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Cuadernos Manchegos
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Unos doscientos vecinos –el menor, de 2 años y los mayores, de 84- de las localidades de Villalba de la Sierra, Portilla y Zarzuela, tres pequeños pueblos ubicados a las puertas del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, se han concentrado hoy en Toledo para protestar por la instalación de macrogranjas porcinas en el territorio impulsadas principalmente por Icpor Soria, sociedad perteneciente al matadero Incarlopsa (Tarancón), primer suministrador de carne de Mercadona.

El Ministerio de Agricultura ha publicado los datos de la cabaña porcina en España y, entre las preocupantes cifras, se encuentra el dato de que en nuestro país hay ya más cerdos que personas (50 millones frente a 46,5 millones), una noticia de la que hoy mismo se ha hecho eco incluso la prensa internacional.

Las protestas en la capital regional han sido convocadas por la Plataforma ciudadana Serranía Limpia y Viva, que cuenta ya con más de cuatrocientos integrantes, y que hoy ha contado con el apoyo de vecinos de Cardenete y Priego.

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La Plataforma Serranía Limpia y Viva está denunciando ante la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha los graves riesgos que corre esta comarca de alto valor medioambiental por el vertido de excrementos, los purines, un residuo altamente contaminante de acuíferos, aire y tierra. Solo la macrogranja de 3.085 cerdas reproductoras proyectada a 1,4 Km del casco urbano de Zarzuela consumirá 44.000 m3 de agua y genera 17.469 m3 de excrementos al año.

El proyecto, publicado en la web de la JCCM, no incluye ninguna planta de tratamiento sino una balsa de recogida de purines y una relación de más de 500 hectáreas de parcelas agrícolas donde esparcirlos, sin contar con el permiso de sus propietarios, quienes han presentado alegaciones en contra y muchos de ellos se han manifestado hoy en Toledo.

La promesa todavía incumplida del consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, de aprobar un nuevo decreto por el que las explotaciones porcinas tendrán que estar como mínimo a 2 Kilómetros de distancia de los núcleos urbanos no es suficiente ni tampoco el centro de debate, por mucho que el resto de comunidades autónomas, y todavía hoy también Castilla-La Mancha, tengan la distancia establecida en 1 Kilómetro. Y tampoco lo es que la “patata caliente” se la pasen a los pequeños ayuntamientos, a los que los dirigentes políticos responsabilizan de estas instalaciones.

El centro del problema -además del insostenible modelo industrial “macro-globalizador”, el ataque al desarrollo rural comarcal impulsado desde la Unión Europea y la puesta en peligro de la ganadería extensiva y los puestos de trabajo de las pequeñas empresas locales y familiares- es la emisión, gestión, control y eliminación de los millones de metros cúbicos de purines que la gran mayoría de proyectos despachan esparciéndolos en tierras de cultivo, y que la propia Junta de Comunidades ha reconocido que no puede garantizar el control del vertido del mismo, a la vez que ha impulsado legislación y convocatoria de subvenciones beneficiosas para esta industria.

La gravedad medioambiental del problema es de tal calibre que, a la publicación de los datos del Ministerio de Agricultura que muestran que en España el número de puercos supera al de habitantes, se suma el hecho de que España ha vulnerado de nuevo el límite de emisión de amoniaco debido principalmente a las macrogranjas de cerdos, según ha publicado también la prensa nacional en el mes de julio.

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La Plataforma Serranía Limpia y Viva anima a los pueblos de Cuenca afectados por este problema a unirse y trabajar con la Plataforma provincial Pueblos Vivos para defender el valioso medio natural de la provincia y apoyar los modelos de desarrollo más adecuados para la protección del territorio.  

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