Cuadernos Manchegos
Arcana conciencia y comportamiento del ser humano

Cavilaciones en Ruidera

Arcana conciencia y comportamiento del ser humano

Misterioso “mecanismo” el de la arcana consciencia y comportamiento del ser humano; siempre con sed  de poseer, dominar, vivir eternamente y ansias de molicie…; a veces sin sentimiento propio; con pensamientos contradictorios… Capacidades perceptiva y reflexiva embarulladas… La especie humana, una vez “entresacados” unos cuantos ingeniosos y virtuosos sujetos, el resto, como decía una sabia y cana mujer: “… No te quiebres los cascos de la cabeza, que este mundo lo va a heredar otro… Que, apartadas unas cuantas buenas gentes, que nos mantienen en pie a los demás, en nuestra efímera existencia, el resto somos una camarilla de elementos imposibles e inconclusos, criminales con todo y con nosotros mismos… Dominar, acaparar, lucro… Mundo del crimen…; mundo ensangrentado… Mundo que no paramos de hacer trizas, para que unos cuantos vivan a cuerpo de rey…”. Me miró un tanto desconcertada, cuando le dije: “… Pero los seres humanos nos quedamos estancados, cuando la destrucción de nuestro mundo, donde el sumun de las divinidades es el dinero,  se detiene…”.

Si el ser humano fuera capaz, (quizá no pueda serlo nunca) de sacar conclusiones lógicas, plenas de sentido, a partir de la evidencia de su comportamiento, repudiando, primeramente, sus obstinaciones y acomodaticias leyes; que un día decidió dictar, más que nada, para cuidar sus egoístas intereses, supremacías, reglas y para sentirse descargado y limpio de “pecado”, alcanzaría tal grado de percepción, sosiego y reflexión, que disfrutaría de una armonía o dinamismo social; hoy signo mágico imposible…

  Los sentimientos y comportamiento humanos, continúan siendo primitivos y nuestra conciencia un enigma… La multitud se siente amparada e identificada en la aglomeración; pero ese “amparo” persiste, mientras la multitud se mantiene agrupada… En días pasados, escuchaba y contemplaba cómo por un altavoz se anunciaba un evento deportivo… Entorno al sitio del amplificador se instalaba la muchedumbre, que luego animaba emocionalmente; al unísono, a los deportistas, mientras se mantenía el momento álgido de la competición… Cuando la prueba deportiva empezaba a languidecer, los individuos agrupados se iban disolviendo con un comportamiento anónimo porque, lo que tenían en común minutos antes,  se había desvanecido… Ahí los primitivos sentimientos de sociabilidad del individuo humano, cooperando para que las normas  de grupo o “estructuras clánicas”—como nos explica don Joaquín Caballero Soler—funcionen…

El sujeto humano actúa absorbido por el poder; por aparentar e impresionar con sus actos, pertenencias y estatus social… Con la excitación de que  su cometido u obligación es la movilidad…; no parar de poseer y conquistar… El ocio y la paz no son su estado natural; la ociosidad permanente y “detenerse”, generan un influjo pernicioso en el individuo… Es evidente que necesita relacionarse con sus semejantes, porque es sujeto sociable y la soledad no es su fuerte… Pero es tremendamente  emocional  cuando se aglomera; tendiendo en mayor medida a la anarquía que a la disciplina…—Véase cierre perimetral, mascarillas, distancia de seguridad…—. Todo tipo de circunstancias, principalmente las afectivo-emocionales, influyen excesivamente en las agrupaciones y más si son multitud… En la mayoría de los casos, su comportamiento, vemos que es voluble, bastante inconsciente y violento… Cuando de “colegas”, presumiblemente aleccionados, saltan voces: “¡Vamos, ahora…! ¡A por ellos…!” La masa humana arrasa todo lo que encuentra a su paso… La multitud, normalmente, es de emociones simples, elementales, primitivas: adrenalina de la supervivencia o para “ganar la batalla”; miedo, “abducción” por un líder…; fanatismo por un deporte, espectáculos, política, religión… Sentimientos primitivos que, al ser humano, le hacen perder su identidad individual y a veces su capacidad de reflexión y percepción de la realidad… Miente para sobrevivir; ríe “tontamente” y grita para hacerse notar… Cualquier imposición, “prohibición”, “por su bien”—como también decía aquella juiciosa anciana— o por la preservación de su entorno natural, son motivo de rebelión, negación y agresión…

La conciencia y el lenguaje de que está dotado el ser humano, le permiten— como dijera el emperador Marco Aurelio— ocultar sus pensamientos… Llegando—en palabras del médico e historiador, Pedro Laín Entralgo—a inventarse el “minuto de silencio, en detrimento de toda oración”.

Ciertos comportamientos colectivos,  es peligroso ponerlos en tela de juicio… Ello puede conllevar implícito el  acoso, la expulsión de la comunidad, la condena y la ejecución, del sujeto criticón… La “tribu”, también tiene que sobrevivir con artimañas, vandalismos y revueltas, contra las falacias, ampulosidades, omnipotencias y tiranías del “caudillaje” y de los “Chamanes”, con sus leyes cargadas de absurdos y sus privilegiadas clases, elitistas y extremistas… Todo ha dependido siempre, depende y dependerá de la arcana conciencia y comportamiento de los seres humanos… Pasemos cada comportamiento nuestro, a nuestra propia  conciencia, por pudor de nosotros mismos…

Salvador Jiménez Ramírez