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Cuadernos Manchegos
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Personas con parálisis cerebral han reclamado este martes, con motivo del Día Mundial de la Parálisis Cerebral, un compromiso político y social en la construcción de un futuro mejor para frenar las desigualdades del colectivo, que se han agravado más aún por la pandemia, y que se tenga en cuenta la presencia de estas personas en los proyectos de reconstrucción social.

Así lo han manifestado en un acto institucional online que Confederación ASPACE ha organizado para celebrar el Día Mundial de la Parálisis Cerebral y dar a conocer la campaña que ha puesto en marcha bajo el lema #UnFuturoMejor, a través de la cual pretende reclamar un compromiso firme por la sostenibilidad del sector para garantizar la reconstrucción desde el enfoque social de derechos y alcanzar así un futuro mejor para toda la sociedad. 

En el acto han participado el director general de Políticas de Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, Jesús Celada; el presidente de la ONCE, Miguel Carballeda; el presidente de CERMI, Luis Cayo Pérez y la presidenta de Confederación ASPACE, Manuela Muro. Además, dos mujeres con parálisis cerebral han leído el manifiesto del Día Mundial de la Parálisis Cerebral para trasladar a las instituciones las propuestas que el colectivo ha recogido para conseguir un futuro mejor. 

Con esta iniciativa, las más de 120.000 personas con parálisis cerebral que hay en España han reivindicado la igualdad y no discriminación del colectivo y el alivio de la sobrepresión socio-económica de las familias y han pedido que se garantice la sostenibilidad de entidades de atención directa, ya que, según Confederación ASPACE la pandemia ha mermado la calidad de vida y el ejercicio de derechos de estas personas y ha hecho patente la disminución en los recursos de las entidades, que precisan ahora un mayor soporte para seguir actuando con la misma garantía y solvencia.

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Durante el encuentro, dos personas con parálisis cerebral han leído el manifiesto del Día Mundial de la Parálisis Cerebral y han evidenciado el esfuerzo y la solidaridad de 5.700 trabajadoras y trabajadores, de 20.700 personas con parálisis cerebral y sus familias y de todas las personas de las 85 entidades y los 230 centros de atención directa que conforman el Movimiento ASPACE. “Todas ellas hicieron posible la protección de un colectivo especialmente vulnerable como el nuestro”, han subrayado.

Y es que, según han explicado, las múltiples necesidades derivadas de la pluridiscapacidad y el hecho de que el 80% de las personas con parálisis cerebral tenga grandes necesidades de apoyo, ha hecho que este colectivo se sitúe a un lado de la sociedad y en un escenario de especial vulnerabilidad, en especial, tras la crisis de la COVID-19. “Partimos de una situación de precariedad, en la que la aportación de las Administraciones Públicas en muchos casos no llega a cubrir el 50% del coste del servicio específico ofrecido en las entidades”, han recordado desde la entidad.

De la misma manera han recalcado que “el futuro de las entidades del Tercer Sector de la discapacidad es el futuro de las personas que reciben su cobertura: las familias no pueden volver a caer en situación de desamparo, teniendo que asumir todos los cuidados y todas las cargas económicas asociadas a las grandes necesidades de apoyo”.

PRESENCIA INSTITUCIONAL DEL TERCER SECTOR POR UN FUTURO MEJOR

Durante el acto, el presidente del Grupo Social ONCE, Miguel Carballeda, ha reclamado a los responsables políticos del gobierno central y autonómicos que se comprometan con la discapacidad para conseguir un mundo mejor para toda la sociedad en la que la discapacidad tenga una mayor cabida. “Por primera vez en el Gobierno tenemos un vicepresidente que se encarga de los aspectos sociales en los que nos encontramos ubicadas las organizaciones de la discapacidad, aunque ante esta crisis parece que aún no se ha notado”, ha apuntado.

Por su parte, el presidente de CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno, ha recordado que “durante todos estos meses hemos sido un colectivo especialmente sensible al coronavirus y en muchas ocasiones se nos ha negado el acceso a la información y los servicios y durante todos estos meses nos hemos visto solos”. “Hemos tenido propuestas y apoyos muy debilitados y deficitarios por parte de los poderes públicos y han tenido que ser las organizaciones de la discapacidad, de iniciativa social y economía inclusiva las que han provisto del mayor bienestar posible a las personas a las que dan apoyo”, ha señalado. 

En relación a esto, la presidenta de Confederación ASPACE, Manuela Muro, ha confiado en ir de la mano de administraciones, instituciones y de la sociedad en general para que cuando finalice la pandemia podamos decir “no solo que estamos mejor, sino que también somos mejores que cuando todo comenzó puesto que una crisis sanitaria y económica no puede convertirse en una crisis de derechos”.

Muro también ha reivindicado la ampliación de las horas de la figura del asistente personal, el aumento de las prestaciones para ayudas de terceras personas en el hogar o la asistencia domiciliaria y que el Ingreso Mínimo Vital reconozca a la discapacidad como unidad de convivencia especial para facilitar el acceso al mismo de las familias. 

Por último, el director general de Políticas de Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, Jesús Celada, ha instado a crear puentes y lazos entre lo público y privado para que juntos colaboren por el bien de la discapacidad a través de la responsabilidad social corporativa. “Es necesario intensificar el desarrollo de esas políticas que fomenten lo público y lo privado”, ha apostillado. 

Asimismo, Celada ha declarado que “una de las prioridades debe ser garantizar la sostenibilidad de las entidades estatales para que ellas sean el tejido que vertebre y ayude a las administraciones a buscar nuevos cauces y canales para ejercer de palanca hacia una transformación social” y ha hecho referencia al empleo puesto que “en estos meses se ha retrocedido seis años en la contratación de personas con discapacidad”. 

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