Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Aunque la representación de zarzuelas de entorno manchego no ha sido de las más frecuentadas hay que reconocer que  tampoco de las que menos han aparecido en las distintas obras y canciones del extenso repertorio de zarzuelas que se compusieron. Resulta interesante resaltar que nuestro folklore sí ha sido utilizado en distintas composiciones con asiduidad introducidas en las zarzuelas. Nos referimos a nuestras conocidas y explotadas “Seguidillas manchegas” que se han incluido en las partituras de gran número de obras y que demuestran que el ritmo de nuestras piezas de folklore han resultado como cartas de la baraja cuando los autores han querido introducir ambiente de alegría y festejo. Juntamente con las jotas, puede decirse que estos dos formatos han sido de los más utilizados cuando se ha querido dar ritmo y movilidad a las obras.

Podemos encontrar varias de estas canciones de zarzuelas de gran éxito y de piezas de seguidillas de bastante popularidad y es sorprendente que ha sido un gran recurso para muchos compositores, generalmente con buena fortuna, pues las piezas resultantes han tenido un aplauso favorable por parte de los aficionados y profesionales.

Ya hemos comentado en los anteriores artículos publicados las seguidillas propias de las zarzuelas de ámbito manchego en “La rosa del azafrán” con la canción: “Aunque soy de la Mancha, no mancho a nadie” y en “El huésped del sevillano” con su seguidilla popular final.

Pero no solamente aparecen en estas dos obras, sino, como hemos dicho, en otras zarzuelas que también se han musicalizado.

Comenzaremos por las seguidillas manchegas de la zarzuela “El barberillo de Lavapiés”, de Francisco Asenjo Barbieri, con letra de Luis Mariano de Larra,  de gran movimiento, ambientada en el castizo Madrid y con letra muy movida en las seguidillas: “En el templo de Marte vive Cupido”, comienza la canción.

Podemos añadir unas canciones de la obra de otro estilo, como: el cuarteto de “El sombrero hasta las cejas” , otra como: el terceto: ”Este es el sitio”, sin olvidarnos de la también buena composición en las caleseras de Lavapiés con la letra: ”En entrando una maja”.

Esta zarzuela fue una de las de mayor popularidad y profusión ha tenido a lo largo del tiempo. La obra se divide en tres actos y hablada y expresada en verso. Fue estrenada el 19 de diciembre de 1874 en el teatro de la Zarzuela de Madrid y en su composición el libretista intentó diferenciar de alguna manera a otra Zarzuela como “Pan y toros” y por otra pare trató de parodiar  a la obra italiana de ” El barbero de Sevilla” de Rossini.

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