Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
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La sectorial de Cereales y Oleaginosas de ASAJA se ha reunido hoy en Madrid para analizar la evolución de la campaña de cultivos herbáceos 2020-2021 y pronostica una cosecha en la media de los últimos años. Los productores aprovechan, además, para pedir medidas que den solución a los principales problemas que sufre el sector.  

Ya han entrado las cosechadoras en la zona sur de España y se pone de manifiesto una cosecha con rendimientos a la baja debido a la falta de precipitaciones a partir del mes de marzo. Se ha constatado unos meses de marzo y abril de los más secos de los últimos 60 años, en ésta zona. Sin embargo, para las zonas centro y norte del país, aún es pronto para avanzar resultados ya que quedan unas seis semanas para que se generalice la cosecha y las producciones finales dependerán de las condiciones climatológicas en este intervalo de tiempo.

En lo relativos a la provincia de Ciudad Real las expectativas para este año 2021 es de una cosecha media, inferior a la del año 2020 que estuvo por encima de la media de los últimos diez años. Según las comarcas, las previsiones pueden variar. Los cultivos de cereales y leguminosas más destacados en la provincia son la cebada, avena, trigo blando y guisantes. Aún queda el último tramo del año antes de la cosecha, que comenzará la primera semana de junio y, esperando que el tiempo acompañe, desde ASAJA se recomienda a todos los agricultores que aseguren sus cosechas ante las adversidades climatológicas que pudieran ocasionar desastres de última hora, como el pedrisco.

Con independencia de las cifras finales de producción, la sectorial de ASAJA ha hecho hincapié en la necesidad de dar solución a una serie de problemas que afectan a los productores cerealistas y que tienen que ver con la prohibición de quema de restos de cosecha; los daños producidos por la fauna cinegética; la falta de reciprocidad en las importaciones de cereales y la volatilidad de los precios.

Respecto al problema generado por la prohibición de la quema de los restos de cosecha, los agricultores piden sensibilidad a nuestros políticos ya que esta práctica es una herramienta con la que siempre ha contado el agricultor y que le ha facilitado el control de plagas y malas hierbas. Un año más, se ha demostrado que la eficacia de las materias activas que van quedando en el mercado cada vez es menor, por lo que la quema resulta cada vez más necesaria y constituye una herramienta útil para el agricultor.

En cuanto a los daños por fauna cinegética, se constata que los cierres perimetrales derivados de la pandemia, que han impedido una caza controlada de estos animales, han tenido como consecuencia la proliferación de estas poblaciones, causando muchos daños en los cultivos. En este sentido, ASAJA pide que los agricultores sean compensados por parte de la Administración para paliar las mermas de cosecha.

Otra de las conclusiones de esta sectorial tiene que ver con las importaciones de cereal. Desde ASAJA se reclama que se incrementen los controles en frontera y se exija reciprocidad a aquellos productos procedentes de terceros países, ya que éstos, en muchas ocasiones, no cumplen con las exigencias que se imponen a las producciones europeas. Las reglas del juego tienen que ser iguales para todos productores.

Por último y ante el sorprendente aumento de las cotizaciones y la volatilidad de los precios en los mercados internacionales y mercados de futuros, la sectorial de ASAJA quiere dejar constancia que estos movimientos en el mercado obedecen fundamentalmente a prácticas especulativas y que los agricultores no se han beneficiado de estos precios, ya que las cosechas estaban vendidas con anterioridad.

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