Cristóbal del Río Navas animó a toda la población de Manzanares a caminar juntos para convertir la feria en una referencia de nuestro entorno. "Las fiestas las hacen grandes sus gentes y en Manzanares sus gentes son excepcionales", afirmó el profesor, autor y director teatral en el pregón inaugural de estas fiestas, "un patrimonio social y cultural" que hay que defender y mimar, indicó en la parte más seria de su ameno y original discurso, en el que hizo una divertida propuesta sobre cómo es un sábado de la feria manzanareña.
En un pregón cargado de la ironía y socarronería del humor manchego, el pregonero dio muestras de su fácil y ágil escritura, esa que cada año le permite estrenar una obra con su grupo 'Vaya Cirio'. Como persona a la que le gusta vivir la feria y las fiestas, Cristóbal del Río se mostró muy a gusto sobre el escenario y expresó su "honor y placer" por asumir este rol.
Tras jugar con la letra del 'Bautizao con vino blanco', explicó cómo vivió muy de cerca la feria desde pequeño, al distar su domicilio apenas 300 metros de los Paseos del Río, en años en los que el calor obligaba a tener las ventanas abiertas por la noche y a escuchar como si estuviera dentro de su casa "a la tómbola Ecijana, premiando o la sirena de los caballitos de la Felisa".
Del Río dijo que si alguien se aburre en la feria de Manzanares es porque quiere. "Es la mejor feria y eso que nosotros le damos poca importancia a lo nuestro". Por ello, planteó una curiosa y divertida propuesta para hacernos cambiar de opinión. Fue vivir un completo sábado de feria, desde que te despiertan las dianas floreadas de la banda hasta que, 24 horas después, vuelves a casa de tomar churros con chocolate.
Tomar un "desayuno continental manzanareño" a base de montado de jamón o pincho de tortilla con un botellín fresquito en lugar de las nuevas tendencias de dulces, ir a ver los toros de la corrida a los corrales a escuchar a los muchos entendidos -ironía- que allí se congregan, tirarse por el tobogán acuático de 100 metros o ir con 40 grados al baile del vermú son otras opciones. "Peor se está quitando pajitos sin música ni bebida fresca", dijo ante los espontáneos aplausos del público congregado en 'La Pérgola'.
Tras "comer en vaso" y la obligada siesta de no más de una hora, propuso preparar el aperitivo y la serrana para los toros. Recordó los tiempos en los que iba al sol -¡Al sol se está fresquito!-, muy diferente al "ambiente selecto" de los palcos de sombra, donde tampoco dijo que se pasa sed ni hambre. Ducha rápida "para que no entre la modorra" y no delatar que se viene de los toros, y vuelta a la feria para dar buena cuenta de las berenjenas y trago de la bota, pollos con pimientos y vino de Cariñena. "Les recomiendo el puesto que regenta Moya, que de vino entiende lo suyo", dijo en medio de la carcajada generalizada y de apostar después por el trozo de turrón en lugar del gofre.
La parte final del pregón de Cristóbal del Río fue, con un tono más serio, para animar a disfrutar de estos días de ocio y diversión, "de echarnos a la calle y dejarnos llevar por el ambiente festivo", de hacer entre todos, con motivación e implicación, que las fiestas sean las mejores, como parte de nuestro patrimonio social y cultural. "Defenderlas y mimarlas debe ser nuestro empeño", concluyó el pregonero.
Agradecimiento del alcalde
El alcalde de Manzanares, Julián Nieva, entregó una placa de agradecimiento a Cristóbal del Río, de quien dijo "refleja y representa" a las muchas personas que trabajan haciendo cultura para nuestro pueblo. La imparable fuerza cultural de Manzanares fue el eje de la intervención del primer edil en este acto de apertura de la feria, "precioso" según Nieva, que felicitó por ello a todos quienes lo hicieron posible y participaron en el mismo.
En un municipio que dedica más de 300.000 euros anuales a actividad cultural y que cuenta con cuatro excepcionales museos tras la apertura, este año, del dedicado a Sánchez Mejías y, recientemente, el del Molino Grande, Nieva apostó por "vender" esa faceta cultural de Manzanares entre lo mucho positivo que ofrece esta localidad.
También tuvo palabras de "esperanza e ilusión" para quienes peor lo pasaban y ahora tienen oportunidades en una ciudad que crece y marca las tasas de paro más baja de los pueblos de más de 10.000 habitantes. "Os pido que creamos en nuestro pueblo, que vayamos unidos en la defensa de lo que es nuestro", dijo en alusión a las buenas noticias que surgen sobre Manzanares "y que nos indican que vamos por el buen camino", concluyó.