Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Esta novela es un verdadero ejemplo de las novelas caballerescas de Miguel de Cervantes, donde se incluyen todos los factores propios de una gran novela: amor, celos, batallas, desafíos, enredos, desengaños, encuentros y desencuentros.

En esta amalgama de desenlaces se basa esta historia que de forma resumida trata de los amores que surgen entre una joven española que es llevada a Londres en su contra y es separada de sus padres, y en Londres llega a una familia que la acoge como si fuera su hija y que su hijo termina enamorándose de la joven, pero que para poder llegar a ser matrimonio el joven es obligado por la reina a demostrar su valía, pero por desgracia aparece otro personaje que también quiere casarse con Isabela, que es el nombre de la muchacha, y donde interviene activamente en todo el desarrollo de la novela la reina de Inglaterra. Después de muchos enredos amorosos entre los dos futuros contrayentes, aparece otra nueva mujer como madre del segundo pretendiente, que, en definitiva, termina envenenando a Isabela, y, aunque no llega a fallecer, termina su hermosura y su belleza agravándose por el tóxico recibido y finalizando con una presencia poco menos que horrorosa. A pesar de ello el joven Ricaredo, que así se llama el pretendiente, sigue queriéndola. Isabela gracias a su amado recupera a sus padres y se traslada a España, donde al cabo del tiempo recupera su belleza, aunque recibe la noticia del fallecimiento de su amado Ricaredo y cuando el mismo día en que pretende confesarse como monja y entrar en un monasterio, aparece Ricardo que no había muerto.

La novela está repleta de acontecimientos y donde Cervantes aprovecha para narrar con soltura sus acontecimientos marítimos y sus recuerdos de cuando fue prisionero de los turcos y estuvo en Argel, así como su experiencia en la batalla de Lepanto y donde en uno de los episodios narra su gran conocimiento de estas circunstancias. Además, en general, en la obra, apoya de una manera decidida su defensa de los personajes por ser católicos y su constante pasión por el mantenimiento del honor y de la palabra prometida.

La acción está representada de fondo casi íntegramente con el personaje de la reina de Inglaterra donde apoya casi gran parte de la acción, a la que en ningún caso pone su nombre.

El inicio de la novela ya es de por sí una lección de historia:

“Entre los despojos que los ingleses llevaron de la ciudad de Cádiz, un caballero inglés, capitán de una escuela de navíos, llevó a Londres una niña de la edad de siete años…..”.

En cuanto a la continua exaltación que hace Cervantes de la belleza de Isabel, existe un párrafo que me parece muy interesante:

“Con tales razones, con tales encarecimientos subió al cielo las virtudes de Isabela, Ricaredo, que le pareció a su madre que Isabela era la engañada en llevar a su hijo por esposo”

Cuando Ricaredo recibe la noticia de la reina que antes de contraer matrimonio ha de realizar algunas actividades para la reina, debió coger un gran enfado, vamos que se cabreó seriamente y para ver si tenía suerte y la convencía de alguna manera le dijo a la reina:

“Para servir yo a vuestra majestad no es menester incitarme con otros precios que con aquellos que mis padres y mis pasados han alcanzado, por haber servido a sus reyes…….”

No tuvo mucho éxito porque la reina le encomendó el servicio de ser capitán de una de las naves.

Como una anécdota propia, Cervantes incluye una palabra que yo había oído hace ya muchos años y que no recordaba. La palabra es “pisaverdes” que, aparte de las definiciones de la Real Academia de la Lengua, podríamos traducir simplemente por lo que hoy en día llamamos: “ligones”.

En el final de la novela Cervantes intenta resumir el motivo de haberla escrito:

“Esta novela nos podría enseñar cuánto puede la virtud y cuánto la hermosura, pues son bastante juntas y cada una de por si a enamorar aún hasta los mismos enemigos, y de cómo sabe el cielo sacar, de las mayores adversidades nuestras, nuestros mayores provechos”.

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