Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Esta construcción arquitectónica define a una ciudad manchega donde ha sido ejemplo de conocimiento y saber hacer como Tomelloso, que se precia de tener el mayor número de ellos, no solamente en su término municipal, sino en otros limítrofes y podríamos decir que todos los bombos de las proximidades del término municipal de Tomelloso y de esos otros están construidos por tomelloseros.

No es necesario explicar lo que es un bombo, pero por establecer diferencias con otro tipo de construcciones similares podemos definirla como una construcción realizada únicamente utilizando lastras de piedra caliza planas y de perímetro redondo-ovalado, obtenidas de la propia tierra de labor. El conjunto presenta una de forma redondeada, con una puerta de entrada estrecha y cerrada en su parte superior por el sistema de falsa bóveda a través de un cerramiento en disminución y una piedra final que cierra la falsa bóveda. No existe en estas construcciones ningún otro tipo de material: no existen, maderas, no existen restos vegetales, ni cuerdas, ni yeso no aglomerantes, ni argamasa alguna, simplemente piedra sobre piedra.

¿Cuáles fueron las razones de realizar este tipo de construcciones?. Es sencillo de explicar. La expansión del cultivo de la vid se produjo a partir de los primeros treinta años del siglo XIX. La rapidez de la evolución del cultivo hizo que los agricultores fueran ampliando sus superficies de viñedo, donde las distancias eran cada vez mayores y más lejanas y, en ausencia de otro tipo de edificaciones, y como era necesario estar varios días en la misma parcela para realizar las distintas operaciones de poda, vendimia y especialmente utilizar coomo refugio para evitar las temibles variantes de la climatología manchega, obligaron al  agricultor a determinar alguna solución y como siempre ha ocurrido en el medio rural lo más apropiado era aprovechar lo que la propia naturaleza proporcionaba: las lastras de costra caliza. Anteriormente a la construcción de bombos era frecuente encontrarnos con enormes montones de piedra amontonadas en hilera, que hemos llamado pedrizas o bien amontonados en enormes grupos a los que hemos llamado majanos, que comenzaron a aparecer en el momento que se iniciaron las plantaciones de viñedo y los arados profundizaban más en el terreno más que las labores de preparación de siembras de cereales, con la consiguiente aparición de un mayor número de piedras y que aún podemos ver en muchas parcelas, como consecuencia de su incremento por la entrada de maquinaría específica en los últimos años.

Estas piedras indujeron a los viticultores en pensar utilizarlas y comenzaron a construirse los primeros bombos hacia 1830-1840.

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Hay que distinguir que los bombos no eran utilizados como habitáculo para vivir, ni para realizar un estancia estable, sino como simples refugios, para descanso del viticultor y de la mula, en su caso, donde le permitía descansar, preparar la comida y desligarse de los fuertes calores del verano o de los intensos fríos de invierno.

Por lo tanto podemos considerar que los bombos son de paternidad tomellosera, pues la mayoría de los ejemplares existentes en las proximidades del término de Tomelloso, aunque se encentren ubicados fuera del término municipal están realizados sin duda por los propios tomelloseros.

Es necesario indicar que los bombos se instauraban generalmente en parcelas de pequeñas superficies y de viticultores de tipo medio.

No existen datos ni referencias sobre el número de bombos que pudieran haberse construido. Algunos autores estiman que pudieron construirse unos mil bombos, aunque también, según referencias de otras fuentes debían existir unos 600 en el año 2000. Mucho nos tememos que el número de bombos actuales sea menor de 400, por haber desaparecido muchos de ellos, especialmente los ubicados en el centro de las parcelas.

Con este artículo se pretende conceder la importancia que se merece este tipo de construcciones, alabar el esfuerzo de nuestros viticultores y dar una señal de alarma para que sean protegidos de alguna forma para evitar que vayan desapareciendo a lo largo de los años, lo que puede representar una pérdida de nuestro patrimonio rural, con la característica particular de ser único, exclusivo y diferente.

En próximos artículos continuaremos con esta serie dedicados a los bombos tomelloseros.

Referencias.-

El Bombo.- Albores de espíritu.-Gregorio Panchuelo Portalés.- 1946.

El bombo tomellosero.- Espacio y tiempo en el paisaje.- Lorenzo Sánchez López.- 1998-

Inventario de los bombos del término municipal de Tomelloso.- Jerónimo Pedrero Torres. 1999.

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