actos con tres escenas en cada acto, con música del manchego Jacinto Guerrero y letra de Federico Romero Sarachaga y Guillermo Fernández Shaw y se estrenó en el teatro Caderón de Madrid el 14 de marzo de 1930, en la época de máximo apogeo de este género, teniendo un enorme éxito.

Cooperativa virgen de las Viñas de Tomelloso

Argumento

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La acción transcurre en una localidad manchega y podíamos resumirla por los amores entre un pobre labrador enamorado de Catalina, que trabaja en la hacienda de su ama, llamada Sagrario, que por su parte también se encuentra enamorada de Juan Pedro, que es el nombre del labrador. Juan Pedro confiesa su amor por Catalina y pide permiso a Sagrario, que lo acepta a condición de que se vaya de la hacienda. Para evitar problemas termina abandonando el pueblo. Moniquito, es otro personaje que está enamorado de Catalina y que, al final, termina aceptándolo. A su regreso inicia sus amores con Sagrario, haciéndose pasar por ser hijo de un anciano rico que ha perdido la mente, pero Sagrario, que ya lo sabe, no le importa la mentira y, sin darle importancia, termina casándose con Juan Pedro.

Curiosidades

Canciones inolvidables

Son muchas y prácticamente todas se encuentran en las mentes de las personas que son aficionadas.

Comenzamos por la seguidilla manchega que inicia la obra en el primer acto: “Aunque soy de La Mancha, no mancho a nadie”. Otra estupenda canción es la de “El sembrador”, conocidísima y de una excelente partitura. Otra canción es la que se produce por la ronda de los enamorados: ”Hoy es sábado y no quiero dormir en la quintería” y el primer acto termina con otra preciosa canción: ”La rosa del azafrán es una flor arrogante”.

El segundo acto se llena de otras canciones, pero quizá una de las escenas mejor conseguida es cuando el viudo Carracuca intenta encontrar esposa, que está llena de humor y sátira acompañada por el coro de pretendientas. También destaca la canción de Catalina: ”Esta mañana muy tempranico salí del pueblo con el atillo” y otra gran canción es la jota de: “Bisturí, bisturí, se quería casar”.

Esta obra ha sido casi acaparada por la población de La Solana, que durante 35 años lleva realizando su Semana de la Zarzuela en la que siempre se representa esta obra de forma institucionalizada y que parece ha quedado ligada a la planta del azafrán cultivada, de gran prestigio, además de una calidad excepcional. No menos importante y dedicada a este cultivo es la Fiesta de la Rosa del Azafrán, dedicado a este cultivo en Consuegra que va por su 56 edición y que ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, aunque existen también otras poblaciones de Castilla- La Mancha donde se cultiva esta planta, no en balde existe una Denominación de Origen “Azafrán de La Mancha”, y que por nombrar algunas podemos mencionar: Madridejos, la pedanía de Santa Ana en Albacete, que también lleva celebrando durante treinta años el Festival de la Rosa del Azafrán y otras más.

Curioso es que uno de los libretistas fuera Federico Moreno Sarachaga, que, aunque nacido en Oviedo, tenía raíces manchegas, concretamente de La Solana, donde ha sido nombrado hijo predilecto de la ciudad.

Para mayor información añadimos que la planta del Azafrán la introdujeron los árabes en la época del Califato de Córdoba y que se utiliza como especia por sus filamentos de la flor.

La obra escrita más importante se debe a un membrillato, fallecido en La Solana, sacerdote, con el nombre de Juan Alfonso López de la Osa que escribió: “Cultivo del azafrán, horno de poya (1), gañanes”, editado en La Solana, obteniendo un premio de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

(1) Hornos de poya era el lugar donde se horneaba el pan y otros productos y la palabra poya significaba el pago que se hacía por el trabajo del horno que se podía realizar en especie, en dinero o a trueque.

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