La finalidad principal de la exposición Madrid ante mí es mostrar alguno de los rincones más emblemáticos y pictóricos de la ciudad en otoño, probablemente la estación más rica en matices cromáticos y lumínicos, y sin duda para muchos, la más bella.
Para conseguir este propósito se han convocado a seis grandes pintores que saben llevar a la superficie pictórica su concepto del Madrid más esencial.
La visión más cercana al hiperrealismo la ofrece el pintor manchego José Ramón Jiménez López en su vista parcial de la Gran Vía: edificios de minucioso y preciso trazo delimitan con fidelidad la vista urbana. Las rectilíneas losetas y el trazado fidedigno de adoquines encaminan nuestra mirada hacia el fondo. El día algo nublado, baña con luz azulada toda la atmósfera. Un escaparate, a mano derecha, se convierte en veraz testigo mudo de todo cuanto acontece. Junto a éste, con extraordinario realismo, no exento de poesía, una mujer hace sonar una flauta rodeada de todas sus mascotas que se cobijan del frío bajo una suerte de mantas y harapos. A pesar de la humildad de la escena, el rostro de la mujer no expresa tristeza sino digna serenidad y belleza, la misma que baña toda la escena. Y estas son justo las claves para entender la obra del gran artista
de Tomelloso: pulcro realismo, no exento de humildad, poesía, serenidad y belleza.