Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Los vecinos y vecinas de Villacañas tienen la oportunidad de conocer la vida y los innumerables logros de las 29 mujeres que el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha ha reunido en una magnífica exposición que descubre el legado que todas ellas nos dejaron.

La muestra “Mujeres referentes de Castilla-La Mancha” recoge, en grandes paneles, la historia de 29 mujeres castellanomanchegas. Mujeres silenciadas e invisibilizadas a lo largo de la historia, muchas de ellas de Castilla-La Mancha y entre las que destaca la Tía Sandalia, natural de Villacañas, y cuya aportación cultural el Gobierno regional ha querido recuperar.

La coordinadora del Centro de la Mujer, Amparo Fernández, ha acompañado a la concejala de Igualdad, Irene Rivera, en el acto de acogida de esta exposición itinerante que llega a nuestra localidad y con la que el Gobierno regional pone en valor a veintinueve mujeres castellanomanchegas que con su trabajo, esfuerzo e inteligencia han contribuido al desarrollo de nuestra tierra.

Según Irene Rivera, recuperar la figura de estas mujeres y darlas a conocer es una cuestión de justicia y nuestro compromiso es seguir visibilizando a mujeres, sus legados, así como de crear referentes para nuestras niñas y jóvenes.

Mujeres referentes de Castilla-La Mancha

Pintoras, nobles, mecenas, maestras, políticas, empresarias, periodistas, escritoras, princesas, filósofas, científicas, matemáticas, poetas, catedráticas o actrices de Castilla-La Mancha son las protagonistas recogidas por la ilustradora Coco Escribano y cuya muestra se desplaza por diversas localidades de la región.

Desde el Gobierno regional se sigue apostando por visibilizar a las mujeres de nuestra tierra y dar a conocer sus aportaciones y, también, crear referentes para las niñas y las jóvenes de la provincia de Toledo y de la región.

Sobre la Tía Sandalia

Catalina Sandalia Simón nació, vivió y murió en Villacañas (1902-1987). Mujer fuerte de carácter, cuerpo y alma y escaso nivel económico. Aunque no sabía leer gozaba de una inmejorable memoria siendo una incomprendida en la época que le tocó vivir.

Dedicó su vida a plasmar en formas y colores la religiosidad que la animaba, no encontrando mejor sitio para hacerlo que las paredes y las habitaciones de su casa. Yeso, cal, pinturas al temple, cartón, telas, alambre, ramas... cualquier material era la excusa adecuada para formar su museo particular y poder enseñar a sus hijos, y a todo el que se acercara, aquella “Historia Sagrada” robada durante la Guerra.

Villacañas

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