Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Como premisa principal se hace imprescindible hacer una reseña cronológica extensa del proceso llevado a cabo desde las primeras construcciones hasta las últimas existentes.

Es cierto que no tenemos datos exactos y contrastables de cuándo se iniciaron la construcción de las primeras cuevas, ni hemos encontrado documentación al respecto toda vez que no se necesitaba ninguna autorización previa ni cualquier trámite administrativo para su construcción. Por lo tanto, los datos que vamos a reseñar corresponden a las referencias de conversaciones recogidas de los propios propietarios y de algunas otras aportaciones encontradas en las numerosas publicaciones de personas y escritores de prestigio en sus libros editados, donde, de una manera indirecta, se incluyen datos  que acompañaremos como posibles aclaraciones al tema de las cuevas.

Cooperativa virgen de las Viñas de Tomelloso

En cuanto a los motivos y razones que condujeron a este proceso en la decisión tomada por los viticultores de construcción de cuevas,  parecen más evidentes y más confirmadas y que en este primer artículo vamos a intentar explicar.

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 En el periodo anterior a la segunda mitad del siglo XIX la viticultura en Tomelloso disponía de una relativa importancia y era un cultivo definitivamente asentado en la población, aunque todavía el cereal y el carbón eran predominantes en las actividades cotidianas de los pobladores. Posiblemente las primeras viñas se plantaron a finales del siglo XVIII y prosiguió hasta la época de mayor periodo de plantaciones que fue hacia después de los primeros años treinta del siglo XIX, pues ya a mitad de siglo se contabilizaban tres alambiques. El producto final, la uva, se comercializaba a través de compradores de otras zonas (Valdepeñas, Manzanares, Argamasilla de Alba, Socuéllamos), e incluso con transporte a poblaciones más lejanas, lo que suponía unas distancia que agravaban la recolección y la posterior venta de producto, por lo que los desplazamientos de carros y carreros con sus respectivos fudres y transcurrir por caminos de tierra prácticamente intransitables se hacían con verdaderas penalidades. Además habría que incluir la lógica desconfianza del viticultor en la apreciación de los precios y la valoración que realizaban los compradores. Si a esta situación añadimos una época en que las plantaciones de viñedo de gran parte de Europa y de muchas zonas de España fueron prácticamente arrasadas por la aparición de la temible plaga de la filoxera, mientras que en nuestra región los daños apenas revistieron importancia, indujo a una masificación de las plantaciones que se hicieron extensivas hasta final del siglo XIX, con un consiguiente incremento de precios y obligó al agricultor a necesitar su propia fuente de almacenamiento, consiguiendo un fuente de financiación propia.

Fundamentalmente fueron estas tres razones las que incidieron en que el viticultor buscara otro método más seguro, que además disminuía costes y ocupaba menos espacio. En los años posteriores, antes de finalizar el siglo, este  repunte en la construcción, por las causas explicadas anteriormente, hizo incrementar la exportación de caldos no solamente a Francia, sino también a ciertas zonas  de España afectadas por los ataques de  filoxera, como fue Andalucía.

Es cierto que en Tomelloso ya existían excavaciones  en el subsuelo, aunque eran pequeñas perforaciones que se utilizaban para conservación de alimentos, conservas y otros. Seguramente la previa existencia de estas pequeñas cuevas fueron las que originaron la idea de poder excavar en mayor profundidad y en mayor longitud para guardar allí la cosecha de uvas previa transformación en mosto.

Podemos resumir que la decisión final del viticultor de cambiar de sistema de producción y comercialización estaban basados principalmente en  aspectos de mejorar las condiciones de trabajo y evitar la dependencia de los compradores, así como ahorro en tiempos y en economía, mejorando indudablemente sus aspectos sociales y fundamentalmente un progreso en el aspecto comercial, que puede asegurarse, y así lo estimamos, que fue una solución de verdadero empresario.

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