Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
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Más de 40 años después del primer caso de sida diagnosticado en España, las cerca de 150.000 personas que viven con VIH en nuestro país se enfrentan a retos que han ido evolucionando a lo largo de sus vidas. “La respuesta al VIH se ha ido adaptando a estas necesidades cambiantes, incorporando enfoques que abarcan tanto la salud física y mental como los aspectos sociales, asegurando un tratamiento integral y centrado en el paciente”, señala José Antonio Pérez Molina, presidente de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA) y copresidente del XXI Congreso Nacional sobre el SIDA e ITS: Las edades del VIH que durante dos días reúne en Toledo a cerca de 300 personas.

En el congreso, continúa el presidente de SEISIDA, “queremos poner el foco en los retos que supone vivir con el VIH y como éstos son distintos a lo largo de la vida de una persona”.

El horizonte vital de las personas con VIH se ha extendido hasta mucho más allá de donde se imaginaba en los años 90. Con el lema las edades del VIH se pretende abordar las diferentes necesidades que demandan las personas con VIH en función de su edad. Así, comenta Pérez Molina, “algo impensable hace años, está ahora en el centro de atención”. Se trata, dice, de cuestiones como “el envejecimiento saludable, el cuidado de otras enfermedades crónicas, el deseo de formar de una familia y tenerla o la reinserción al trabajo; en resumen, la atención y los cuidados de personas con un proyecto vital como el de cualquier otra con una enfermedad crónica, como la diabetes o la hipertensión”.  

En este sentido, recuerda Pablo Ryan, internista del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, y copresidente del XXI Congreso Nacional sobre el SIDA e ITS, debido a este cambio que se está produciendo en el perfil de las personas que viven con VIH, “las estrategias no solo tienen que enfocarse en el diagnóstico y tratamiento del virus, sino en temas sociales de salud pública, como la comorbilidad o el envejecimiento”.

Explica Ryan, de la Junta de SEISIDA, que afortunadamente se ha producido una importante evolución en el conocimiento y los medios disponibles para la atención de las personas con VIH, especialmente en términos de diagnóstico y tratamiento. “El momento en que se produjo la infección, especialmente en aquellas personas que se infectaron hace muchos años, también ha determinado la manera en que se ha manifestado esta infección”, asegura Perez Molina.

Además, añade, “la edad en el momento de la infección por el VIH influye en la forma en que se puede presentar esta infección y cómo se afronta”.

Porque, como recuerda Pablo Ryan, “el diagnóstico temprano del VIH es fundamental para un tratamiento efectivo y para reducir la transmisión del virus. Afortunadamente el número de personas diagnosticadas tardíamente de VIH ha pasado de un 13% en 2017-2019 a un 7,5% en 2021-2022. El objetivo es reducirlo al 5%.

Así, en el contexto de la vigilancia epidemiológica del VIH y SIDA en España para el año 2022, los datos revelan aspectos clave de la situación actual que deben ser considerados en el desarrollo de futuras estrategias de salud pública. En 2022 se notificaron 2.956 nuevos diagnósticos de VIH, cifra muy similar a las de últimos años.

Es crucial destacar que el 85,7% de los diagnósticos corresponden a hombres, con una mediana de edad de 36 años. La transmisión entre hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres (HSH) representa el 55,0% de los casos, seguida por la transmisión heterosexual (24,5%) y entre personas que se inyectan drogas (PID) con un 1,9%. Además, el 46,5% de los nuevos diagnósticos se produjo en personas originarias de otros países, y globalmente el 48,6% presentó un diagnóstico tardío. 

El manejo del envejecimiento y las comorbilidades asociadas representa otro desafío significativo, señaló Pablo Ryan. “A medida que la esperanza de vida de las personas con VIH aumenta, es esencial abordar de manera integral tanto las necesidades relacionadas con el VIH como aquellas asociadas al envejecimiento, promoviendo así un bienestar general”.

Salud mental y bienestar emocional

Otro aspecto clave es la salud mental y el bienestar emocional, que juegan un papel crucial en el cuidado de las personas con VIH. “Es fundamental abordar problemas como la ansiedad, la depresión y otros trastornos para garantizar una atención integral”, comenta Ryan.

Asimismo, Ryan destaca la importancia de garantizar el acceso a la atención médica para todas las poblaciones, especialmente aquellas vulnerables, como las personas que se dedican al trabajo sexual o que usan drogas intravenosas. “El desarrollo de estrategias inclusivas es esencial para superar las barreras que enfrentan estos grupos”.

La monitorización regular y la promoción de la adherencia al tratamiento son pilares fundamentales para el éxito a largo plazo en la gestión del VIH, subraya Julia del Amo, directora de la División para el control del VIH, ITS, hepatitis virales y tuberculosis en la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad. Asimismo, “la prevención combinada, que incluye educación sexual integral y acceso a la profilaxis preexposición (PrEP), sigue siendo una prioridad”.

Para lograr avances significativos en la lucha contra el VIH, agrega, “es fundamental fomentar la colaboración interdisciplinaria y la participación activa de todas personas profesionales de la salud, incluyendo enfermería, farmacia, trabajadores sociales, y representantes de las organizaciones no gubernamentales especializadas en VIH/SIDA”

A esto hay que añadir la madurez del movimiento de respuesta al VIH, que ha conseguido un gran nivel de implicación intersectorial, de profesionalización de la comunidad, y que hoy es un referente para otros movimientos.

Activismo

Así, destaca Oliver Marcos, Secretario General de CESIDA, el activismo del VIH ha ido cambiando a lo largo de los años, adaptándose a las diferentes realidades de la infección. “Es importante destacar grandes avances en el mundo asociativo como el apoyo entre iguales a personas diagnosticadas, los programas de pares intrahospitalarios, la participación activa en las políticas públicas, la difusión de mensajes basados en la evidencia científica como Indetectable = Intransmisible (I=I), la implementación de la PrEP junto con las administraciones públicas y sanitarias, etc.”, destaca.

Pero advierte Marcos que el estigma hacia las personas con VIH sigue presente.

Así, según el informe de 2021 “Creencias y actitudes de la población española hacia las personas con VIH”, un 63,4% de los españoles afirma no conocer a nadie con VIH. El estudio muestra asimismo que hay 4,5 millones de españoles que rechazan a las personas con VIH que, un 12,6% de las personas encuestadas cree que el VIH y el sida tienen que ver con colectivos sociales determinados, y el 6,7% considera que tiene que ver tanto con ciertos colectivos como con hábitos personales y la mitad de las personas que participaron en el estudio indica que la relación más estrecha que podría tener con una persona con el VIH es la de amistad.

Este estudio no es solo una radiografía actual de cómo perciben los españoles socialmente a las personas con VIH, sino también de la evolución con respecto al mismo estudio realizado en sus dos ediciones inmediatamente anteriores, de 2012 y 2008. Por entonces, esa segregación era defendida por un 13% y un 20%, respectivamente.

En este sentido, Julia del Amo, subraya la necesidad de continuar trabajando en la “eliminación del estigma y la discriminación asociadas al VIH y poner en valor el trabajo del Pacto Social por la No Discriminación e igualdad de trato asociados al VIH y el trabajo promovido por el Ministerio de Sanidad durante la Presidencia española de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023 identificando la eliminación del estigma y la discriminación asociadas al VIH como una prioridad política”.

Para Marcos, “resulta necesario formar en competencias comunitarias a profesionales y administraciones para que todos los recursos estén al alcance de las poblaciones clave. Además, debemos cambiar el modelo de atención al paciente con VIH para permitir que la realidad psicosocial de la infección también se tenga en cuenta. Ahora es momento de hablar de envejecimiento, de supervivientes, de personas jóvenes, de migrantes, etc.”.

En este contexto, SEISIDA ha promovido la creación del Grupo de Enfermería Experta en VIH (GEEVIH), que surge ante la necesidad de las enfermeras que trabajan en el ámbito del VIH de crear un espacio donde desarrollar iniciativas que permitan alcanzar la excelencia en la práctica clínica, la investigación y la formación continua en la atención a las personas que viven con VIH en todo el estado

GEEVIH tiene como misión ser un referente en la atención a personas con VIH en todos los servicios de salud del país, contribuyendo activamente al diagnóstico precoz del VIH y otras ITS, así como a la mejora de la calidad de vida a través de la excelencia en la práctica clínica, la investigación y la formación continua.

ITS en España

En el congreso se abordará también la situación de otras infecciones de transmisión sexual (ITS) en España, motivo de preocupación debido al incremento de casos en nuestro país. Según el último informe de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III, los casos de ITS se han disparado en las últimas dos décadas. El informe muestra que el aumento continuo de incidencia por infección gonocócica desde el año 2001 se consolida y, con respecto a la sífilis, España tuvo en 2022 la tasa más elevada de esta enfermedad desde 1995, año en que comienza la vigilancia epidemiológica de la sífilis y la infección gonocócica a nivel estatal. En el caso de la clamidia, también se observa una tendencia creciente en el periodo analizado (2016-2022), con la tasa más elevada en 2022. La clamidia y el linfogranuloma venéreo comienzan a vigilarse en 2015 y el primer año con datos es 2016. La mayoría de los casos afectados por estas ITS fueron hombres adultos jóvenes, aunque se observan algunas diferencias según tipo de infección. El porcentaje de casos en mujeres y en menores de 25 años fue mayor en los casos de la infección por clamidia.

Congreso sida Toledo

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