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Cuadernos Manchegos
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La diputada nacional del Partido Socialista, Cristina López Zamora, celebra la reciente aprobación en el Congreso de los Diputados, de la Ley Orgánica de Protección a la Infancia y  la Adolescencia frente a la violencia.

Se trata, como explica la parlamentaria socialista, de un “hecho histórico y necesario”, primero porque protege y reconoce los derechos de los menores, y segundo por el consenso político que se ha conseguido en torno a la ley, aunque como siempre –afirma- “hay alguien que se sale de ese diálogo, en este caso VOX, porque entiende que se atenta contra su modelo de familia tradicional”.

Lo cierto, prosigue indicando López Zamora, es que “cuando se cierra la puerta de un domicilio, lo que le ocurre tras ella sí le importa a la sociedad, y en eso está el gobierno de España, en acabar con esa violencia y también con la que se desarrolla en el entorno digital”.

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Explica que en España “los datos son escalofriantes”: 38.000 menores al año sufren violencia; un 47,6% de los delitos de abuso sexual son a menores; y un 40% de los adolescentes afirman haber sufrido acoso sexual en el entorno digital. Sin embargo, solo el 20% de estos casos son denunciados, lo cual resulta estremecedor, y 4 de cada 5 víctimas de violencia callan, lamenta la diputada nacional del PSOE, añadiendo que por ello, esta ley intenta adaptar la legislación española a los compromisos internacionales.

“El Gobierno de Pedro Sánchez lo siente como una obligación y un deber ético”, afirma Cristina López, y por ello el Ejecutivo ha puesto el foco en la prevención, en la detección precoz, en el asesoramiento, la sensibilización y la concienciación.

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En cuanto a los novedades que presenta la Ley, destaca López Zamora que se abogue por el derecho de las víctimas a ser informadas y escuchadas; por la asistencia jurídica gratuita; por una mayor accesibilidad para denunciar de manera clara; muy importante es que se amplíe hasta 35 años la prescripción de abusos sexuales; y se pone fin al falso síndrome de dirección parental.

Sin duda, recalca la parlamentaria socialista supone “un antes y un después en la prevención de la violencia, con una clara apuesta del Gobierno por una sociedad sana, más democrática, más humana y en la que los menores vivan sin miedo”.

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