Desde que comenzase la pandemia generada por la COVID-19, el mundo de la cultura se ha tambaleado de manera inevitable.
Los grandes pilares de nuestro estado de bienestar: Sanidad, Educación y Bienestar Social pasaron a ocupar el proscenio de la situación pandémica con brillantes candilejas que requerían toda la atención.
La escena sanitaria era, y es, tan acuciante que todos los demás ámbitos de nuestra vida han pasado al backstage.
El periodo de confinamiento generó tal ansiedad, que es la cultura con su entrada estelar en escena, la que contribuye a calmar ese dolor que la pandemia está generando en la población.
Una cultura reinventada que hace ingentes esfuerzos por paliar la situación económica del sector, y a la vez, servir de consuelo a esa Platea ansiosa por devorar con su máxima atención ese libreto dirigido a calmar sus desvelos e inquietudes.
El elenco de formas culturales llega al público a través de la digitalización de la cultura, que en gran manera contribuye a su re-invención.
Y entre bambalinas, el Gobierno Regional, expectante a los cambios en el escenario sanitario, con unas inmensas ganas de relajar medidas para que el sector cultural no sufra más.
Ayudas para paliar los efectos del cese de la actividad por cuestiones ajenos a ellos mismos.
La oposición representa `La Danza de la Muerte´, bailando una y otra vez alrededor de las tumbas, para que el rédito político que genera la pandemia no se acabe.
Teatro de la Crueldad al que una y otra vez nos tienen acostumbrados. El soliloquio de los líderes que alzan su voz contando la dimensión de su realidad.
El Gobierno lo tiene claro. El sector cultural tiene que renacer y tomar impulso. Recuperar todo lo perdido.
Manuela Casado.
Diputada regional del PSOE por la provincia de Ciudad Real
