Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

De qué escribir cuando el dolor no cesa, me pregunto. Leo a los poetas amigos, sobre todo, casi exclusivamente a ellos leo. Y admiro su entrega para endulzar esta tragedia que nos rodea. No quiero ser retórica, tampoco analizar los bellos textos y hallazgos poéticos nacidos para levantar los ánimos y apaciguar la tragedia. Todo es afán de superación para ayudarnos a soportar confinamiento y miedo. Nos enfrentamos con las paredes de la casa, del piso, del adosado, del chalet que al menos tiene un espacio abierto en muchos casos… Con un hato de paciencia y entretenimientos tecnológicos vamos dando capotazos toreros al toro del coronavirus. Porque estamos convencidos, gracias a Dios, yo, así lo creo, que  después de esta oscuridad vendrá la luz,

Y así aparcados tras de puertas y ventanas buscamos los sucesos en móviles, radio, televisión y ordenadores la improbable noticia de que por fin tenemos una vacuna; soñamos con esa pócima mágica mientras jugamos a creer lo que nos dicen la cifras oficiales de enfermos y fallecidos. Accedo a leer a los poetas y hasta yo escribo algunos versos intentando no hablar de lo injusto que nos sucede  porque no está bien hacerlo. No es correcto. Ni bien visto. Pero se nos mueren los nuestros. Y yo no puedo dejar de pensar en ellos. Miro las nubes desde mi estancia y aspiro el aire que a veces huele a lluvia en brazos de esta primavera  llena de espejos tristes y rotos.

Reflexiono sobre lo que significa y representa la palabra Democracia; para mí  mayoritariamente  es libertad: Libertad y respeto, contraria  al poder  absoluto y manipulador. La Democracia  no puede olvidar a la humanidad; a la ciudadanía que le ha confiado con sus votos el poder. Porque los elegidos son los que amparan al pueblo al gobernar. Y ahora no puedo responderme, ni resistirme a preguntarme, porque no se dice con verdad lo que nos sucede. Nos morimos. Se nos están muriendo solos hijos, padres, hermanos, amigos sumando cifras escalofriantes; no tiene sentido, ni lógica, ni es bueno, que se nos trate como un pueblo inepto. Las cifras registradas, cuando pase este drama, se quedaran anotadas y dirán los números auténticos de los que desaparecieron en la pandemia. Ignoro quienes contaran la multitud  pero se escribirá y se juzgará todo cuanto está sucediendo.

Nuestra sociedad si deja de ser humana carecerá de conciencia y, sin conciencia, no hay cultura. Porque nuestra cultura  tiene su base y permanencia  en los símbolos rituales de las creencias clásicas donde se imploraba a los dioses y más tarde en el Dios judeocristiano monoteísta. Si nos distanciamos de lo que es justo, nos autodestruimos. Y no sería la primera vez que por  falta de coraje y de enfrentarse a la verdad una civilización se ha extinguido.

La verdad está en la información periodística que levanta acta notarial de lo que acontece. De no ser así nos engañamos. Porque un periodista de cualquier medio de información, no debe olvidar que es el que da la noticia, con las consecuencias derivadas de como la difunda. De ahí su credibilidad. Y también su influencia en la opinión pública.

Nos lo dice el poeta romano,  Virgilio”nunc victi, quoniam fors omnia versat” (Bucólicas IX 5) Ahora estamos vencidos, tristes, pues todo lo cambia la suerte. Virgilio, se podría decir que escribió sobre la vida normal y sencilla, defendiendo los orígenes agrarios de Roma, al hacerlo  su obra  se reconoció como epopeya nacional. Me atrevo a aventurar que ejerció de periodista de la antigüedad. Escrutar la realidad es necesario aunque carezca de poesía.  ¿Acaso por ocultarlo se parará este cortejo fúnebre? Existimos y escribimos del dolor de tantos conocidos y desconocidos y si hay que pedir perdón por nuestros errores, se pide, con dolor y humildad: hacerlo es demostrar humanidad.  Humanidad desde todos los frentes sociales unidos para salir con coraje y determinación. Orgullo de nuestros sanitarios que están dando hasta la vida. De todos los que no están confinados, trabajando para el bien común, y jugándose su integridad.  Compartimos el bien común, en ello radica cambiar la suerte a nuestro favor. Es prioritario confiar para mantener la esperanza con poesía, música, colaborando en otros campos  y con la verdad por encima de todo.

Natividad Cepeda

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