Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Aunque intentemos resumir y sacarle provecho a los acontecimientos que tratamos de reseñar en este artículo, nuestro mejor consejo es que se lo lean, porque la lectura de estos cuatro capítulos en tranquilidad y olvidados del mundanal ruido, llenará de cuerpo y consistencia nuestra mente, porque los episodios del pastor Crisóstomo y de la pastora Marcela, merecen que dediquemos el tiempo, buscándolo donde haga falta.

 Esta narración se sustenta en la base de un amor no correspondido y donde Don Quijote alaba, bendice y justifica lo que a las mujeres les apasiona y al que tienen su derecho, hoy en día tan manoseado por las mujeres y por asociaciones y que nos gustaría que cualquier mujer tenga la curiosidad de leerlo, porque no es otra cosa que reconocer que la mujer es libre para hacer, realizar y querer a quién ella le apetezca, sin necesidad de que le obliguen los demás.

Ya en el siglo XV la mente de Miguel de Cervantes fue capaz de reivindicar y reconocer la plena libertad de la mujer para hacer lo que mejor le plazca sin tener que estar sujeta a ningún condicionante social.

Pasemos a la novela de Don Quijote de La Mancha.

Este relato abarca cuatro capítulos, concretamente los numerados como XI, XII, XII y XIV de la primera parte, que finalmente todos conducen a lo mismo.

En resumen, se describe el entierro en pleno monte de un pastor que muere enamorado de una bella y hermosa pastora que no le ha correspondido a su continúa solicitud de amor.

En el capitulo XI se describe la cena que se celebra en pleno monte acompañados por unos cabreros que han invitado gentilmente a don Quijote y Sancho a cenar con ellos. En resumen, está deslavazado en varios momentos. Una primera parte donde se describe la excelencia de la comida y sus virtudes con descripción de las viandas y de la forma de comer, donde Sancho Panza prefiere comer “de pie y a solas”, que sentado “a par de un emperador”, ya que según Sancho: “mucho mejor me sabe lo que como en mi rincón sin melindres ni respetos, aunque sea pan y cebolla, que los gallipavos de otras mesas donde me sea forzado mascar despacio, beber poco, limpiarme a menudo, no estornudar ni toser, si me viene en gana……”.

Las secuencias siguientes habla don Quijote de los principios en que se basan las órdenes de los caballeros andantes y finaliza el capítulo con una hermosa canción de uno de los pastores.

En el capítulo XII, es donde los cabreros cuentan el fallecimiento del pastor Crisóstomo, “aquel famoso pastor estudiante llamado Crisóstomo, y se murmura que ha muerto de amores de aquella endiablada moza de Marcela…..”

Se narra que tanto Crisóstomo como Marcela proceden de familia de ricos patrimonios, pero que Marcela eligió hacerse pastora, a pesar de sus riquezas y que Crisóstomo hizo lo mismo por seguir agasajando a la pastora, así como de la cantidad de personas que estuvieron enamoradas de la belleza de Marcela.

En el capítulo XIII se describe una pujanza dialéctica entre un caballero de nombre Vivaldo y Don Quijote, sobre las diferencias entre las personas normales como los soldados y los caballeros andantes. Este personaje piensa que Don Quijote está loco y le malea con preguntas que le hacen extenderse en largos discursos a Don Quijote, rebatiendo sus teorías sobre la caballería andante, con pasajes como: “los religiosos son todo paz y sosiego piden al cielo el bien de la tierra; pero los soldados y caballeros ponemos en ejecución lo que ellos piden, defendiéndola con el valor de nuestros brazos y filos de nuestras espadas……”

 En un segundo apartado de la conversación se discute sobre la importancia de Dios, sobre las doncellas de los caballeros andantes, en unas disquisiciones que merecen la pena atender a su lectura, como: “esto no puede ser, respondió Don Quijote: digo que no puede ser que haya caballero andante sin dama”; “porque a buen seguro que no se haya visto historia donde se halle caballero andante sin amores; y por el mismo caso que estuviese sin ellos, no sería tenido por legítimo caballero, sino por bastardo…..”

A continuación se describe la llegada del cuerpo de Crisóstomo, acompañado por su amigos, para su entierro en el lugar donde vio a su Marcela por primera vez, por deseo propio del difunto y en compañía de su fiel amigo Ambrosio, que hace una descripción de su amigo digna de comentar: ”que fue único en el ingenio, solo en cortesía, extremo en la gentileza, fénix en la amistad, magnífico sin tasa, grave sin presunción, alegre sin bajeza, y finalmente, primero en todo lo que es ser bueno, y sin segundo en todo lo que fue ser desdichado”.

Por último, en el capítulo XIV, se da lectura a la póstuma poesía de Crisóstomo que escribió antes de morir (en verso y llamada -Canción de Crisóstomo-).

Ya como trama final de la historia aparece Marcela por un cerro deslumbrante de hermosura y se enfrenta a los presentes y en especial a Ambrosio, donde le coloca en su sitio, razonándole la postura de la libertad de la mujer para decidir lo que mejor le parezca sin tener que cumplir obligatoriamente lo que los demás deseen, apostillando que en ningún caso dio motivos a Crisóstomo para que se tomara ninguna libertad con ella  y mucho menos de enamoramiento, afirmando que ella no ha tenido la culpa de la muerte de Crisóstomo, con expresiones como .”¿si como el cielo me hizo hermosa, me hiciera fea, fuera justo que me quejara de vosotros porque no me amábades?, o como;

“Y si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Crisóstomo, ni a otro alguno, el fin de ninguno dellos bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi crueldad”.  Y otro más de recomendación:” El que me llama fiera y basilisco déjeme como cosa perjudicial y mala; el que me llama ingrata no me sirva; el que desconocida, no me conozca; quien cruel no me siga; que esta fiera, este basilisco, esta ingrata, esta cruel y esta desconocida ni los buscará, servirá, conocerá, ni seguirá en ninguna manera”.

 Finalmente, Don Quijote despidiéndose de los cabreros y de Vivaldo, intentó encontrar a la pastora para ofrecerle su ayuda en lo que dispusiera, pero no la encontró.

¡No se los pierdan! ¡Aprenderán mucho de los seres humanos!

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