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Cuadernos Manchegos
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“Estar entre Pinto y Valdemoro”

Quiere decir no estar en ningún sitio o lugar, con la mentalidad indecisa entre dos opciones, aunque otras acepciones (también admitidas) aportan esta expresión y se  toma como la persona que ya se le nota la impresión de empezar a estar ebrio, el comienzo de una futura borrachera, que significa estar un poco ebrio o como se suele decir estar “pintón”.

Fundación Elder

Como todos sabemos Pinto y Valdemoro son dos poblaciones de la Comunidad de Madrid, separados por unos pocos kilómetros, pero con límites colindantes en el sur de la capital y muy conocidos y famosos por la calidad de sus vinos.

Hemos encontrado diversas versiones del origen de esta expresión, aunque todas muy similares.

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Una primera nos narra la situación de un enamorado de gozar y disfrutar del vino-famoso siempre en las dos poblaciones-, pero en esta caso este señor era de Pinto, pero le gustaba irse a Valdemoro, porque le gustaba más el vino de su pueblo vecino. A la vuelta a su pueblo ya venía bastante alegre con el vino consumido y en la divisoria de ambos términos municipales existía un arroyo y comenzó a saltar de un lado al otro del arroyo diciendo en gran tono de alegría y diversión: “Ahora estoy en Pinto”. Saltaba el arroyo a la otra orilla y decía: “Ahora estoy en Vademoro”, pero en uno de los saltos   falló  en su intención y cayó en el charco que formaba el arroyuelo que, al estar húmedo, era difícil salir de allí, así que estuvo tendido toda la noche hasta que le encontraron los vecinos.

Otra segunda versión muy similar, aunque con distinto enfoque, nos dice que se originó como consecuencia del hecho producido en 1766, con el llamado Motín de Esquilache en Madrid,  en el que dos amigos, viendo el panorama, decidieron abandonar Madrid y, como uno era de Pinto decidieron ponerse en camino a su pueblo. Durante el recorrido alternaron varias veces en algunas paradas, llegando a las cercanía de Pinto con una clara imagen de ir algo abastecidos de vino, todo animados y en el camino se encontraron en medio con una zanja inesperada y uno de ellos descansó en el borde mientras el que era de Pinto se puso a saltar de una lado a otro de la zanja, diciendo la expresión: “Ahora estoy en Pinto” y cuando se encontraba al otro lado de la zanja decía: ”Ahora estoy en Valdemoro”, pero le fallaron las piernas y cayó en el centro de la zanja y se quedó tendido. El que estaba al borde al ver lo sucedido se acercó a su amigo caído y le preguntó en tono jocoso: “¿Y ahora dónde estás?”, a lo que el vecino de pinto contestó: “Ahora estoy entre Pinto y Valdemoro”

Una tercera versión es la comenta que c que en una visita real a la zona de caza a la que los reyes les gustaba  acudir, nadie de se puso de acuerdo sobre dónde debía comer el monarca y el rey decidió que le pusieran la mesa en medio del límite de los dos pueblos y que vinieran los vecinos a verle y así estarían todos contentos. Al poco tiempo parece que el rey había hecho un leve exceso con la bebida y al primer ministro se le ocurrió decir: “ Majestad parece que se va poniendo entre Pinto y Valdemoro”.

“Arrimar el ascua a su sardina”

La explicación de esta frase viene como consecuencia de lo que solía ocurrir antiguamente cuando los trabajadores del campo eran obsequiados por el dueño a unas sardinas en la lumbre.  Como era normal cada uno arrimaba las ascuas a su sardina, por lo que la lumbre dejaba de tener ascuas y los demás no podían asar su propia sardina elegida, por lo que daba lugar a numerosas discusiones y problemas entre los trabajadores, incluso llegó un momento que, en algunas zonas, se prohibió que se suministraran sardinas a sus trabajadores.

“Dar gato por liebre”

Engañar en la comida en bares o restaurantes o en cualquier oro producto en general.

Se explica que entre los siglos XVI y XVII las posadas, las ventas y los lugares de paso era frecuente engañar a los que comían según lo que fueran. Así era más especialmente patente cuando los viandantes eran viajeros que pasaban una día o dos en la fonda o pensión, porque como se irían luego sin volver era más fácil engañarles y que hubiera protestas, aprovechando que los gatos y las liebres una vez pelados eran difíciles de distinguir. No ocurría así con los residentes o aquellos que estaban  o solían pasar frecuentemente por el lugar. Hoy en día también es fácil que te den de comer algo que en realidad no has pedido.

“Dejar o quedarse en el estacada”

Dejar a una persona en mal lugar o solo ante un determinado problema.

En la Edad Media la estacada podía representar un campo de batalla o una zona con  estacas marcadas donde se realizaban determinados juegos, duelos o torneos, y quedarse donde estaban las estacas era señal de haber perdido y quedado vencido.

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