Los precios de las uvas en la comarca de Tomelloso

A lo largo del tiempo los precios  recibidos por los agricultores han venido modificándose por las necesidades del mercado en función de la propia economía de la oferta y la demanda. En años de escasez de producto o de falta de existencias, así como las previsiones de la cosecha esperada hacen que los mecanismos de mercado planteen a los compradores un estudio de su economía y de las perspectivas de mercado que afectan lógicamente a los precios que pueden  estar dispuestos a pagar al agricultor.

 En el caso de Castilla- La Mancha en los tiempos en que las variedades eran prácticamente dos y donde en el mercado resultaba de igual manera muy limitada en cuanto a la expansión de los vinos, especialmente al limitado volumen de vino embotellados, se producía que los precios estuvieran en manos de los compradores y donde la presión de los agricultores a la hora de aproximar, ni tan siquiera proponer precios era nula.

Con posterioridad las agrupaciones, las cooperativas  y los nuevos destinos de los productos obtenidos, así como  la diversidad existente como  alcoholes, vinagres, mostos y derivados, provocaron una disminución de vinos de consumo en el mercado y una nueva estrategia de compra, dirigida ya a los grandes productores y abandonando los pequeños productores de vino sus costumbres de elaboración en pequeños volúmenes de poco interés comerciales por problemas de gastos inducidos que no compensaban.

Es indudable que las expectativas de cosecha para cada campaña siempre ha sido una de las principales causas de las distintas cotizaciones en los precios ofertados  a los agricultores productores y en nuestro caso de Tomelloso lo hemos podido constatar, porque la influencia de las heladas, de la sequía o de las buenas precipitaciones, así como la aparición en mayor o menor intensidad de plagas y enfermedades afecta esencialmente la mecanismo de mercado de cada campaña vitícola.

En Tomelloso y en Castilla-La Mancha, hasta la aparición hace relativamente pocos años de la introducción de nuevas variedades, nuestra viticultura estaba basada en dos variedades fundamentales: Airén y Cencibel, aunque en pequeña proporción existían otras variedades como:  Cirial, Chelva, Gordal y Malvar entre las variedades blancas y en las tintas: Tinto Velasco, Monastrell, y Tinto de la Pámpana Blanca entre otras, que en nuestra región no había representado entre todas más del 10 por ciento con relación al total de Airén y Cencibel.

Los cambios producidos en el sistema de explotación de la viña, así como las nuevas variedades han modificado sustancialmente la viticultura, así como las producciones y el concepto de la calidad de las uvas, pues cada vez más se ha incrementado la producción y elaboración de vinos  para embotellado, que ha inducido a una variación de las cotizaciones para las distintas variedades, con limitaciones de grado y de calidad.

Sin embargo, nos hemos parado a repasar la historia de los precios de la uva dirigidas a nuestra variedad principal: Airén, a lo largo de los años y para poder comparar lo hemos realizado considerando los precios por kilo de uva para una media de 12 grados. Podemos observar que los precios d actuales para esta variedad no se han incrementado a lo largo de los años, incluso ha sido menor que en muchas campañas, lo que hace pensar en la rentabilidad del cultivo, sin olvidar que la situación en el año 1950 era muy diferente en todos conceptos y que la viticultura moderna marca otros baremos de producción y comercialización.

Precios medios en pesetas desde el año 1950 para uvas de 12 º (Los precios son medios y pueden tener alguna pequeña variación dependiendo de zonas y comarcas de nuestra Comunidad Autónoma.

Para mejor comprensión lo pasamos  a un gráfico,

Como se puede apreciar la variación en los precios se encuentran afectados por numerosos factores, así, la alta cotización de los años 1994 y 1995 se deben a los dos años de gran sequía que sufrimos  con plantaciones totalmente arruinadas  y que llegaron incluso a dejar de  producir.