Cuadernos Manchegos
Insospechada muerte de Pablo Ortiz, Director de la revista "PASOS" de Tomelloso

Insospechada muerte de Pablo Ortiz, Director de la revista "PASOS" de Tomelloso

Son días estos en los que, en nuestra mente “confinada”, se forjan pocas armonías por los tonos de espectáculos de agonía y muerte… Vamos meditando, día tras día, sobre el sentido profundo de demasiadas cosas… Hay momentos que no sabemos  qué es la “procesión” de la obscuridad y el silencio… Y deliramos con alboradas en clara confusión… Nos empavorecen los fantasmas de la vida… Me veo y oigo viejo de mí… Cierta alegría, al escuchar los “gritos” de unos gorriones pedigüeños, enmudece al recibir la noticia de la muerte de nuestro amigo Pablo Ortiz, director de la revista “Pasos”, con el que tantas inquietudes literarias hemos compartido… De repente, he sentido como un sueño muerto…; una gran angustia y hasta dolor físico, que pasarán sus horas para concluir… Con frecuencia me llamaba por teléfono, pidiéndome colaboraciones, también buscando sosiegos “azules”, que ya no encontraba en los “cielos” insuficientes de quienes aparentan gobernar con sinceridad… Hace meses, sin venir al caso, bastante decepcionado por ciertos entes que se deben preocupar por procurar cultura a los pueblos, me impactó que me dijera:  “cuando me muera acuérdate y escribe algo sobre mí y de mi labor cultural en tierras manchegas…”. Reconozco que perdí un tanto la somnolencia…; aquella que me invadía, cuando se ponía tabarroso o trataba de enmarañarme en el bosque de la política y en los campos imposibles que describía… Hoy, todo se mezcla por una tangente hacia el infinito… Reconstruyo aquella oficina de redacción, hoy ya desierta, como un cofre vacío, donde Pablo, de manera abstracta, se fugaba del espacio y del tiempo… Reconozco, que en un principio, a Pablo lo le preocupaba, excesivamente, lo trágico que sucedía en China; escenario tan lejano de una “peste”, que se esparcía por el planeta, cargada de amaños, mentiras y muerte… Amigo Pablo, que mi recuerdo y estas líneas, graben tu obra en las “retinas” del más allá...

Salvador Jiménez Ramírez