Multitud de hechos criminales han seguido sin resolver y aún existen numerosas incógnitas a lo largo del tiempo. Unas veces por total disponibilidad de pruebas legales suficientes para inculpar al autor de los hechos, otras veces porque la justicia no ha obrado con la suficiente pertinencia en la búsqueda de pruebas, también ha ocurrido que el asunto no era excesivamente trascendente como para continuar con un expediente que no aportaba situaciones suficientemente claras y en otros casos por la propia habilidad de los asesinos de haber encontrado soluciones previas de máxima calidad, aunque los crímenes no son perfectos.
EL CRIMEN DE LA CALLE TUDESCOS
Hecho ocurrido en el barrio de Malasaña de Madrid, sin que hasta la fecha se haya resuelto en relación a quién fue o fueron los asesinos.
¿Cómo fueron los hechos?
En forma sencilla el asesinato de una mujer en su propio piso.
¿Cuándo se produjeron?
Alrededor de las 14 horas del número 13 -17 de la calle de Tudescos de Madrid, el día 13 de junio del año 1907.
¿Quiénes fueron los personajes?
Concretamente la fallecida era una mujer llamada Vicenta Verdier, natural de Épila, en la provincia de Zaragoza.
El asesino no se ha determinado hasta la fecha.
¿Cuál era la situación de los personajes?
Vicenta Verdier era una mujer que frecuentaba los lugares de cafés y lugares de citas de Madrid y tenía atracción por los hombres. Era una mujer corpulenta, muy bien presentada.
Esta mujer tenía 37 años (1907) y, como hemos indicado, era natural de la localidad de Épila, en la provincia de Zaragoza.
En Madrid tenía tres hermanos Faustina y Claudia, casada y otro hermano Mariano, empleado en un establecimiento de tejidos. Estaba casada con José Novillo durante 22 años y estuvo al servicio de una familia adinerada burguesa, donde conoció a José María Romillo Romillo de 18 años, amante hasta su muerte.
Vicenta tenía pocas amistades, quizá su vecina y la portera eran con las que más conversación tenía y llevaba viviendo cuatro años en el piso.
Durante doce años había mantenido relación con un personaje llamado José Sainz Romillo.
¿Cómo sucedieron los hechos?
Vicenta fue asesinada mediante cuchilladas y cuando se la encontró se encontraba a los pies de la cama con grandes charcos de sangre y casi degollada, a su lado se encontraba un perro bulldog de compañía llamado “Nena”.
A la hora del asesinato, los vecinos oyeron unos fuertes gritos y concretamente, un zapatero que tenía una tienda enfrente de la casa, fue el primero que escuchó los gritos y avisó a la portera subiendo al piso y, no pudiendo abrir, pasaron a notificarlo a la comisaría, que acudieron al lugar, avisando a un cerrajero que abrió la puerta y se encontraron con la mujer asesinada.
Dentro de la vivienda se pudieron observar distintos objetos, ropas de varón, un libro pornográfico, así como una maceta tirada y documentos de tiques de préstamo, así como apariencias de que la asesinada se había movido intentando defenderse.
Sí se encontró en una habitación una ventana abierta que daba a unos tejados de la vivienda próxima, por la que seguramente el asesino había podido escapar.
La detección de los delincuentes
Aunque el asesinato quedaba sin resolver, sí se tuvieron en cuenta los posibles responsables.
…. El amante, que fue interrogado y no se pudieron aportar pruebas.
… La esposa del amante-porque se había casado, continuando sus relaciones con Vicenta- también declaró porque se la había visto discutir en alguna ocasión con Vicenta en la calle.
… José María González, alias “El Tempranillo”, un vividor que había tenido relaciones con ella, pero que no se pudo probar nada.
… Salustiano Fernández Morales, tres años después declaró haber sido él el asesino, inculpándose, que fue detenido en León, pero que quedó en el aire a pesar de haber declarado discutir con Vicente ese día.
… Gregorio Corrochano, que años después fue denunciado por un policía, que reconoció haber tenido relaciones con Vicenta, pero negó haber sido el asesino.
… Luis Miguel Rosales, en el año 1913 fue detenido, pero demostró que nunca había estado en Madrid.
… Antonio Pérez de la Cuesta, miembro del Ku Klus Klan, en 1927, se declaró culpable.
REPERCUSIÓN POSTERIOR
El asesinato tuvo una importante repercusión, no solamente por los hechos, sino también por las numerosas dudas que quedaron sin resolver: en cuanto al asunto del perro; a los despidos de la sirvienta, a la reducción de la cuota de protección y otras más.
Los periódicos, posteriormente, han dedicado numerosos artículos haciendo o intentando aclarar estas dudas.
