Hoy 22 de enero coincidiendo con su 69 cumpleaños, Ángel Luis Cabañas recibía un homenaje del IES Eladio Cabañero de Tomelloso en el salón de actos del centro educativo que se encontraba totalmente lleno. Familiares, personal del centro, alumnos, compañeros de profesión, amigos y representantes de asociaciones en las que participó no quisieron perderse el acto. Cabañas, profesor de matemáticas, falleció hace casi 3 meses y ha dejado un recuerdo imborrable en Tomelloso como consecuencia de sus extraordinarias virtudes como profesional y como persona y finalizó su docencia hace ya 9 años. Al acto también acudieron la alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez, junto con varios concejales de su partido y ediles del PP de la localidad.
José Ángel Martínez como director del Instituto inició su intervención recordando que este mismo día Ángel Luis cumpliría 69 años, habiendo sido profesor del “Instituto Cabañas” como él mismo titulaba”, recordando que hacía tres meses que había fallecido, “dejando un bagaje que la comunidad educativa nunca olvidará”.
Agradeció la presencia de familiares, amigos, compañeros, representación institucional y a todas las personas que formaban parte del acto.
“Bienvenidos al Instituto Cabañas” fueron sus palabras dirigidas a la persona que hacía nueve años que había impartido su última clase y la calurosa despedida que tuvo en aquella ocasión.
Relatando las características de la persona homenajeada expresó que se trataba de una persona que él mismo había reconocido que amaba profundamente a esta institución y quiso devolver esta manifestación diciendo que el amor por Ángel Luis era mutuo, basado en que todos los compañeros, familiares y alumnos hablaban de maravillas de él en sus múltiples facetas.
Quiso añadir que Ángel Luis Cabañas fue profesor durante algo más de 37 años, de los que, exceptuando uno, los realizó en el Instituto Eladio Cabañero y aunque le conoció en el año 2006, tenía constancia que impartía las clases con el mismo rigor y energía que en toda su vida docente anterior.
Alabó muchas de sus virtudes especificando concretamente que en todo momento nunca tuvo la potestad de situarse en un estado superior a los demás, porque sus valores de humildad y compañerismo los profesaba con todos y cada uno de los miembros del claustro.
Quiso realizar un pequeño resumen de su biografía profesional y humana.
En 1975 terminó sus estudios de la especialidad de Matemáticas y consiguió su primea plaza por oposición y en 1995 consiguió la titulación de Catedrático en Matemáticas, estando 37 años en la enseñanza.
Explicó que “hizo de todo o de casi todo”, siendo 5 años jefe de Estudios y un año de director, y posteriormente de director desde 1976-1993. Además, fue concejal del Ayuntamiento en el período 1983-1987 por el Grupo Independiente de Clemente Cuesta. Fue también presidente de la Hermandada Virgen de las Viñas durante diez años, desde el 2000 al 2010.
Destacó ser el tomellosero más joven que consiguió la Licenciatura de Matemáticas con tan solo 22 años.
En su aspecto profesional y como director del Centro logró dar un gran impulso al Instituto, siendo uno de los artífices de la implantación de la LOGSE y, en el año 1991, el centro adquirió el nombre de Eladio Cabañero.
Durante su etapa de concejal del Ayuntamiento recuperó el espíritu de los carnavales, consiguiendo que fueran más atractivos y con mayor participación y como presidente de la Hermandad, se acometieron diversas mejoras y obras y en los últimos años participó como actor en un grupo de teatro local.
Quiso recordar el sentimiento común cuando el 19 de octubre se conoció su fallecimiento y en ese momento todos los compañeros se abrazaron y se produjeron muchas lágrimas.
A nivel personal , José Ángel recordó la estupenda sintonía con todos los compañeros, afirmando que se encontraba enormemente agradecido por su comportamiento, así como su comunicación personal y con su familia igualmente, por lo que el Instituto había decidido colocar una placa en el salón de actos con su nombre y en el exterior de edifico la plantación de un árbol en señal de sabiduría e hizo la sugerencia de aunar iniciativas entre la Hermandad Virgen de las Viñas y el Ayuntamiento para que su persona no sea olvidada y pueda ser recordada en todo tiempo.
Intervino a continuación Antonio José Buendía, profesor y compañero de Ángel Luis que intervino contando algunas de las anécdotas ocurridas, relatando como ejemplo la decisión de irse de improviso por indicación de Ángel Luis a un viaje al camino de Santiago que sin dilación organizó incluyendo sin más “a tres abuelos, tres hombres y dos niños” y haciéndole el favor de incluirle a él mismo, de tal forma organizado que el viajes estuvo perfectamente cumplido y recordó que “cómo estaría de bien organizado que al regreso pesaba cuatro kilos más”. De forma más explícita afirmó que era una persona estricta en su trabajo, compartiendo partes de su vida en largos paseos juntos y además jugaba también al pádel, que no la hacía del todo mal y continuó recordando su famoso viaje a Grecia, las jornadas gastronómicas de los viernes, que se sabía cuándo comenzaban, pero nunca cuándo acababan.
De Ángel Luis expresó su gran grado de tolerancia, fuera de lo normal y lo calificó como algo extraordinario y se sentía orgulloso de haber compartido con él parte de su vida y quiso alabar tres características de su personalidad enmarcándolas en “su conocimiento, su capacidad de transmisión y gran oratoria y sobre todo ser una buena persona”.
Añadió una intervención de oratoria sobre un acontecimiento personal y terminó felicitando a su amigo en el cielo y diciendo:” nos veremos pronto”
Pablo González, compañero, como director que también fue del Instituto lo calificó como una persona de infinitos recursos, lleno de empatía con todos y gran pasión por el trabajo, de tal forma que “éramos felices con él”, porque además le gustaba escuchar, “sintiéndose haberse quedado sin padre” y le dedicó un poema precisamente de Eladio Cabañero, finalizando con la frase “nos volveremos a ver”
Antonio José Ropero, compañero de Ángel Luis Cabañas, recordó que había sido su alumno y después compañero y especialmente comentó todas las incidencias que tuvieron lugar en los tiempos que fue alumno del centro en cuanto hechos como las novatadas, comentando la anécdota que estando en clase de 3 º de B.U.P., por el cristal de la clase apareció Inmaculada, su mujer , llamándole y salió Ángel Luis y cuando regresó a la clase nos enteramos que había venido a la clase con una par de zapatos de distinta clase. También comentó el hecho de “los 15 minutos” que los alumnos, cuando que algún profesor se retraba, salían, a lo que un día Ángel Luis les contestó que lo hicieran “cuando estuviera el pasillo oscuro”.
Enumeró variados consejos que recibió como el de con “cinco minutos diarios” de estudio, se aprueba la asignatura”, así como “el día anterior a los exámenes no hagas nada, sino date un paseo y no pienses en el examen”. Y continuó expresando que es ese tipo de valores ha intentado llevarlos siempre.
Otro de los recuerdos que producen aprendizaje fue cuando en una ocasión llegaron unos alumnos tarde a la clase y Ángel Luis no les dejó pasar, pero sin ningún gesto fuera de lo normal. En los días siguientes nadie llegaba tarde a clase.
Posteriormente se sentía orgulloso de haber tenido un compañero así y como recuerdo curioso expuso la costumbre que tenía de cuando terminaba las clases se sacudía los bolsillos llenos de trozos de tiza y además era un “roba bolígrafos “, que él mismo reconocía, porque siempre aparecía en su casa con varios de ellos sin saber cómo ni cuándo, pero indudablemente eso no era nada con la cantidad de consejos que me pudo dar, porque en realidad era un bonachón, una buena persona que incluso cuando ya estaba jubilado y me encontraba por la calle, siempre me preguntaba por la familia, por lo que por su comportamiento deja un hueco importante que será difícil de cubrir.
Encarna Cabañas, en su calidad de prima de Ángel Luis, participó a continuación dando un agradecimiento especial a toda la familia y un beso, ya que al ser el único primo que tenía, habían tenido una relación muy cercana y recordar a toda la familia y acordarse de sus sonrisas que son lo que queda de él.
A continuación leyó un extenso y afectivo poema elogiando el cariño y la amistad.
Terminó diciendo que “Ángel Luis siempre permanecerá guardado en las hojas del cuaderno de nuestro corazón” Un abrazo enorme.
Pilar Nieto, amiga, compañera y profesora expresó que poco tenía que decir a lo comentado por el resto de sus compañeros, pero que tenía escrita una carta que pensaba leer a Ángel Luis y en ese momento iba a hacerlo. En ella expresaba su impresión personal que fue adquiriendo cuando fue conociendo a Ángel Luis, en aquellos momentos en que le definían como un profesor muy estricto, pues llevaba trece años dando clases, pero después se dio cuenta que era una persona enamorada de su profesión y muy comprometida y además empeñada en sacar lo mejor a cada alumno, en definitiva, un profesor honesto y justo como pocos. La aconsejó en sus estudios y expresó que en aquel entonces” no sé si me enamoré más de ti que de las matemáticas”. En definitiva, logró ser su orientador particular y su consejero, así como la oportunidad de encontrarla trabajo cuando estaba en Valencia y la llamó diciéndole que tenía que venir a Ciudad Real y quedó indecisa a lo que la contestó:” te lo piensas en el viaje”
Expresó admirarle por su dedicación por la familia en sus ratos libres y que proporcionaba una sensación de plenitud y que era lo más importante de su vida y que solía decirla esta frase que “hay que llegar hasta el final”.
Reconsiderando su admiración expresó que por ello no le van a defraudar sus hijos que le admiran profundamente, por haberle conocido mejor compartiendo algún viaje a Asturias, aunque no le gustaron los chapulines, así como reconoció la amplitud de actividades que llevó a cabo a lo largo de su trayectoria impulsando actuaciones en La Hermandad de la Virgen de las Viñas, en la activación de los carnavales y en el plan educativo, estando segura que todas las nuevas generaciones llevarán su impronta.
Inmaculada Jiménez expresó estar emocionada por las intervenciones anteriores que estaban hechas con el corazón y con sentimiento. Significó que el hueco dejado por esta persona es muy difícil de ocultar, en una fecha de su cumpleaños, pero la familia debe sentirse orgullosa de la compañía de todas la personas que sienten cariño por Ángel Luis y especialmente en una profesión que siempre dejan recuerdos en las vidas, aduciendo que la enseñanza deja siempre un recorrido, un camino y una forma de guiar las vidas y que dejan huella en muchas generaciones de tomelloseros, porque había recibido numerosas impresiones de personas y, en todos los casos, la opinión ha sido de tratarse de una gran persona, amable y querida.
Recordó sus actuaciones en la animación a la Romería, así como la necesidad de cada domingo de abril salir con el pañuelo y la blusa, así como inolvidable el famoso acto de la Estación de Renfe, donde se recogió a la Virgen y su ilusión y las exclamaciones de “¡Viva, La Virgen!”
La calificó como una persona que tenía mucho coraje y muchas ganas de vivir y recordó que los pocos momentos que compartió con él fue un hombre “de los pies a la cabeza”, ya que cuando realizó su llegada al Ayuntamiento la trató con mucho cariño, con mucha responsabilidad y sobre todo proporcionando consejos en el sentido pedagógico para mejorar y prosperar, así como de luchar, tener ganas de vivir y demostrar gran fortaleza.
Afirmó tener todo el cariño y anunció que hay que ser agradecidos porque deja huella en todas las generaciones que vienen detrás dejando un futuro comprometido, así como se tendrá en cuenta el no perder su popularidad de alguna manera.
A continuación, se proyectó un video recordando la persona de Ángel Luis Cabañas.
A continuación, intervino su hija Covadonga Cabañas, claramente sensibilizada, comentando que en 1979 a los 43 años su padre tuvo dos acontecimientos importantes: su primera paternidad y su carrera docente. Agradeció toda la Comunidad Educativa el haber realizado este homenaje, afirmando que en su padre ha tenido un profesor y un maestro que ha marcada la vida de toda la familia y estaba mayormente agradecida por haber tenido la suerte de tener en una misma persona ambas cosas, padre y maestro.
Durante su intervención recordó que en su padre siempre había tenido una persona llena de complicidad y que la etapa de su estancia en el Instituto había sido inolvidable por haber tenido detalles como por ejemplo de ir a recoger las notas de fin de curso y encontrar una sorpresa en la papeleta; como cuando tuvo que elegir su actividad futura, “allí estaba mi padre” con el que finalmente sus estudios en la Universidad la permitieron trabajar en lo que más quería.
Su padre decía que la “profesión de maestro era la más digna” y que se alegraba de que la huella que ha dejado a la familia, también la haya dejado entre sus compañeros y alumnos, incluso trascendiendo más allá de las aulas y muy satisfecha por saber que su vida como profesor cumplió con sus propósitos. ¡Qué orgullosa estoy de ti!
Su hijo, Javier Cabañas, intervino recordando cuando hacía nueve años se celebraba el fin de su actividad en el Instituto, pero” el sentimiento de vacío que había dejado era proporcional al cariño que se le tiene “.
Comentó la pasión de su padre por la educación y estaba satisfecho que en muchos casos sea referente para sus alumnos, por su entrega constante y ejemplar en busca de una buena señal comprometida con su profesión, con su sociedad en la que vivió y por haber sido un profesor admirado y querido por todos, como una persona de ideas claras que no solo transmitía conocimientos, sino que educaba.
Continuó reseñando que no solamente era un homenaje al compañero y amigo sino de su importante actitud servicial y que era especial cuando hablaba de su Instituto, de sus compañeros, de sus hijos y de su gran mujer.
Resaltó que durante la tremenda enfermedad que sufrió supo estar con una sonrisa y con la cabeza en alto, mostrando su optimismo y valentía y parafraseó a aquella expresión de que el sabio espera la muerte.
Su estoicismo fue valiente y se permitió recordar la frase de la cantante Rozalén cuando decía:” No se le tema más a la muerte, porque morir es natural, se teme más a las cuentas que en el cielo tienes que dar.” Explicó que su padre tenía las cuentas bien hechas, admirando su postura de haber tenido siempre la cabeza muy alta y sobre todo estar muy orgulloso de los suyos.
Añadió que para ellos es una persona viva, que vive en sus corazones y que por tanto no ha muerto y que todas las personas que se encontraban en el acto eran unos afortunados por haber podido compartir con él sus vivencias, confidencias, aventuras, algunos sinsabores, algunos problemas, pero la mayoría bien resueltos, como no podía ser de otra manera.
“Estará con nosotros de por vida” “Me imagino allí arriba mirándonos con su talante campechano y afable y seguramente podría decir “sois unos cipotones”, así que: “no lloréis porque me fui, tomaros una copa y brindar por todo lo que he vivido”.
Prometió que como seguramente algunos de sus nietos van a estudiar en su centro, como padres van a trabajar duro para que las ilusiones, los valores y principios se cumplan en ellos y solamente lo harán por él” sino que lo haremos contigo”.
Finalmente expresó que era un honor que a partir de hoy el Salón del Instituto llevará el nombre de su padre, ya que su espíritu seguiría vivo dentro de él y que su recuerdo será su estímulo y su ejemplo que deberíamos tomar.
Saludó a todos los presentes, dando las gracias por el homenaje y se despidió con “hasta siempre”.
A continuación y tras los aplausos de los asistentes, todos los familiares han subido al estrado e Inmaculada ha recogido un ramo de flores.
A la finalización del acto se descubrió una placa conmemorativa en la que se bautizaba el Salón de Actos como "Salón de Actos Ángel Luis Cabañas Serna", con una de las frases que más repetía el homenajeado : "IES Eladio Cabañero, el mejor instituto del mundo". María Jesús, la diseñadora de la placa ha explicado que en ella ha querido plasmar la sencillez y humildad de Cabañas, con ese amor que le tenía a las matemáticas y que se le ocurrió poner el número pi o el número de oro, que es la proporción aúrea y dentro de su silueta que está representada con un pequeño contorno, colocar la espiral aúrea y la proporción aúrea.
Tras descubrir la placa, todos los asistentes se desplazaron hacia los espacios ajardinados del centro y los propios familiares con ayuda de los más pequeños procedieron a la plantación de un olivo con una placa conmemorativa que se pondrá en breve con la frase : "El olivo, símbolo de fuerza, paz y sabiduría. Que estos valores perduren asociados al nombre de nuestro compañero Ángel Luis".
