Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
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Aunque no es necesario, haremos una pequeña introducción sobre las Guerras Carlistas, que, como sabemos, fueron tres, durante los primeros sesenta años del siglo XIX, y provocadas por la sucesión al trono al fallecimiento de Fernando VII que quedó dividido el reino en dos bandos: los carlistas partidarios de que fuera rey el hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro (que podría haber sido Carlos V) y los liberales partidarios de la hija del rey Fernando VII, Isabel, que posteriormente fue Isabel II.

Realizadas estas consideraciones previas, las luchas entre ambos bandos fueron continuas encontrándose partidarios de ambos bandos más acusados en unas ciertas regiones que en otras.

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En el lado de los que se llamaban carlistas o absolutistas existieron numerosos personajes que lucharon cada uno a favor de su opción. Algunos personajes se hicieron famosos y conocidos en la historia y en estos breves artículos intentaremos hacer una pequeña semblanza de algunos de ellos, todos ellos por haber tenido alguna relación con Tomelloso población y su término municipal y de los que existen referencias bibliográficas.

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MIGUEL GÓMEZ DAMAS

Fue un conocido militar que inició  carrera desde su primera intervención en la invasión francesa y posteriormente en su intervención en las Guerras Carlistas, especialmente en la primera desde 1833 a 1840 y la segunda 1846-1847.

De ideas absolutistas, por problemas militares tuvo que abandonar Jaén donde trabajaba y con la aparición de la Primera Guerra Carlista se desplazó a la zona de los absolutistas: Navarra y las Vascongadas a las órdenes del General Zumalacárregui y en 1933 fue nombrado Jefe de Estado Mayor.

Se dispuso una ruta por distintas zonas y regiones de España y en lo que respecta a Castilla –La Mancha se conoce su presencia en Albacete, La Roda, Villarrobledo, Pedro  Muñoz, Tomelloso, Argamasilla de Alba, Ossa de Montiel, Ruidera,  Manzanares, Infantes, y Villahermosa.

Intervino en distintas encuentros con las tropas isabelinas y su actuación más principal, referida a la parte que nos corresponde en Castilla La Mancha, se produjo como consecuencia del desplazamiento con sus tropas hacia el sur con el ánimo de ganar adeptos a su ideología y al partido isidrino.

En sus desplazamientos tuvo distintas conquistas en algunas ciudades de Castilla La Vieja y también pasó por Castilla-La Mancha, donde algunas de sus facciones pasaron por Tomelloso  a finales de agosto de 1836 y fueron recibidos a balazos, tratándose de la facción del conocido “Palillos”.

La presencia de Miguel Gómez se hizo visible en diciembre de 1836 estando en el  mismo Tomelloso con dos escuadrones y donde se produjo un enfrentamiento entra la carretera de Tomelloso a Pedro Muñoz y en la que el general tuvo un fuerte enfrentamiento con las tropas liberales  y donde  finalmente tuvo que huir dejando 20 muertos de su agrupación y donde los isabelinos capturaron a 22 presos, dos oficiales subalternos, 18 caballos, 18 lanzas  y distintos sables y carabinas.

Son conocidos en nuestra provincia el asalto y la toma de Almadén, así como su recorrido por Villarrobledo y Albacete Capital. En su recorrido continuó introduciéndose en Andalucía y de los 3.000 hombres que disponía a su salida del país vasco llegó a reunir una tropa de 6.000 soldados, por unión de otras facciones como la de Ramón Cabrera. Durante su recorrido tuvo cuatro enfrentamientos en los que fue derrotado en dos de ellos, concretamente uno de ellos precisamente en  la población de Villarrobledo y  también salió victorioso en otros dos enfrentamientos.

 En su famosa interrupción en regiones adictas al movimiento isabelino, no pudo conseguir grandes adeptos, ya que tuvo que estar huyendo continuamente por la persecución que mantenían continuamente  las tropas de los generales isabelinos y finalmente tuvo que regresar  a Navarra, aunque por desgracia fue juzgado por no haber obedecido las órdenes que la mandaron sus superiores y por ello fue encarcelado.

 Con la rendición  de las fuerzas absolutistas en 1839 emigró a  Francia, para volver a regresar en 1846 con el inicio de la Segunda Guerra Carlista siendo nombrado comandante general de Andalucía, aunque el ejército carlista fue nuevamente derrotado.

Se exilió de nuevo a Francia y el resto de su vida fue bastante triste, pues, aunque estuvo amparado pos los franceses en apoyo su partido de absolutismo, su situación quedó sin amparo cuando en 1864 el propio general Gómez reconoció el reinado de Isabel II, por lo que le fueron retiradas las ayudas de los franceses. Después de  su fallecimiento, a su viuda tampoco le reconocieron sus apoyos económicos de tal manera que ella misma pidió apoyo a través del  Ministerio de la Guerra Español explicando la situación en que se encontraba y solicitando el reconocimiento de los cargos militares ostentados por su marido al fin de que se le concedieran las pensiones correspondientes a sus cargos, cuya solicitud fue denegada terminando en situación de pobreza.

Miguel Gómez Damas nació en Torredonjimeno en 1785 en la provincia de Jaén y falleció en Burdeos en 1864.
Previo a su intervención en las guerras carlistas ya tuvo acontecimientos militares, pues abandonó sus estudios de derecho y se hizo militar con el grado de alférez, interviniendo en la Guerra de la Independencia, consiguiendo el grado de capitán. Fue hecho prisionero por los franceses que el encarcelaron, pero logró fugarse  y, ya, después de todos los acontecimientos narrados de la Primera guerra carlista, dejó su actividad militar y se trasladó a Jaén, pero volvió a iniciar su actividad militar al inicio del Segunda  guerra carlista.
Datos recogidos de los informes de Wikipedia, de la Hemeroteca Digital y de distintos artículos de especialistas y tesis doctorales.

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