El papel de la mujer, históricamente, se ha visto relegado en muchas áreas de la sociedad; pero, quizá sea en el mundo artístico, donde el afán de anular la visión femenina haya sido más sangrante.
En la pintura, la escultura e incluso la fotografía, las mujeres han aparecido siempre como modelos u objetos de deseo. Sin embargo, los nombres de las mujeres que, desde la Edad Media, mostraron su habilidad e interés por las expresiones artísticas, han pasado desapercibidos. En gran parte, porque la educación patriarcal las relegó a ser oficiales, a la sombra de sus parejas o maestros, o incluso las obligó a firmar con nombres masculinos.
Aun, hoy en día, las mujeres no lo tiene fácil porque, a pesar de destacar igual que sus compañeros en los primeros años, la proporcionalidad disminuye en determinadas épocas de la vida, desapareciendo del panorama artístico cuando empiezan a asumir responsabilidades familiares. Algo que sucede también en otras profesiones.
Sólo hay que fijarse en los datos de los grandes museos, como El Prado, en el que del total de obras expuestas, 6.420 han sido realizadas por hombres y, tan sólo 54, pertenecen a artistas femeninas.
Con el afán de arreglar este desajuste y darle a las mujeres artistas un espacio propio de expresión, nació el certamen 'Amalia Avia', Mujeres en el Arte, de los que ya se ha convocado la VIII edición.
Esta iniciativa, comandada por el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, ha ido creciendo con cada edición. La exposición que, en estos días, se muestra en El Pósito de Campo de Criptana -que corresponde a la VII edición- es tan sólo la punta de lanza de los cientos de obras presentadas al certamen, rebasando todas las expectativas de participación y haciendo que se replanteé la muestra para próximas ediciones, ampliando el número de obras -19 en la actualidad- que el público puede disfrutar después con esta exposición itinerante.
Una llamada a la reflexión
Las obras que se presentan en esta exposición han sido escogidas por el gran simbolismo que encierran y su “potente” llamada a la reflexión.
Así lo explicaba la Consejera de Igualdad, Blanca Fernández, en la inauguración de la muestra.
La educación, las vivencias y la realidad de las mujeres, aun hoy en día, no son las mismas que las de sus compañeros. El sexismo sigue imperando en muchos ámbitos de la sociedad y esto hace que “la mirada femenina” plasme un mundo y un espacio diferente.
“Nos gustaría que, con el tiempo, este certamen se desarrolle desde el área cultural; pero, desde el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, entendimos que debíamos empezar a hacerlo desde el ámbito de la igualdad, para fomentar el talento femenino y esa mirada distinta que tenemos la mujeres”, comenta Blanca Fernández.
Paisajes domésticos, memorias, ausencias y otras realidades
Una mirada diferente que cobra más fuerza con el tema propuesto en la VII edición del certamen 'Amalia Avia': “Paisajes domésticos, memorias, ausencias y otras realidades”.
“Todas las obras presentadas y las 19 que se ha seleccionado llaman a la reflexión”, asegura la Consejera de Igualdad. “Una reflexión a veces muy positiva, ligada al ámbito de los recuerdos de infancia, como la obra ganadora 'Cerca de casa' de María Belén Carretero; otras más dura y potente como 'Rincones Velados' de Beatriz Díaz”.
Esta última obra, a la que hace referencia Blanca Fernández, es el relato gráfico de una agresión sexual que sufrió la autora. A través de su trabajo muestra diferentes fotografías del lugar donde esta agresión se produjo. Fotografías feas, quemadas, veladas, que se contienen en cajas de madera y cristal, algunas de ellas reventadas, como muestra del dolor y el trauma sufrido.
Otra realidad
En cualquier caso, la muestra que puede ahora disfrutarse en El Pósito, utiliza el arte moderno para contar esa “otra realidad” que viven las mujeres; desde el punto de vista femenino y feminista.
Un toque de atención sobre ese 50% de talento perdido a lo largo de siglos de historia, en los que la mujer pasaba por el arte como “un objeto sexual para la complacencia de la mirada masculina”, no como artífice y creadora de expresiones artísticas.
“Lo que cuenta esta exposición no te lo puede contar un hombre”, enfatiza la Consejera de Igualdad.
Y es que los hombres no han pasado por esa educación que marcaba “cómo tiene que ser una señorita”, o no se han sentido expuestos a sufrir violencia por el hecho de ser mujer.
“Desde el Instituto de la Mujer queríamos que las mujeres pudieran contar esas otras historias, a través del arte, a las que hasta ahora no habíamos prestado atención y que están al mismo nivel artístico que las de sus compañeros”.
En cualquier caso -como también expresa Fernández- no podemos seguir perdiéndonos el potencial artístico de las mujeres castellano-manchegas.
