Cuadernos Manchegos
Cuenca: rumbo y destino

Cuenca: rumbo y destino

Con las palabras que siguen no pretendemos abanderar una defensa de los arquitectos. No queremos responder ni parecer la voz  domesticada y mansa de un colectivo profesional, tampoco actuar condicionados por algún tipo de rédito político. Tras 16 años de existencia del Consorcio Ciudad de Cuenca, es momento de defender la Arquitectura, de defender el Patrimonio. El nuestro.

Un Consorcio con 16 años de existencia: los 7 primeros a cargo del geógrafo Luis Esteban Cava y los 9 restantes a cargo del arquitecto Daniel León. 2.5 millones de euros anuales que hacen un total de más de 35 millones de dinero público recibidos de las cuatro  administraciones. De ellos, 13.5 en el banco, desconocemos esperando qué. Y aquí se acaban los números conocidos por todos y empieza el vacío. Teniendo el privilegio solo gozado en España, con nosotros, por Toledo y Santiago de Compostela, en nada nos parecemos al recorrido de las otras dos ciudades en premios y reconocimientos. Ni una sola intervención de prestigio se ha derivado de esta inversión pública millonaria, fruto quizá de practicar, de manera única y reiterada esos tres lustros, un sistema de adjudicación de proyectos
basado en la invitación constante a profesionales para proceder a adjudicarlo al que oferte mayor baja económica. Con 13.5 millones de euros en el banco, ¿qué sentido tiene el abaratamiento como único criterio de selección para los profesionales que han trabajado en nuestro Casco Histórico?.

Este 12 de mayo se derrumbaba la ladera a los pies de las Casas Colgadas, tras agónicas muestras de auxilio. No se conocen reflexiones ni autocríticas, solo la sustitución del Gerente del Consorcio por el ingeniero agrónomo Mariano Teruel, cesado a su vez de la Gerencia de Geacam hace escasas seis semanas. Habiendo indagado en su curriculum, solo hemos podido constatar su larga trayectoria en cargos de libre designación política en entidades y administraciones dedicadas a la Obra Pública. Nuestro desconcierto es, suponemos, como el de cualquiera que viese sustituido a un gerente del SESCAM por un ingeniero agrónomo, por ejemplo.

En la asamblea de Colegio de Arquitectos de Cuenca celebrada el pasado jueves, y ante un público tan escaso como la demografía conquense, nuestro presidente se lamentaba de la no consideración del Ayuntamiento a sus profesionales antes cuestiones tan graves en la ciudad como la pérdida de los fondos DUSI, la obstrucción del POM o el estado del Patrimonio.

Nos enfrentamos a un periodo nuevo en el que esta catástrofe desnuda lo evidente: la no existencia de un criterio para Cuenca. La dificultad de encontrarlo la declaraba el visionario Antonio Saura hace cuatro décadas, titulándola “Cuenca, en el camino de su destrucción”. Queremos abandonar esta senda fatal. Si el nuevo gerente de formación ajena al patrimonio persigue los fundamentos del Consorcio que son “la conservación y revitalización del patrimonio de la ciudad” deberá dar con el ambicionado criterio, y por encima de la efectividad en la gestión hacer por encontrar el secreto del tan retrasado éxito.

Nos parece así mismo imprescindible recordar otra labor irrenunciable del Consorcio, como es velar por la cultura de la ciudad. La cultura en Cuenca ‐que en otras épocas se viese representada por ejemplo por Seminarios de repercusión internacional a cargo de entidades como la Universidad Menéndez Pelayo o certámenes de prestigio innegable como la Semana de Música Religiosa‐ en la actualidad podría tristemente envidiar a la que se da cita en cualquier localidad de nuestro entorno.

Así, y sin renunciar al sueño de Cuenca, “Hagámoslo. Pero hagámoslo bien”.
Firman y se adhieren al texto:
Asociación Cuenca IN Accesible por Naturaleza
Asociación de Vecinos del Casco Antiguo de Cuenca
Asociación de Vecinos Centro de Cuenca
D. Jesús Carrobles Santos
D. Juan Ignacio Mera González
D. José Ramón González de la Cal
D. Carlos Rojo Antúnez