Los asesinatos son siempre actos que para las personas suponen verdaderos hechos increíbles y de difícil comprensión, pero no todos son de igual grado de perversidad. Algunos cruzan los límites de lo humano, de tal forma que ni los más inhumanos asesinatos puedan ser comprendidos con tan espectaculares procedimientos.
EL CRIMEN DE GÁDOR
La narración de estos hechos no deja de ser una horrible descripción de actos humanos que no pueden tener otra calificación que de horrorosos, salvajes e incomprensibles.
Anticipar que Gádor es una localidad del valle de Andarax a 15 kilómetros de la capital, Almería, actualmente con unos 3.000 habitantes.
¿Cómo fueron los hechos?
El secuestro y asesinato de un niño de siete años en la localidad de Gádor, provincia de Almería.
¿Cuándo se produjeron?
El 28 de junio del año 1910.
¿Quiénes fueron los personajes?
Los involucrado en el asesinato:
… Francisco Ortega Rodríguez, “El Moruno”, de 55 años.
… Antonia López Delgado, la mujer de Francisco Ortega.
… Agustina Rodríguez González, curandera.
… Francisco Leona, barbero, viudo, de 75 años.
… Pedro Hernández Cruz, marido de Agustina.
... Julio Hernández Rodríguez “El Tonto “y José, hijos de Agustina.
… Elena Amate Molina, esposa de José.
La víctima:
… Bernardo González Parra, muchacho de siete años.
¿Cuál era la situación de cada uno de los personajes?
.. Francisco Ortega, “El Moruno”, se encontraba enfermo de tuberculosis y además era una persona fumadora en exceso con delicada situación médica, de profesión agricultor.
… Agustina Rodríguez, se dedicaba a realizar actos de curandería y vivía en un pequeño cortijo de las afueras de Gádor, un pueblo de unos ochocientos habitantes.
… Francisco Leona, barbero de profesión, pero que también ejercía de curandero y se suponía que amante de Agustina. Fue el que fomentó la forma de curar la tuberculosis a Francisco Ortega, mediante la aplicación de la grasa del cuerpo de un niño y beber su sangre y que fue el que produjo los daños y muerte del niño.
… Pedro Hernández, como marido de Agustina.
... Julio, “El Tonto”, que participó en la búsqueda de un niño y José, que también participó en el crimen del muchacho.
… Elena, esposa de José que, sin intervenir, era conocedora y estuvo presente en los hechos.
… Bernardo, era un joven de siete años, natural del barrio de la Fuente, en Rioja, era hijo de un matrimonio de agricultores formado por Francisco González Siles, de 43 años y María Parra Cazorla, de 40 años, menor de cinco hermanos, que vivían en una cueva a unos 3 kilómetros de Gádor y que casualmente fue encontrado en el campo y secuestrado para la prueba de la sanación de la enfermedad de Francisco Ortega.
¿Cómo sucedieron los hechos?
La mujer de Francisco Ortega, cansada de la continua tos de su marido, decidió llevarle a una curandera, en este caso a Agustina Rodríguez que, con previos tratamientos, no consiguió su objetivo, por lo que a su vez desvió la visita a Francisco Leona que, a cambio de 3.000 reales, les explicó que la solución consistía en que su marido debía beber sangre de un niño y untarse el cuerpo con la grasa caliente del muchacho.
Y así fue que el mismo Leona y Julio, “El Tonto”- éste bajo el precio de 10 duros-, buscaron al acecho a la posible víctima encontrándose con Bernardo González, un muchacho de siete años que había salido con su madre de la cueva donde vivían para acompañarla a lavar la ropa y correteaba y jugaba con otros amigos mientras su madre estaba lavando y que, reprendido por su padre, le remitió a su casa a cortar leña y tuvo que volver a su casa a la que nunca llegó.
Conociendo la noticia de su desaparición, todo el pueblo se dispuso a buscar al niño sin resultado alguno.
Al niño lo habían metido en un saco, adormeciéndolo con un pañuelo impregnado de cloroformo y lo llevaron a un lugar que Agustina ya tenía preparado en el Cortijo de San Patricio en Araoz y a continuación avisaron a “El Moruno” comunicándole que ya tenían a la víctima allí. Leona le hizo al muchacho, estando en vida, una raja con el cuchillo en la axila del brazo, para que pudiera vivir de su sangre, cosa que hizo El Moruno mezclado con azúcar y posteriormente le llevaron a Las Pocicas y allí le reventaron el cráneo con una piedra.
Le sacaron grasa del cuerpo y parte del estómago y confeccionaron una especie de compresa que aplicaron al pecho de Francisco Ortega que se marchó rápidamente a su casa para que el efecto de la manteca le hiciera más efecto.
El cuerpo del niño fue enterrado en una grieta, cubierto de piedras y hierbas en el llamado barranco de Jalbo, que fue llevado expresamente por Agustina y sus dos hijos.
La detención de los delincuentes
A la hora de repartir los 3.000 reales hubo una discusión entre Julio” El Tonto” y Francisco Leona, en el que este último quiso estafar a Julio que había quedado defraudado por no haberle pagado las 50 pesetas que le habían prometido y dándose cuenta de la intención, Julio se dirigió a la Guardia Civil y declaró que había visto el cuerpo de un niño cuando estaba persiguiendo a una perdiz.
La Guardia Civil se presentó en el lugar donde estaba enterrado el niño. Enseguida se sospechó de Francisco Leona y lo detuvieron, pues ya se tenía conocimiento de haber cometido delitos anteriormente y también a Julio “El Tonto”. En el careo realizado durante las declaraciones se echaron la culpa uno al otro, hasta que finalmente terminaron de declarar la verdad de los hechos.
Fueron detenidos todos los participantes en los actos en espera del juicio.
Juicio y penitencia.
Constituido el juicio con sus correspondientes abogados defensores y fiscales, que había causado gran expectación en aquellas fechas por los horrores del asesinato al muchacho, se propusieron ocho penas de muerte para: Leona; Moreno y su mujer; Agustina y su esposo;” El Tonto”; José y su mujer, que produjeron la siguiente sentencia el día 11 de agosto de 1910:
… Francisco Leona fue condenado a garrote vil, pero falleció en la cárcel envenenado.
... Francisco Ortega y Agustina también condenados a ser ejecutados.
… José, el otro hijo de Agustina, a 17 años de prisión, pero posteriormente amnistiado por la Republica.
… La mujer de José, Elena fue absuelta y
… Julio, “El tonto”, fue condenado a muerte, pero posteriormente indultado por demente a cadena perpetua.
Ejecución
… Ortega y Agustina fueron ejecutados el 10 de septiembre del año 1913, mientras que el curandero Leona murió en la cárcel.
REPERCUSIÓN POSTERIOR
… Aparte del macabro hecho de barbarie a un niño y sacarle las entrañas, es que además hay que añadir que el muchacho estaba vivo durante todo el proceso llevado a cabo y que, finalmente después de sacarle las entrañas, tuvieron que matarle con golpes en la cabeza, puesto que antes de enterrarlo su cuerpo aún se movía.
… Se explica que, cuando al muchacho le hicieron la primera herida, no quisieran matarlo definitivamente porque estando vivo las heridas producidas sangraban con más abundancia.
… Como prueba definitiva popular y antes del juicio, se desenterró el cuerpo del muchacho y fue presentado en la Plaza Pública, obligando a Leona a pasar por encima del cadáver, cosa que no se atrevió, lo que en opinión popular quedó sentenciado.
... La repercusión de este terrible asesinato tuvo un impacto incluso a nivel internacional y existen referencias consultadas en diversas informaciones como los encontrados en la Revista PORQUE; en la revista de Sociedad de Estudios Almerienses en 1911; en Mundo Gráfico; en el periódico ABC en artículo del 19/11/2017; en La Razón, en artículo de Milagros Soler Cervantes en la página Cultura Andalucía; El vampiro de Gádor en 1928; un cómic de Manuel Ramírez Doucel el 12/7/2010; en el año 2011 “El crimen de Gádor y la tuberculosis”, novela digital de Carlos Maza Gómez; Ideal de Almería en 29/11/2020 de Diego Callejón; Artículo en La Fuentecica el 4/1/2012, que incluye una poesía sobre el hecho; El Diario de Almería; La Voz de Almería.
… La expresión con que se asusta a los niños “… que viene el hombre del saco”, procede de este asesinato.
