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Cuadernos Manchegos
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El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Calzada de Calatrava (Ciudad Real) se quedó pequeño el sábado para acoger a los numerosos familiares, amigos y vecinos que no quisieron perderse el acto de presentación del libro “Pedro Rodríguez: Visión y Constancia”, la historia de la vida de esfuerzo y sacrificio de este ilustre calzadeño que salió de su pueblo natal a los 15 años con una maleta llena de sueños y llegó a lo más alto.

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El libro, escrito por la periodista granatuleña Mª Ángeles Rabadán, relata la trayectoria de este manchego que tras trabajar en Madrid, vivió 20 años en Nueva York donde fue pionero en el sector del turismo creando una agencia especializada en traer grupos americanos a España y finalmente regresó a nuestro país para convertirse en uno de los empresarios de más éxito del sector de la construcción residencial de la Costa del Sol con su empresa Sierra Blanca.

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Acompañado por la alcaldesa de Calzada, Gema García Ríos, y por toda la Corporación, Pedro Rodríguez, que portaba la Medalla del Cristo Salvador del Mundo, junto con sus hijos Pedro, Luis y Carlos, sus nietos, sus hermanos y amigos de la infancia como el doctor Francisco Carrillo, y la autora del libro, pudo sentir el sábado la admiración de sus seres queridos y de sus vecinos y vecinas de Calzada en un emotivo acto, amenizado por el sexteto de viento de la AM Santa Cecilia, en el que confesó, en algunos momentos, sentirse abrumado ante tantas muestras de cariño.

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“Soy un calzadeño que lo que ha hecho es no conformarse si no que se ha exigido para aspirar a algo más en la vida. Pensé que con este libro quizá podía transmitir a los jóvenes una actitud positiva e inspiración para la preparación, el sacrificio y el estudio que les pueden llevar al final a conseguir el éxito”, dijo.

En un relato en el que no faltaron numerosas anécdotas de su infancia en Calzada, ni palabras de recuerdo para sus padres y abuelos, Pedro Rodríguez confesó que su máxima de vida siempre ha sido que “todo aquello que deseas, imaginas y visualizas lo puedes conseguir con una actitud proactiva”.

Una historia “difícilmente repetible, llena de fe, trabajo y visión, de un luchador incansable que cumplió el sueño americano”, tal y como la definió su hijo Luis, y una lección de que “con tesón, esfuerzo, sacrificio, creatividad y calidad se puede pasar de cero a infinito”, como dijo su amigo el doctor Carrillo.

Como manchego que nunca ha renunciado a sus orígenes, Pedro Rodríguez regresaba el sábado a su pueblo natal, de donde se marchó con 15 años y 1.500 pesetas en el bolsillo, convertido en un referente empresarial gracias a los valores que han presidido su trayectoria, trabajo duro y honesto con proyectos innovadores en los que se busca el bien del entorno familiar y social próximo y que ayudan a consolidar el prestigio de las ciudades y territorios donde se desarrolla la actividad.

Como el ilustre vecino que es y protagonista de una nueva página de la historia de Calzada de Calatrava, fue recibido en la Plaza de España por la AC Nuestra Señora de los Remedios, que quiso agasajarle con unas jotas manchegas (como regalo por parte de su hermana Carmen), y firmó en el Libro de Honor del Ayuntamiento.

Calzada de Calatrava

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