Sobre la misma llanura manchega, además de edificios, casas y ciertas construcciones como los apriscos de ganado lanar, bombos, y casas también nos encontramos con las casetas de pozos de agua.
Desde la existencia de los pozos al aire libre que se encontraban en ciertas casas y especialmente en los apriscos para el ganado que existían dispersos y que se utilizaban para agua de bebida para animales y personas y en algunos casos para el riego de un pequeño huerto, hemos pasado a los pozos de riego que cada vez en mayor cantidad fueron poblando los campos para poder permitir el suministro de agua de riego para los cultivos.
Estos pozos no eran artesanos como los antiguos empleados para suministrar agua de bebida para personas y animales, sino que se trata de pozos perforados y a distintas profundidades mediante máquinas de perforación. En estos pozos se introducían bombas que, mediante movimiento giratorio, impulsaban el agua hacia las tuberías de salida, para que, posteriormente, mediante otras tuberías o sistemas de riego, permitieran repartir el agua a los cultivos.
Estos primero pozos se realizaron sin que a la salida hubiera un sistema posterior de comunicación, pero progresivamente se han ido realizando modernizaciones. Como indicamos los primeros pozos regaban a pie, es decir, a la salida se preparaban regueras de riego que iban comunicando el agua a toda la superficie de la tierra. Con posterioridad se comenzaron a instalar tuberías de distribución de duraluminio y en un paso más se procedía a distribuir por la parcela tuberías principales en la superficie de la tierra con instalación para poder acoplar otras tuberías secundarias o colocación de aspersores para riego.
Las primeras tuberías de riego generales se instalaron de uralita, un material que fue desplazado por tuberías de duraluminio de 6 metros y se regaba por aspersión a un marco de 12x12 metros de forma generalizada y ya como lo más usual las tuberías de PVC de distribución y de polietileno las de portagoteros.
Sobre la perforación se construían casetas de obra para protección de la instalación y a esta salida de agua directa del pozo se fueron acoplando distintos aparatos de control y medición en las instalaciones con grupos electrógenos o eléctricas, como fueron filtros de arena, dispositivos de control de la presión de riego, relojes para acoplamiento de turnos de riego, así como dispositivos para poder realizar tratamientos fitosanitarios por disolución de los productos en el agua de riego.
Los primeros pozos se suministraban la energía para el movimiento de la bomba mediante depósitos de gasoil con motores de 4-6 cilindros que aún existen y posteriormente mediante instalaciones eléctricas, adecuando los métodos de control a las nuevas instalaciones.
Ello ha permitido una mejora sustancial en la comodidad en la ejecución de los riegos y un mejor control en los turnos y en el adecuado manejo y suministro de las aguas para riego.
Como consecuencia de la necesidad y obligatoriedad de efectuar controles de los consumos de agua de riego se hizo necesario conocer por cada agricultor sus volúmenes utilizados, por lo que las instalaciones de riego, disponen en su salida un aparato llamado caudalímetro que controla el volumen de agua que se maneja por cada periodo de tiempo y finalmente por cada campaña. En mayor grado de modernización existen muchos pozos controlados por aparatos de medida de los consumos directamente por ordenador.
De otra manera estas pequeñas construcciones disponen en su recinto de una serie de aparatos que sirven para realizar un manejo muy técnico y práctico de un correcto control del riego a los cultivos y además permitir regular el gasto volumétrico del agua.
En definitiva una caseta de riego contiene o puede contener, bien en su interior o inmediatamente adosado a la caseta:
Una caja eléctrica donde existen los interruptores necesarios para poner en marcha y regular el uso del funcionamiento del motor que mueve la bomba.
En terrenos muy arenosos un depósito de arena que actúa de filtro, para evitar estancamientos en la red de distribución.
Otro depósito que se utiliza para la aplicación fertilizantes líquidos a los cultivos.
Otro depósito para la incorporación de líquidos de productos fitosanitarios u otros compuestos reguladores.
Un aparato que mide los caudales utilizados, ya mencionado.(caudalímetro)
Por lo tanto las casetas de riego aportan una nueva vista de nuestros campos que añade una parte del paisaje que se sigue modelando en nuestros campos, demostrando que nuestra llanura sigue existiendo, pero con distintas variaciones en tramos de sus superficies con continuas apariciones de manchas que van desfigurando nuestro ancestral paisaje, que hemos mencionado al inicio de nuestros artículos, donde indicábamos que el paisaje natural era una inmensa llanura donde únicamente era interrumpida por la presencia de los pequeños y continuados diminutos bultos de la viña y la total longitud de los cereales y sus cambios de color natural según van creciendo.
Hemos intentado relatar y resaltar el modelo de paisaje de nuestras llanuras en la zona más natural y el proceso llevado a cabo a lo largo de los años, pero, a pesar de todas estas modificaciones del paisaje, desde cualquier punto la llanura manchega sigue estando ahí, por mucho que queramos modificarla.
