La situación actual de nuestros viñedos ha sufrido en los últimos veinte años una evolución positiva al haber mejorado distintas labores, técnicas de cultivo y procesos de elaboración de muy alta importancia. La situación actual de nuestras plantaciones es diversa por distintos aspectos que influyen en cada una de las explotaciones agrícolas, no así en cuanto a los procesos de elaboración de la uva, donde los cambios han sido de tal repercusión que podemos afirmar que reunimos unas excelentes instalaciones capaces de elaborar cualquier tipo de vino en las mejores condiciones de calidad.
Las parcelas vitícolas en particular disponen de plantaciones de diversas situaciones, desde las plantaciones propias y típicas de secano en forma baja, plantadas en el sistema tradicional con plantas injertadas y fundamentalmente de variedades Airén y Cencibel, donde es curioso nombrar variedades en decadencia o desaparición que existían en nuestras parcelas y que al menos recordarlas merece la pena; entre ellas se encuentran: Chelva, que era una variedad de uva de mesa utilizada en vinificación de gran producción, hoy prácticamente desaparecida; Tinto de la Pámpana Blanca, muy escasa y poco representada y desconocida de forma general; Gordal, muy productiva y bien adaptada, también desaparecida; Cirial, también conocida como Jaén, que tuvo gran extensión y hoy en día ni tan siquiera se encuentra autorizada; Tinto Velasco, que ha existido hasta hace pocos años en los viñedos de secano de Castilla-La Mancha.
En las plantaciones de riego siguen existiendo viñas en forma baja, en franca regresión, aunque todavía se mantienen buenas superficies plantadas de la variedad Airén fundamentalmente y de Cencibel y algo de Macabeo y, por fin, las plantaciones en formas apoyadas donde, poco a poco, va despareciendo la variedad Airén, habiendo sido sustituida por otras variedades y una permanencia del Cencibel, incluso incremento y por el lado de variedades blancas, sustituida por Macabeo, aunque en principio tuvo su apogeo, va siendo desplazada por Chardonnay, Sauvignón Blanc, Viognier y Verdoncho, Moscatel de Grano Menudo y alguna otra (ya mencionadas en nuestra artículo anterior).
Cada vez más se está intentando realizar un proceso de valoración de la calidad de las uvas procedentes de estas plantaciones intensivas en espaldera en función de los parámetros de calidad máximos para determinar una clasificación que permita poder elaborar vinos que mejoren la calidad.
El proceso de evolución de las plantaciones extensivas se ha aplicado bien mediante nuevas plantaciones, así como la subida de vaso a espaldera en plantaciones ya existentes.
La mayor ventaja de estas plantaciones se encuentra fundamentalmente en la facilidad de poder realizar la vendimia mecanizada, así como la mayor facilidad de los tratamientos y existir una mayor ventilación y aireación de las plantas de vid. La poda sigue realizándose manualmente, aunque permite una mayor facilidad en la operación a cada cepa y por lo tanto una mayor rapidez en la poda.
La introducción de las nuevas variedades llamadas “mejorantes” ha pretendido aportar a los vinos nuevas cualidades que permitan dar unas condiciones que el mercado venía demandando y que era muy difícil que aportaran nuestras variedades clásicas Airén y Cencibel, por lo que parámetros como acidez, aromas, taninos y otros componentes de las uvas pasaran a formar parte de los vinos aportando estas nuevas cualidades que hasta la fecha no aportaban las tradicionales. De igual forma ha permitido comenzar el envejecimiento de los vinos en barricas, elaboración que en nuestra tierra no se venía haciendo y que ha dado como consecuencia la apertura de nuevos mercados para nuestros vinos con una mayor amplitud de tipos de vinos en oferta al mercado.
Todo el proceso llevado en nuestra zona ha proporcionado una solvencia en la producción vitícola con un proceso de modernización y de actualización técnica que permite asegurar que el proceso seguido hasta ahora está proporcionando unos buenos resultados.
Podemos añadir que los tomelloseros han conseguido actualizar unas explotaciones vitícolas modernas, que han superado los márgenes de calidad de los vinos producidos por el gran esfuerzo de los agricultores y por las fuertes inversiones realizadas, tanto por los propios viticultores, como las realizadas por las entidades cooperativas, existiendo las instalaciones más modernas que actualmente puedan encontrarse en España, sin que ello suponga un desmerecimiento de la calidad, sino simplemente ofrece la posibilidad de proporcionar vinos al mercado según la demanda y en atención a los gustos de los consumidores, de acuerdo con las nuevas tendencias en las prioridades de los consumidores de vinos.
