En una concentración celebrada en la Plaza de España de Tomelloso y convocada por IU, Podemos, Las Terreras y JJSS, centenas de ciudadanos se reunieron este sábado para mostrar su apoyo al pueblo palestino.
En el acto ha reinado la emoción, con numerosas consignas y una profunda demanda de justicia internacional. Bajo el grito unánime de “¡Palestina libre!”, los asistentes expresaron su rechazo a la violencia y denunciaron la situación que atraviesa la Franja de Gaza.
La jornada, marcada por un ambiente de solidaridad y denuncia pacífica, se escucharon proclamas como “Cada niño muerto es un hijo nuestro” y “No es una guerra, es un genocidio”. Las voces de las personas que hablaron resonaron con fuerza, reclamando el fin de lo que muchos consideran un castigo colectivo contra la población civil palestina.
Uno de los momentos más impactantes fue la mención a la situación de los hospitales en Gaza, descrita por uno de los intervinientes con palabras duras pero reveladoras: “Era un hospital, no una base militar”. Una frase que resume el sentir de muchos que denuncian ataques indiscriminados contra infraestructuras civiles.
El acto también sirvió para señalar lo que varios de los presentes calificaron como una “complicidad silenciosa” de parte de los grandes medios de comunicación y líderes políticos occidentales. “Esto sale en algunas noticias, pero las que están cobradas por una entidad israelista, no lo muestran”, denunció una persona, que hizo un llamado a “romper el silencio” y amplificar las voces que luchan por la paz.
Solidaridad desde España: “Gaza aguanta, el mundo se levanta”
Tomelloso se sumó así a una ola de movilizaciones que han tenido lugar en diferentes puntos del país bajo el lema: “Gaza aguanta, España se levanta”. Los participantes no dudaron en exigir al Gobierno español una postura más firme en defensa de los derechos humanos, y en rechazar cualquier forma de violencia venga de donde venga.
“No estamos a favor de la guerra, estamos a favor de la paz, estamos a favor de la convivencia”, declaró uno de los asistentes, mientras enfatizaba la necesidad de una política exterior más comprometida con la justicia internacional.
Además, se criticó el papel de la comunidad internacional frente al bloqueo a Gaza, describiéndolo como “la cárcel más grande del mundo”. En ese sentido, se mencionó la importancia de iniciativas como las flotillas humanitarias: “Esta flotilla lleva comida nada más, no lleva armas. ¿Qué va a pasar si la detienen?”, se preguntó un participante, visibilizando los obstáculos que enfrentan las acciones solidarias.
“Lo único que se queda es el pueblo que alza la voz”
Entre consignas reiteradas como “Estado sionista, Estado terrorista”, los participantes dejaron claro su compromiso con la causa palestina, pero también su decepción con la clase política actual: “Ya no tenemos políticos de verdad… Todo está pagado o vendido”, lamentaron.
Frente a este escenario, los organizadores hicieron una llamada a la ciudadanía para mantenerse firmes en la defensa de los derechos humanos y seguir visibilizando el sufrimiento del pueblo palestino. “Tenemos que saber que estamos en una causa buena, que estamos en el lado correcto de la historia”, afirmaron.
Algunas de las numerosas intervenciones
Varias personas han alzado la voz en nombre del pueblo palestino, reclamando la atención de la comunidad internacional frente a lo que definen como un “genocidio”.
Se ha subrayado la importancia de romper el silencio ante «las graves violaciones de derechos humanos que afectan a miles de personas inocentes». “El crimen siempre va a ser callar, lo veamos por donde lo veamos”, declaró, instando a la ciudadanía europea a no dar la espalda a la tragedia.
También se puso el foco en la contradicción de sociedades que se declaran defensoras de la democracia y los derechos humanos, pero que, según afirmaron algunos intervinientes, “allí no llegan, allí no están, allí no existen”. Con voz firme, recordaron que “todos somos iguales y no hay que hacer diferencia por color de piel ni religión”.
También se escucharon alegatos directos como “Solo pido que nos unamos en una causa, que nuestra voz se pueda escuchar, que llegue a ellos y que paren de una vez”. También se denunció que médicos en la Franja de Gaza se ven obligados a tomar decisiones imposibles, como escoger a quién salvar ante la falta de recursos sanitarios.
En este contexto, se pidió a la sociedad española y europea mayor implicación, ya sea a través de manifestaciones, campañas de sensibilización o apoyo humanitario. “Hoy no hablo desde la política, sino desde la humanidad”, remarcó un interviniente.
Palestina, símbolo de resistencia
También se reiteraron en varias ocasiones la consigna “¡Palestina libre!”, subrayando que la lucha del pueblo palestino no es únicamente territorial, sino también un emblema de resistencia universal.
“Palestina no es solo un lugar en el mapa, es un pueblo que resiste, que sueña, que sigue de pie a pesar del dolor”, exclamaron.
Asimismo, se ha recrodado el papel de asociaciones locales como Unidos por Palestina, una organización que envía agua, alimentos y ayuda económica a Gaza.
Una advertencia que trasciende fronteras
Se argumentó que la «la indiferencia puede tener consecuencias más amplias: Hoy es allí, mañana puede ser aquí”. «La pasividad social frente a la injusticia sienta un precedente que erosiona los valores fundamentales de cualquier democracia».
Una persona lanzó un mensaje contundente: “Les pido que no den la espalda, que no se olviden de Palestina, porque nuestra lucha no es solo por Palestina, es por la humanidad entera”.
Palestina sigue presente en el corazón de Tomelloso, y con proclamas como “Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá”, los vecinos dejaron claro que su solidaridad trasciende fronteras. La jornada finalizó con aplausos, abrazos y el eco de una causa que sigue sumando voces en todo el mundo.
Os dejamos con el manifiesto íntegro de los grupos convocantes y las fotografías del acto
Manifiesto por Palestina: que cese el genocidio
Hoy nos reunimos con una sola voz, una voz que nace de la indignación, de la memoria y de la humanidad compartida. Una voz que no puede permanecer en silencio frente al dolor del pueblo palestino, frente a la masacre que asfixia a Gaza.
Lo que ocurre en la Franja no puede llamarse “conflicto” ni “enfrentamiento”: es un genocidio en curso. Gaza, un territorio bloqueado por aire, mar y tierra, es hoy un espacio de muerte y desolación. No hay refugios seguros, no hay hospitales intactos, no hay agua ni alimentos suficientes. Millones de personas son castigadas colectivamente, condenadas a vivir bajo un asedio que niega los derechos más básicos: la vida, la salud, la educación, el futuro.
Cada bomba que destruye una casa, destruye también una historia familiar. Cada hospital arrasado es un derecho humano arrancado de raíz. Cada niño asesinado nos recuerda que no hay guerra justa cuando quienes mueren son los inocentes.
Pedimos el alto el fuego porque la sangre de miles de civiles no puede justificarse bajo ningún pretexto.
Pedimos el alto el fuego porque la respuesta militar nunca será la solución a una herida histórica que solo puede sanar con justicia y dignidad.
Pedimos el alto el fuego porque la humanidad no puede construirse sobre la ruina de un pueblo.
Pedimos que los gobiernos dejen de ser cómplices con su silencio. Que la vida vuelva a brotar en Gaza como un olivo que nunca muere.
Exigimos también:
- El fin inmediato del asedio que convierte a Gaza en una prisión a cielo abierto.
- La entrada de ayuda humanitaria sin restricciones, para que el pueblo palestino pueda acceder a alimentos, medicinas y agua.
- El reconocimiento del derecho de Palestina a la autodeterminación y a vivir en libertad.
- Que los gobiernos del mundo dejen de ser cómplices con su silencio y actúen ya, imponiendo medidas reales a quienes violan los derechos humanos y el derecho internacional.
Nuestro compromiso es con la vida, con la paz y con la justicia. No pedimos compasión, pedimos acción. No pedimos discursos vacíos, pedimos pasos firmes hacia un futuro en el que Palestina pueda respirar libre, en el que las niñas y niños puedan crecer sin miedo, en el que los olivos vuelvan a florecer sobre la tierra y no entre las ruinas.
El otro día fue interceptada y bloqueada la flotilla por la paz. La flotilla no es un simple conjunto de barcos: es un símbolo de resistencia civil, de cooperación internacional de esperanza frente a la injusticia. Su misión es clara: romper el bloque ilegal que asfixia a Gaza, llevar ayuda humanitaria y exigir el respeto de los derechos humanos fundamentales.
Denunciamos que la flotilla haya sido interceptada, bloqueada y criminalizada por llevar un mensaje que ningún poder puede silenciar: Palestina tiene derecho a vivir en libertad, sin muros, sin asedio, sin ocupación.
Por ellos exigimos también la liberación inmediata de la flotilla y de todas las personas que participen en ella y que todos los gobiernos rompan su relación con Israel para que dejen su apoyo a este genocidio y que lo sigan reconociendo como tal.
Hoy decimos: Basta ya de guerra. Basta ya de genocidio. Basta ya de silencio.
Que nuestra voz resuene allí donde se quiera apagar la verdad. Que Palestina sepa que no está sola, que hay pueblos en pie, gritando junto a ella.
Porque mientras quede una voz que diga “Palestina vive, Palestina resiste, Palestina será libre”, la esperanza seguirá latiendo.
