Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
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Este 20 de junio, Día Mundial de las Personas Refugiadas, queremos compartir nuestra extrema preocupación ante el rumbo que finalmente se ha impuesto en la UE para dar por finalizada la mayor crisis humanitaria vivida en lo que llevamos de siglo. Después de aplacar la exigencia ciudadana de no mantenerse indiferente, la prioridad de los Estados de la UEno ha sido otra que hacer todo lo posible para bloquear la llegada de personas refugiadas e inmigrantes. Los acuerdos con Turquía, Libia, Marruecos o los países del Sahel han servido aese objetivo: hacer más difícil para refugiados/as y migrantes llegar a Europa.

Paralelamente se ha extendido por todo el continente, también por España, un discurso que llega a cuestionar incluso la vigencia de los derechos humanos, un mensaje de odio y de xenofobia que se arma de mentiras, prejuicios y estereotipos, pero que desgraciadamente va calando en una parte de la población. La profusión de desinformación y mensajes estigmatizantes en redes sociales y otros medios han contribuido a normalizar un discurso xenófobo y racista que deshumaniza a las víctimas y nos hace indiferentes ante la tragedia de miles de personas que sólo buscan un lugar seguro dónde poner a salvo su vida.

Aunque fueraincreíble hace solo unos años, en lugar de poner todos los medios posibles paraevitar más muertes en el Mediterráneo, con más de 2.200 personas muertas o desaparecidas en el último año, se ha optado por dificultar hasta el extremo las labores de salvamento marítimo, invisibilizando y deshumanizando a las personas refugiadas y la dramática situación por la que pasan.

En España sólo 1 de cada 4 personas consigue protección internacional, pese a que la situación mundial hace que el número de personas que buscan refugio continúe aumentando y mientras que las vías legales y seguras no sólo no se habilitan, sino que se dificultan cada día más. En apenas 3 años el número de solicitudes llegadas a nuestro país casi se ha triplicado lo que provoca que el número de personas que están a la espera de su resolución aumente proporcionalmente.

Ante esta situación desde Accem hacemos un llamamiento a la responsabilidad de todos los actores sociales y a la propia ciudadanía para que no apartemos la mirada y no contribuyamos a la difusión de desinformación que deshumaniza generando indiferencia cuando no odio. Es urgente poner fin a esta crisis y esta situación.

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