Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Desde luego nuestra inconstancia agrícola es evidente y fácilmente demostrable, avalada por el alternativo proceso seguido en los últimos 40 años en nuestra agricultura, unas veces influenciada por la misma política comunitaria, otras por la propia necesidad de buscar nuevos horizontes de rentabilidad en las explotaciones en donde debemos incluir las mejoras tecnológicas y el incremento de la demanda de determinados productos agrícolas.

En este proceso se hace necesario incluir la labor desarrollada por las propias cooperativas de todo tipo y una mejor  coordinación del sector que claramente ha ido evolucionando en función prioritaria de la demanda de determinados productos que se han ido introduciendo por las necesidades del consumo y de la propia evolución de las técnicas y prácticas de los cultivos.

Como mencionamos en nuestro artículo dedicado a la reforestación, donde argüimos la presencia de nuevas sombras en nuestros campos, hemos de añadir en estos momentos actuales de la agricultura, unas “nuevas sombras” que han aparecido en las tierras que han dejado de ser cultivos  a pie de tierra  y se han transformado en cultivos arbóreos.

Sin duda nos estamos refiriendo a la aparición en nuestras parcelas de dos árboles de frutos secos cuya demanda ha ido creciendo y que ha dado nuevas posibilidades de rentabilidad a nuestras explotaciones.

Árboles frutos secos

El primero en introducirse en la comarca ha sido el cultivo del Pistacho, árbol que hasta la fecha está dando buenos resultados en cuanto a la respuesta del árbol a nuestra climatología y su adaptación a suelos y tierras.

Árboles frutos secos

Con posterioridad fueron apareciendo plantaciones de otro árbol que proporciona también frutos secos como el almendro.

Árboles frutos secos

Estas dos plantas no han sido muy conocidas en Tomelloso como cultivos con anterioridad y por lo tanto hay que considerarlos como de nueva introducción, aunque en La Mancha ya existían plantaciones antes de las introducción de las nuestras.

Árboles frutos secos

De esta forma  nuestros campos se han poblado de estos árboles que se han generalizado por estar dando unos buenos resultados, aunque sin duda el almendro se está incrementando en mayor medida que el pistacho, teniendo en cuenta que el cultivo del pistacho ofrece algunas particularidades especiales que el almendro no demanda.

Por esta evolución, podemos confirmar que pasear por nuestros campos supone encontrarnos con una diversidad de panoramas de distintos colores, tonos y vegetaciones de orden diferente, desde los brillantes luces que proporcionan los alambres de las espalderas, hasta la seriedad de los olivos, la graciosidad del aspecto de las hojas del pistacho y la formalidad que dan los almendros al contemplarlos. Si  a ello acompañamos las verdes coloraciones de las siembras de cereales y el verde color de las hojas y pámpanas de la viña, nos ratificamos en esas  variadas fases que nos enseñan las tierras y con ello podemos asegurar que  la diversidad que marcan nuestros campos hacen más  sorprendente considerar la gran evolución que hemos tenido en este período de lo que podíamos llamar la revolución agrícola de los tomelloseros, pero no olvidemos que aunque “la viña se haya vestido de seda, la viña se queda siempre”.

Árboles frutos secos

 

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