Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

En este nuevo artículo sacamos a colación a uno de los más curiosos animales de nuestro entorno, sobradamente conocido por todas las gentes y generalmente confundido con otro muy similar, pero que en realidad no tienen nada que ver, salvo la similitud del nombre y , además, con una mala fama totalmente infundada.

Este interesante animal, suele frecuentar nuestras calurosas noches de verano y se nos coloca de forma visible y  es distinguido por sus características muy peculiares y propias de su forma de vida.

Nos estamos refiriendo al animal conocido técnicamente como Tarentola mauritanica, y que popularmente la llamamos “salamanquesa”, aunque se la suela llamar salamandra equivocadamente, porque no tiene que ver nada con este otro reptil.

Pues bien, la conocida desde ahora como salamanquesa, nuestro reptil, en los noches calurosas y donde existe luz de lámparas o de iluminación, sale a dar una paseo y se dedica a la buena costumbre de alimentarse, porque esta reptil sabe que muchos insectos, mariposillas, polillas y otro tipo parecido de pequeños insectos acuden a la luz atraídos por su luminosidad. Realmente la salamanquesa está activa durante todo el día y también en las horas diurnas en paredes y muros a cualquier hora en espera de capturas de todo tipo.

Más o menos la mayoría nos hemos fijado en su forma de proceder: repta por las paredes con toda solvencia, sin caerse, se aproxima a la fuente de luz y se mantiene en total quietud durante bastante tiempo  y, cuando menos lo esperamos, alarga el cuerpo y especialmente su garganta, abre la boca y captura al asalto a cualquier mariposilla o insecto que estuviera próximo. Su sutileza y astucia las hace parecer estar al acecho y su voracidad es muy grande pues no se conforma con capturar una, sino que espera a una segunda o tercera oportunidad con toda parsimonia y tranquilidad.

Aunque su nombre común es salamanquesa, en cada zona y región tiene un nombre diferente y son más de quince o veinte apelaciones con las que se las conoce.

Este pequeño reptil no es de los más bonitos de la naturaleza, pues a primera vista da la impresión de un ser peligroso y algo repulsivo, debido a su cuerpo en general.

La salamanquesa posee una serie de abultamientos a lo largo del cuerpo como pequeñas protuberancias incluso en la cola. La cola suele ser casi tan larga como el cuerpo y la cabeza es de forma triangular, dos ojos laterales de corte vertical y sin pestañas. Si ven alguna salamanquesa con la cola sin protuberancias es señal que es una cola regenerada por segunda vez, porque pueden perderla por los numerosos depredadores que tienen o como sistema defensivo ante ataques de otro tipo. Tienen cinco dedos en cada pata provistos de minúsculas laminillas rugosas que le permiten reptar pos las paredes y muros e incluso por superficies totalmente lisas.

Estos reptiles se reproducen por huevos en dos puestas a lo largo del año y únicamente depositan dos en cada puesta.  Los huevos suelen eclosionar a los cuatro meses y los pequeños reptiles tardan mucho tiempo en madurar y en llevar vida independiente.

Como casi todos los reptiles cambien el color de su cuerpo dependiendo de la luminosidad y de la temperatura,  en el caso de este reptil, durante la noche el tono es de color más claro que por el día.

Suele refugiarse en pequeñas oquedades de muros, en rajas e incluso en los huecos de las ventanas y persianas, no soliendo entrar en las viviendas.

No atacan a las personas aunque sean hostigados y suelen huir y esconderse y, a veces, incluso perder la cola y no son en absoluto peligrosas para las personas, al contrario, son beneficiosas por la cantidad enorme de insectos, arañas y otros tipos  que eliminan de nuestro convivir diario.

Este reptil es uno de las más frecuentes y típico de la península ibérica, aunque es frecuente en algún que otro país del mediterráneo, pero en España es endémico, conociéndose en todas las regiones y localidades, de ahí  sus numerosos y distintos nombres que recibe en cada zona.

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