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Cuadernos Manchegos
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Indudablemente todos los pueblos de España, mejor dicho, todos los pueblos del mundo tienen sus propias características y peculiaridades, algunas más sorprendentes que otras  y también más originales por distintos motivos, causas de tipo costumbrista, histórico o de demografía, por lo que destacar unos de otros no sería propio el intentar justificar la serie de artículos que hemos clasificado como “Pueblos especiales”, que todos lo son.

En estos artículos simplemente se trata de dar a conocer más ampliamente  a aquellos pueblos, municipios, aldeas o localidades que hemos podido visitar y estar en ellos o, si alguno no lo hemos visitado, sí de aquellos que hemos tenido información, datos y referencias  obtenidas de forma personal en comentarios con amigos, familiares y conocidos que finalmente hemos ampliado con alguna información obtenida por vía digital, para poder actualizar datos o poderlos ampliar, pero que los datos originales proceden de nuestra propia experiencia o adquirida de otras personas.

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En este caso hemos elegido en primer lugar el pueblo de Cella, situado en la provincia de Teruel. Para ubicarlo, Cella se encuentra próxima a la capital de provincia y se puede acceder desde Zaragoza o desde Calatayud por la carretera que pasa por Daroca- Calamocha y lleva  a Teruel capital.

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Es un pueblo importante para la provincia pues dispone de una población estable de unos 2.700 habitantes. El pueblo es de origen romano y entre sus peculiaridades que le hacen diferente es la existencia de la popularmente conocida cono Fuente de Cella, que es un pozo artesiano  de los más grandes  y profundos de Europa y que distribuye aguas para riego a siete localidades convenientemente regulados y con un caudal de 3.550 litros por segundo.

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También es muy curiosa la Plaza de Toros construida por los propios vecinos y con una capacidad de 2.500 personas

Otra de las peculiaridades es el Acueducto romano  construido para regar la zona que procede desde Albarracín hasta Cella con 17 kilómetros de longitud, hoy en desuso.

Además podemos incluir las dos ermitas de la localidad, una de ellas sobre el mismo cauce del pozo artesiano y por si fuera poco uno de los patrones de la localidad es Santa Rosina, a la que  en el pueblo se la llama “La Meona” por lo abundante de lluvias que proporciona.

Y por más, también es conocida por la fiesta de la patata, planta muy cultivada y de fama de buena calidad.

En definitiva es un pueblo que merece la pena visitar y también aconsejaríamos que se acercaran a otras dos localidades próximas: Gea de Albarracín y Albarracín, del que hablaremos en otro artículo y que también hemos tenido oportunidad de conocer.
 

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