Iniciamos una serie de artículos relativos a la existencia y descripción de cuevas excavadas en el propio terreno, que se han venido utilizando en la elaboración de vino por el sistema tradicional.
Los ejemplos que vamos a aportar se refieren en su mayoría a las cuevas excavadas por el propio viticultor en terrenos de todo tipo, calizos, arcillosos que permitían, mediante la utilización “de pico y pala,” la profundización en el interior del terreno para elaboración de vino.
En general, la mayoría de este tipo de cuevas se realizaban aprovechando las laderas de los cerros, oteros o pequeños promontorios o montículos en las proximidades del núcleo urbano de la población, aunque también es frecuente que las cuevas se picaran debajo de las propias viviendas y en el mismo casco urbano de la población.
En algunas ocasiones algunas de las cuevas se utilizaron para otros fines, como meros almacenes e incluso algunas se empleaban como simplemente lagares que abastecían a las cuevas para la fermentación y almacenamiento de vino y que incluso podían ser comunales.
La mayoría de ellas se dedicaron a la elaboración de vino al consumo familiar, sin desestimar las que también procedían a la venta de vino a bodegas almacenadoras y embotelladoras.
En el estudio hemos desestimado aquellas cuevas en las que no ha existido la excavación realizada por la mano de las personas y que coinciden con las realizadas durante los siglos XVI al final del XVIII.
Pasaremos a ir ampliando la información según vayamos describiendo cada uno de los casos.
En esta primera entrega hemos seleccionado la localidad de Torrijo de la Cañada, en la provincia de Zaragoza.
TORRIJO DE LA CAÑADA (Zaragoza)
Municipio y localidad situada al suroeste de la provincia, Comunidad Autónoma de Aragón, cuyo término municipal se localiza en el valle del río Manubles, afluente del río Jalón.
En el año 2023 disponía de 201 habitantes y su término municipal tiene una superficie de 7.460 hectáreas y una densidad de población de 2,64 habitantes/km/2.
DATOS DE LA LOCALIDAD
En el siglo III fueron degollados los santos Félix y Régula el 11 de septiembre del año 300, por orden de Daciano, cuyas efigies se conservan en una ermita en las afueras del pueblo.
Sus monumentos más importantes son: La Iglesia de Nuestra Señora del Hortal; el Palacio Consistorial, un Torreón-puente de la antigua muralla de estilo gótico, Iglesia de San Juan de sillería; Fortaleza medieval, Ermita de Santa Cristina y otro peirón dedicado a San Vicente.
CUEVAS TRADICIONALES
En lo alto de la cumbre de Santa María, donde se sitúa la antigua ermita, se pueden observar unas 400 cuevas cuevas-entendidas como bodegas-que se encuentran ubicadas a lo largo y ancho de toda la ladera en una impresionante visión de conjunto. Se comenzaron a excavar a partir del siglo XVIII con la revolución del cultivo de la vid.
El terreno del cerro y la consistencia de la tierra depende de la zona de la ladera, encontrándose con arenas blancas, conglomerados o zonas de piedra y manto de arcilla,
La entrada a las cuevas se encuentra con un muro de mampostería y la portada con losas de piedra de canto al modo de jamba.
Se habilitaron y usaron para elaboración de vino, también como almacén y en la actualidad está limitada a su utilización para reuniones de peñas, familiares, aunque existe un proyecto de rehabilitación de las cuevas subvencionadas, que permitiría evitar el derrumbamiento de las mismas y permitir su conservación.
