Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
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Es una de las fiestas que más convocatoria produce entre la gente, por su número de participantes, por su colorido, por su imagen y por sus muchas y diferentes singularidades.

Por dar una primera información comentaremos que “La Endiablada” es una fiesta que se celebra en la localidad conquense de Almonacid del Marquesado, los días 1, 2 y 3 de febrero en honor a la Virgen de la Candelaria y  de San Blas y la fiesta está declarada como Fiesta de Interés Turístico Nacional en el año 1964.

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Durante estos tres días se realizan procesiones por las calles de la localidad y los que más participan en las fiestas son los llamados “diablos” que son vecinos convenientemente vestidos que son los que dan la imagen específica de las fiestas.

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El origen de esta fiesta no se encuentra debidamente aclarada, pero existen dos versiones: una primera que habla que cuando la Virgen María tenía la necesidad de presentar a su hijo, tenía miedo por no tener hombre que presentar, al haber sido crucificado Jesús, y entonces aparecieron una multitud de diablos vestidos como tales, que lo que hicieron fue entretener a la gente para que nadie se diera cuenta de esta circunstancia y la segunda versión desarrolla que unos ganaderos de Almonacid encontraron en un paraje la imagen de San Blas, pero la imagen fue disputada por los vecinos de Puebla de Almenara por estar en un paraje de disputa entre ambos. En definitiva que los bueyes que presentaron los de La Puebla no fueron capaces de trasladar la imagen, mientras que las pequeñas mulas de los de Almonacid sí lo consiguieron, por lo que la imagen quedó en este pueblo. Para celebrarlo los vecinos colgaron cencerros a los animales y los hicieron sonar y la imagen de San Blas fue lavada con alcohol, tradición que aún se conserva.

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En definitiva, sean verdaderas o falsas ambas, las fiesta actual presta una mezcla de ambas tradiciones, porque durante la procesión que se produce existen unos personajes y unas danzantas que se visten de esta manera y en definitiva es el resultados de las fiestas.

Como hemos dicho los principales personajes son los diablos que son vecinos que deben apuntarse para serlo y pagar una cuota.

Las vestimentas son muy originales, aunque cada diablo lleva la suya, y suelen tener mucho colorido y, tanto la blusa como el pantalón, son de gran originalidad y muy vistosos con multitud de colores y con figuras de todo tipo, flores, muñecos y otros. Además llevan a la espalda, colgados del cuello, unos cencerros pesados y grandes y llevan en la mano una cachiporra (bastón) con la imagen de un demonio, además de un gorro también de colores y adornados, que solamente cambian por un Mitra episcopal de color rojo cuando lavan la cara a San Blas. En los sucesivos días los diablos bailan y saltan desacompasadamente y hacen círculos haciendo mover constantemente los cencerros.

En general los pasacalles se llenan del ruidosos estruendos de los diablos que contrastan con las danzantas, que son mujeres vestidas con trajes elegantes y que dan el contrapunto con los diablos,  ya que danzan y bailan con una gran coreografía y además recitan versos y llevan castañuelas que hacen sonar con canciones populares, a lo que hay que añadir los continuos vítores que se realizan dirigidos a los sacerdotes, a las danzantas, a las autoridades y cómo no a los santos.

Por finalizar es necesario recomendar la visita a esta localidad porque el espectáculo, además de ser original, es verdaderamente impresionante y digno de ver.

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