Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Visitando la provincia de Salamanca y además de visitar sus bellezas naturales de monumentos, iglesias y otros elementos constructivos naturales, tuvimos la oportunidad de visitar, entre otras visitas, un paraje situado en la comarca de “Los Arribes del Duero” y allí estuvimos, en la cascada más impresionante de las que hemos visto. A esta Cascada se la denomina “Pozo de los Humos”, cuyas aguas discurren entre rocas graníticas y proceden del río Uces, afluente del río Duero.

Es una espectacular cascada natural en caída vertical que produce un impacto impresionante a su caída provocando la producción de vapor de humo al chocar con el pozo granítico que proporciona una mayor espectacularidad. La caída de agua en vertical tiene una longitud de 50 metros, la más grande de España.

Existen dos localidades que se reparten el patrimonio turístico de la cascada:  Masueco de la Ribera y Pereña, con la curiosidad de que ambas se encuentran enfrentadas geográficamente por estar uno a la derecha y otra a la izquierda del río Uces.

Todo el recorrido está bordeado por rocas y se puede acceder con facilidad por ser una ruta muy conocida y visitada por su belleza y espectacularidad. Desde la parte superior se puede observar pasando por una pasarela muy simple que para algunos les da miedo y se puede descender a la parte baja de la cascada por dos lugares, derecho e izquierdo, llamados: Sendero de Peña Rubia o bien por la Cañada de Zarzalino. La ambición de todos los visitantes es poder bajar al pozo donde cae, que es  un reto que todo el mundo desea realizar y les puedo decir que es un verdadero reto, pero que merece la pena, porque la sensación que produce una vez en la parte baja es impresionante y se lo digo por experiencia porque ha bajado hace ya muchos años, pero una vez contemplada la impresionante cascada desde su base hay que subir y les puedo decir que eso sí que es un  reto. La primera vez que lo hice terminé agotado. La subida por la senda es impresionante, porque yo no hacía nada más que mirar hacia arriba y nunca veía el final y al llegar a la parte alta se me cortó la respiración y tuve que sentarme en una roca y descansar cerca de una hora sin moverme y, sin ánimo de exagerar, no tuve valor de fumarme un cigarro, pues en aquella época fumaba, y para un fumador empedernido estar más de una hora sin fumar es un verdadero sacrifico. Además existe otra cascada lateral llamada de Pozo de las Vacas porque un campesino llevaba un carro de bueyes que cayó al vacío y nunca se pudieron localizar a los animales.

Además de su belleza y de las numerosas visitas que recibe al cabo del año, también se hizo mucho más conocida porque Miguel de Unamuno, el gran escritor, la describió alabándola en   1898, donde relata y describe lo impresionado que quedó por esta cascada.
 

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