Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

En esencia al argumento de este entremés es la pelea amorosa de dos personajes, un soldado y un sacristán, por conseguir el amor de una sirvienta llamada Cristinica, en la que al final la sirvienta toma decisión por casarse con el sacristán, a lo que el amo asiente y el soldado asume.

Lo curioso de la trama estriba en que el soldado hace guardia, nunca mejor dicho, ante la puerta de la casa donde vive la Cristinica y en la que van apareciendo sucesivamente distintos personajes todos encargados o con el motivo de hablar con la sirvienta. El soldado intenta evitar por todos los medios posibles que eso ocurra, no sin antes mantener una serie de palabras con el sacristán, y ahí Cervantes con gran habilidad decide hacer desistir a los distintos visitantes de los únicos medios que se conocen humanamente con que se puede hacer convencer a cualquier intruso para que no consiga sus objetivos.

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+++ A un primer mozo que suele pedir limosna para el aceite de una lámpara en la casa de Cristinica y que siempre le dan algún dinero, le convence evitar la visita  ofreciéndole dinero.

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*** A un segundo mozo que vende tranzaderas, randas(encajes) e hilo de coser le convence amenazándole con golpearle.

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*** Al zapaterito que lleva el encargo de entregarle unos zapatos a Cristinica le convence con trueque por otra cosa y promesa de engaño.

Como se puede comprobar los sistemas más antiguos y que siguen teniendo efectividad en los tiempos modernos.

Como frases curiosas resaltamos:

A la pregunta hecha al sacristán de cómo enamora a la Cristinica, éste contesta:

“… dársela con mis campanas, y tanto, que tengo enfadada a toda la vecindad con el continuo ruido que con ellas hago, solo por darle contento y porque sepa que estoy en la torre”.

También resultan curiosas las ofrendas que hacen ambos pretendientes para convencer de su amor a la Cristinica;

El sotosacristán contesta: “Dile unas de estas cajas de carne de membrillo, muy grande, llena de cercenaduras de hostias,  blancas  como la misma nieve, y de añadidura cuatro cabos de velas de ceras, asimismo blancas como un armiño”.

El soldado por su parte contesta de esta manera: “Suspiros, lágrimas, sollozos, parasismo, desmayo, con toda la caterva de demostraciones necesarias que para descubrir su pasión los buenos enamorados usan y deben usar en todo tiempo y razón”

¿Se imaginan conseguir estos objetivos, es decir, el amor de una mujer en el siglo XXI?

Al finalizar se escriben dos estribillos de canción en la que el soldado hace sus razonamientos y de igual forma contesta el sacristán. Estos versillos merecen la pena leerlos y donde se escribe un estribillo repetido:

Que, donde hay fuerza de hecho

se pierde cualquier derecho

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