No menos conocidos se encuentran estos personajes de historietas que desde pequeños nos alegraron la vida por sus numerosas travesuras de las que gozábamos continuamente.
Como tantos otros personajes de Editorial Bruguera, el inventor y dibujante de Zipi y Zape fue también José Escobar y el primer capítulo apareció en el año 1948, incluido en el número 59 del tebeo “Pulgarcito” y se prolongó hasta 1985, con gran éxito entre los niños de aquella época. Se llegaron a publicar 124.500 ejemplares en el año 1976, ya con varias generaciones de niños desde 1948- y su gran tirada comenzó en el año 1971 donde salía ya como propia revista de edición semanal y como revista “Súper Zipi y Zape” de aparición mensual.
Los personajes se encontraban representados por dos hermanos gemelos, de los que uno tenía el pelo rubio (Zipi) y el otro lucía el pelo moreno (Zape), que vivían con su padre llamado Pantuflo Zapatilla y su madre llamada Jaimita Llobregat. Otro de los personajes era “Sapientín”, primo de Zipi y Zape y muchacho muy culto y estudioso que no era partidario de las travesuras de sus primos.
El contenido de las aventuras de Zipi y Zape transcurrían siempre por divertidos episodios que siempre acababan de forma muy curiosa y descentrada y una de sus mayores habilidades era realizar cosas con buen cariño, pero que siempre acababan mal, por lo que sus padres les castigaban continuamente.
Otra de las características de los personajes era su afición al fútbol, pero no eran del mismo equipo. Así Zipi era forofo del Real Madrid y Zape del Barcelona C.F.
A lo largo de sus ediciones se fueron inventando nuevos personajes que también se hicieron populares como “Don Minervo” que representaba ser el maestro de los niños, que era una persona gruesa y con una barriga inconfundible.
La imagen que recordamos con más impresión eran su físico: unos muchachos altos, con el pelo cortado a cepillo, con pantalones negros, camisas blancas con corbata, jersey rojo con una banda inferior amarilla, zapatos negros y calcetines blancos. Posteriormente su imagen fue modificándose en cuanto sus peinados y su vestimenta, aunque siguieron siendo altos, menos en su época final que aparecieron un poco más rellenos.