Cada 2 de mayo, se celebra el Día Mundial del Atún, una fecha establecida por las Naciones Unidas para recordar la importancia ecológica, económica y nutricional de esta especie marina que, durante siglos, ha sido clave en la alimentación y el desarrollo de muchas naciones costeras. Este día no es simplemente un homenaje al atún como recurso alimenticio, sino también un llamado global a la reflexión y la acción sobre la sostenibilidad del océano y la conservación de sus especies.
Acompáñanos en este recorrido por la historia, el valor nutricional, la situación actual de la pesca de atún y los esfuerzos internacionales que se están llevando a cabo para proteger esta valiosa especie.
¿Por qué se celebra el Día Mundial del Atún?
Una fecha para recordar y actuar
El Día Mundial del Atún fue proclamado oficialmente por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2016. Esta iniciativa fue propuesta por países que dependen significativamente de la pesca del atún, como los Estados insulares del Pacífico. La razón es clara: el atún no solo es una fuente clave de proteínas para millones de personas, sino que también representa un sustento económico para numerosas comunidades pesqueras en el mundo.
Un recurso bajo presión
El objetivo principal de esta conmemoración es generar conciencia sobre la sobrepesca y la necesidad urgente de prácticas sostenibles. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), más del 30 % de las poblaciones mundiales de atún están siendo explotadas a niveles insostenibles. En otras palabras, estamos pescando más atunes de los que los océanos pueden reponer naturalmente.
La importancia del atún en el mundo
Un pez, muchas variedades
Cuando hablamos de «atún», nos referimos en realidad a un grupo de varias especies dentro de la familia de los escómbridos. Las más conocidas y consumidas a nivel mundial son:
- Atún rojo (Thunnus thynnus), especialmente valorado en la cocina japonesa.
- Atún blanco o albacora (Thunnus alalunga), muy común en conservas.
- Atún aleta amarilla (Thunnus albacares), presente en numerosos platos del Pacífico y del Caribe.
- Atún listado o barrilete (Katsuwonus pelamis), el más usado en la industria del atún enlatado.
Un alimento nutritivo y versátil
Desde el punto de vista nutricional, el atún es una fuente de proteína magra de alta calidad, rica en ácidos grasos omega-3, vitaminas B y D, y minerales esenciales como el selenio y el fósforo. Su bajo contenido en grasas saturadas lo convierte en una excelente opción para una dieta saludable.
Por su sabor suave y textura firme, el atún ha conquistado las cocinas del mundo: desde el sashimi japonés hasta las ensaladas mediterráneas, pasando por empanadas, guisos y platos gourmet de alta cocina.
La crisis del atún: un recurso en riesgo
La amenaza de la sobrepesca
Una de las mayores preocupaciones actuales es la sobreexplotación de las especies de atún más demandadas. La pesca industrial ha alcanzado niveles nunca antes vistos, impulsada por el consumo masivo y la alta rentabilidad del mercado. Grandes embarcaciones equipadas con tecnología de localización satelital y redes de cerco capturan toneladas de atún diariamente.
Según datos de la FAO, el 33,3 % de las pesquerías de atún en el mundo están sobreexplotadas, mientras que otro 58,5 % se encuentran explotadas al máximo sostenible. Esto implica un margen muy estrecho para el error.
¿Qué es la pesca ilegal y por qué es tan dañina?
Un factor agravante es la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR). Estas prácticas no solo dañan los ecosistemas, sino que también socavan los esfuerzos de los países que están comprometidos con una pesca sostenible. Muchas veces, los barcos que operan fuera de la ley destruyen hábitats marinos, capturan especies protegidas y exceden los límites permitidos, sin rendir cuentas ante ninguna autoridad.
El impacto ambiental y social
Además de su impacto ecológico, la sobrepesca y la pesca ilegal afectan a las comunidades locales que dependen del atún para sobrevivir. Al reducirse las capturas, se pone en riesgo la seguridad alimentaria, se incrementa la competencia por recursos cada vez más escasos y se generan conflictos por el acceso a las zonas de pesca.
¿Qué se está haciendo para proteger al atún?
Organismos internacionales en acción
Diversas organizaciones internacionales están trabajando para asegurar el futuro del atún y de las comunidades que viven de él. Entre las más importantes se encuentran:
- Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT): regula la pesca de atunes y especies afines en el océano Atlántico.
- Comisión del Atún del Océano Índico (IOTC).
- Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT): supervisa las actividades en el océano Pacífico oriental.
- Comisión de Pesca del Pacífico Occidental y Central (WCPFC).
Estas entidades establecen cuotas, tallas mínimas, temporadas de veda y otras medidas para evitar el colapso de las poblaciones.
Certificaciones y consumo responsable
Como consumidores, también podemos contribuir. Optar por atún con certificación de pesca sostenible —como la que otorga el Marine Stewardship Council (MSC)— garantiza que el producto proviene de fuentes responsables.
Otra iniciativa relevante es el etiquetado claro de origen, que nos permite saber de dónde proviene el atún que compramos y cómo fue capturado. De esta forma, incentivamos prácticas más éticas y transparentes en la industria pesquera.
El papel de la ciencia y la tecnología
La innovación tecnológica también está siendo una gran aliada en esta causa. Gracias a los sistemas de rastreo satelital, los sensores de monitoreo ambiental y los análisis genéticos, los científicos pueden seguir de cerca las migraciones del atún, identificar zonas críticas para su reproducción y evaluar el estado real de las poblaciones.
Además, la inteligencia artificial y el big data están ayudando a predecir comportamientos migratorios y a mejorar la toma de decisiones en la gestión pesquera.
¿Cómo podemos contribuir desde casa?
Educación y sensibilización
Uno de los pasos más importantes es informarnos. Al conocer la realidad del atún y el impacto de nuestras decisiones de consumo, podemos ser parte activa del cambio. Compartir esta información con familiares, amigos y redes sociales amplifica el mensaje y promueve una cultura de respeto hacia los océanos.
Elegir con conciencia
En la medida de lo posible, debemos optar por productos de pesca sostenible y rechazar aquellos cuya procedencia no sea clara o provengan de pesquerías que no cumplen con normativas ambientales.
También es recomendable diversificar nuestra dieta, consumiendo otros tipos de pescados o proteínas para aliviar la presión sobre el atún.
El Día Mundial del Atún, celebrado cada 2 de mayo, no es simplemente una efeméride más en el calendario ambiental. Es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con el océano y con uno de sus habitantes más emblemáticos. El atún representa una intersección vital entre economía, ecología y cultura gastronómica global.
Hoy, más que nunca, debemos asumir la responsabilidad compartida de proteger este recurso, garantizando su disponibilidad para las generaciones futuras. Desde la acción individual hasta la cooperación internacional, todos tenemos un papel que desempeñar. Recordemos que el futuro del atún —y de nuestros océanos— está en nuestras manos.














