Continuamos explicando nuestras costumbres, coloquios y conversaciones, donde es raro que no digamos casi siempre alguna de nuestras expresiones, pues somos muy propensos a decirlas para afianzar una explicación o acabar la conservación de forma rápida, pero tajante.
Ya sabemos que cualquiera de los dichos y refranes pueden encontrarles su explicación, pero intentamos dejárselos resumidos y de esa manera evitarles tener que buscarlos.
“No ha venido ni el Tato”
Con esta expresión tratamos de dar a entender la poca presencia de personas a unos determinados actos, asambleas, reuniones o convocatorias cualesquiera.
El Tato, era el apodo con que se conoció a un popular torero andaluz llamado Antonio Sánchez, nacido en 1835 y fallecido en Sevilla en 1895. Su particularidad reside en que era un persona que asistía a todos los eventos que existían en la época, ni que decir tiene que a todas las corridas, de tal forma que, como consecuencia de una cogida, le amputaron la pierna y, a pesar de ello, seguía acudiendo a las corridas y a todas las citas al igual que antes. De ahí proviene la expresión que cuando “El Tato” falla es que el espectáculo no gusta o no tiene la atracción suficiente para el público.
“Viva la Pepa”
Se suele decir que alguien es un “Viva la Pepa”, cuando le importa todo un comino y lleva su propia vida sin contar con nadie y hace las cosas sin consultar y a su manera. Aunque la expresión puede entenderse como un desorden, en realidad es una forma de expresar la libertad de las personas.
“Viva la Pepa” es la fórmula que utilizaron en Cádiz, y en toda España, como consecuencia de la aprobación el 19 de marzo de 1812 de la famosa Constitución de Cádiz, después de la derrota de los franceses y que, como era femenina, en lugar de José la llamaron la Pepa y suponía la derrota de los franceses y la libertad de España.
“Estar en la gloria”
Cuando decimos esta frase es que nos encontramos en un lugar cómodo, con enorme satisfacción y nos alegramos de estar en esa situación.
Aunque lo normal es que pensemos que “Estar en la gloria” tiene connotaciones divinas o religiosas, la verdad es que no tiene nada que ver. La gloria era, y es, un sistema de calefacción donde el calor se difunde por el suelo, dando una sensación de bienestar y satisfacción sobre todo en épocas de frio y antiguamente cuando no se utilizaba la calefacción de la que ahora disponemos, era el único sistema que se utilizaba mediante encender la lumbre con leña o carbón y disponer de calor en las casas.
“La casa de tócame Roque”
Cuando nos expresamos con esta frase queremos indicar que existe un desorden, una falta de entendimiento y supone líos, follones y desavenencias, donde nadie se pone de acuerdo.
Pues esta expresión tiene una historia muy larga. En primer lugar esta casa existió y se trataba de una típica corrala de Madrid con su patio enorme de entrada y viviendas para los distintos vecinos que convivían en las partes superiores y también bajas. Cuando falleció la propietaria dejó herederos a dos hermanos que se llamaban Juan y Roque, que vivían en la corrala y que discutían continuamente en repartirse la herencia y todo el vecindario escuchaba diariamente las mismas palabras entre hermanos: ”Tócame, Roque”, “Que no, tócame a mí”, disputándose la herencia, pero nunca se ponían de acuerdo, lo que dio lugar a este dicho.
Pero, es que además, cuando posteriormente al cabo de los años, el propietario quiso desalojar al vecindario, los vecinos se negaron después de varias trifulcas y huelgas, hasta que después de un año de protestas, tuvo que intervenir la autoridad gubernativa para expulsar a los vecinos no sin antes provocar también algún disturbio, ya que se amotinaron nuevamente y debieron salir calentitos. ¡Pues igual que ahora! ¿O es que pensamos que esto solamente sucedió hace muchos años?