Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Cuéntase que se cuenta, cuéntase que ocurrió que Juan venía acompañado del técnico de la casa comercial de ver una parcela de cereal y ya regresaban a la localidad, puesto que  había aplicado herbicida y desconocía exactamente el producto utilizado, aunque guardaba algún envase en su casa, por lo que solicitó al técnico acompañarle para comprobar el producto que había empleado, ya que algún tipo de hierba no había  sufrido ningún daño por el herbicida, concretamente las algarabías, la pelondera y rompesacos, además de alguna especie de zapatito que también se  había escapado al tratamiento.

Pasaron por el camino al lado de una finca donde el agricultor estaba echando abono a la siembra. En un momento paró cerca del camino y nos advirtió para que nos detuviéramos. Lo hicimos y llegándose al camino, y después de saludarnos, nos comentó que estaba incorporando urea del 46 por ciento y que estaba usando unos 100 kilos por fanega y le preguntaba su opinión al técnico, que dedujo debía conocerle. Le comentó mi acompañante que la dosis estaba bien, pero que lo estaba aplicando un poco tarde y que todo dependería del tiempo que hiciera después de la incorporación. Estuvieron  conversando un  rato, apoyados en el coche de espaldas a la  finca.

Cuando ya se habían despedido oyeron un ruido un tanto extraño, como un fuerte temblor poco habitual y, asustados, dirigieron su  mirada a la parcela y cuál fue la sorpresa cuando pudieron observar que el tractor se encontraba hundido  hasta las ruedas en un enorme boquete que se había producido en el terreno.

Corrieron cuanto pudieron y se acercaron a la zona. Pudieron comprobar cómo un gran vacío ocupaba gran parte del terreno, casi completamente de forma circular y  de seis metros de anchura y unos casi tres metros de profundidad. El tractor se había hundido en su totalidad de forma plana, lo que se dice hundido, porque incluso el tractor seguía con el motor funcionando, totalmente horizontal en el terreno.

Al llegar el dueño del tractor no se le vio demasiado afectado por el incidente y observaba detenidamente al agujero, dando varias vueltas a su alrededor. Fijándose con más detenimiento pudieron percibir que del socavón aparecían una numerosa maraña de raíces de todas clases, gruesas y finas, por lo que se podía suponer que la parcela estuvo plantada de viña el año o los años anteriores.

El agricultor confirmó  esta apreciación y añadió que no era de extrañar lo que había ocurrido y que no era la primera vez que esto sucedía, no a él, pues me dijo que había sido la primera ocasión, pero sí a algún otro agricultor del pueblo.

Le preguntamos qué explicación tenía esto y se dispuso a explicarlo:

“ - Ya la primera vez que ocurrió esto se presentó el asunto en el Ayuntamiento y éste se encargó de indagar el problema y buscó y consiguió que vinieran unos técnicos o especialistas a estudiar estos accidentes” - empezó contando el agricultor, haciendo una pausa.

“- Estuvieron durante bastantes meses estudiando el caso de Manolo, que fue el primero que tuvo un caso similar, pero esta vez se le había producido un hundimiento que se la tragaron treinta cepas. Después de aquellos estudios pasaron un informe al Ayuntamiento y en una reunión nos dieron la siguiente explicación” - continuó narrando:

“- Como todos nosotros sabemos hace no muchos años nuestras viñas eran las mejores de la comarca. Estábamos próximos al río y las aguas estaban tan someras que no teníamos necesidad de regar, es más, en algunas parcelas teníamos que reponer cepas, porque se secaban de podredumbre, por el encharcamiento que se producía. Desde el año 1986, aproximadamente, el nivel de las aguas empezó a bajar alarmantemente hasta que llegamos a la situación actual. Para evitar que las cepas se secaran tuvimos que empezar a sondear pozos que al principio teníamos el agua a los 15 metros y ahora debe estar a más de 40 o 50 - siguió contando sin terminar de finalizar el resultado de los técnicos.

“- Bueno, para no aburriros os contaré que los técnicos dijeron que, como consecuencia de la bajada de los niveles del agua , y especialmente en la zonas más encharcadas, se había producido un vacio en los pequeños remansos donde el agua se estancaba, produciéndose un vaciado de la superficie por lavado de la tierra y arena, formándose un especie de cavidad vacía que a la vibración o movimiento de alguna máquina producía un desmoronamiento de las paredes del hueco formado y producían su derrumbe” - terminó con su aclaración del asunto.

Con posterioridad no ha vuelto a ocurrir un acontecimiento como éste, sin duda debido a la transformación en regadío de toda la zona, con lo que las posibles oquedades se han ido rellenando de agua y acumulando y arrastrando terreno, completando el volumen.

Hay veces que se nos viene el mundo debajo

Tractor Subterráneo Tomelloso

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