Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Bandolero es una palabra que se refiere a aquellas personas que renuncian a su vida habitual para  dedicarse a otras actividades  delictivas, siempre entendidas como forma de vida y que se entiende vive en lugares escondidos y lejos de los lugares habitados.

Aunque la imagen que se nos ha proporcionado ha sido siempre hasta cierto punto simpática para la mayoría de los ciudadanos, la realidad es que los bandoleros eran verdaderos malhechores, sin entrar a plantear lo que se ha escrito sobre ellos y se ha idealizado con la idea de ser defensores de los pobres, aunque bien es cierto que la mayoría procedían de familias humildes, pero realmente hay que huir de la idea del Curro Jiménez que se nos ha hecho creer en los programas de televisión o en otro tipo de novelas.

Cooperativa virgen de las Viñas de Tomelloso

Los bandoleros siempre han existido, pero la época de mayor proliferación sucedió en el siglo XIX, como consecuencia de varias situaciones de crisis en España: invasión francesa, reinado de FernandoVII, carlistas y que perduró hasta 1931 con la muerte del último bandolero. Las zonas de mayor bandolerismo cabe situarlas en Andalucía, Extremadura y Castilla La Nueva.

Mejor conectados - Telefónica

La lista de bandoleros reconocida es innumerable y se conocen situaciones de todo tipo, pero en general, su estrategia era la misma: robos, asaltos y pillaje en general.

Reuniendo información me he encontrado con la biografía de un personaje del siglo XIX, que reconozco desconocía, o al menos, no había parecido oír nombrar nunca. Si es cierto que en aquella época de convulsión política y militar existieron, mejor dicho, proliferaron numerosos bandoleros, como personajes que se echaron al monte, con complicidad, con labradores y pastores, , que conozco por referencias y otros, pero nunca de este personaje.

Enamorado de las cuevas y dando vueltas por internet en reportajes y datos me encontré la información de la vida de este llamado bandolero.

Además localicé una publicación de un escritor de Villafranca de los Caballeros, Constancio Chacón Velasco que publicó un libro sobre este personaje titulado.”Castrolas, el bandolero de los montes de Toledo” y que aconsejo su lectura.

Este futuro bandolero nació en Villarrubia de los Ojos en 1851. Su nombre era Isidoro Juárez Navarro.

A los 19 años ya cometió su primera fechoría robando aceite, por lo que fue condenado a dos años de cárcel. Le coincidió con la incorporación a filas para el servicio militar y fue destinado a África. Se inventó varias historias para no acudir, pero no le prestaron mayor veracidad y le enviaron a su destino en Ceuta, pero se apañó para fugarse y, para evitar la justicia, se refugió en el monte en el año 1873 y a partir de ese momento vivió siempre escondido en numerosos refugios en el monte de la comarca entre Urda, Madridejos, Villarubia de los Ojos y Puerto Lápice. Se mantenía a base de robos y especulaba con el ganado lanar, conociendo a un tal Manuel, ”El Mamón” que era un pastor y le pidió que para ingresar en su clan le pidiera una prueba de fuego y Castrola mató a uno de los bandoleros con la navaja. En una segunda ocasión asesinó al mismo Manuel “El mamón” porque le advirtió que dejara de acercarse a una mujer y le pegó un tiro. Siguió cometiendo diversas fechorías, regresando siempre al monte, aunque siempre acudía a los pueblos aunque fuera a escondidas y se la conoce que tuvo relaciones con una mujer de la que tuvo hijos y que la autoridad metió en la cárcel para intentar conseguir capturar al bandido.. Tenía varios compañeros de hazañas que le ayudaban y le protegían contra la Guardia Civil y por otro lado grupo de bandoleros que intentaban asesinarle, ya que se ofrecía recompensa por su captura, habiéndose puesto precio.

Cometió numerosos asaltos y robos  en todos lugares para poder supervivir y se hizo famoso y conocido durante ocho años por tener una zona restringida para sus fechorías. Era una persona peligrosa, después de haber asesinado a dos personas, especialmente con las que no se amoldaban a su estilo.

Tuvo muchos colaboradores, con las que mantuvo bastantes problemas, por lo que incluso sus propios compañeros bandoleros le persiguieron.

Por último sus días acabaron cuando se escondió en una cueva natural  de la Sierra de Madridejos, cerca de la Ermita del Hierro en la sierra del mismo nombre. Allí  en la cueva se emborrachó con sus propios compañeros, que aprovecharon para asesinarle y uno de sellos, parece ser que llamado “El tuerto” le cortó las orejas para poder demostrar que había sido él y así poder cobrar la recompensa. Murió a los 30 años y su cuerpo apareció colgado boca abajo en las rejas que rodean al cristo de Urda.

Es popular desde entonces la expresión “Pareces Castrola” asignada a la persona desaliñada y mal vestida de lo que era particularmente representante el bandolero.

.