Ya ha pasado la feria en Tomelloso y es momento de hacer balance. En pleno 2025 resulta chocante que no se haya reparado en un hecho evidente: en el cartel artístico falta la mitad de la población. Un simple vistazo al programa basta para comprobar que las mujeres brillan por su ausencia en los escenarios.
No ha sido difícil hacer números: en una ojeada a las fotos se aprecia la abrumadora cantidad de artistas masculinos (cantantes, tributos, DJs, orquestas) frente a un par de apariciones femeninas puntuales. Sin embargo, no queremos que nos acusen de exagerar, así que decidimos ahondar en el asunto:
- Escenario Paco Gálvez (plato fuerte de la feria, actuaciones grandes y en su mayoría pagadas): 0 actuaciones femeninas como cabeza de cartel frente a 7 masculinas. Si contamos la actuación infantil de Juan D y Beatriz, donde Beatriz aparece como co-protagonista, hablamos de 1 de 8, es decir un 12,5%.
- Escenario de los Mojitos: 18 DJs, todos hombres.
- Escenario de los Chiringuitos: 14 DJs, todos hombres.
- Escenario del Vermouth: 24 actuaciones en total, de las cuales tan solo 2 están encabezadas por mujeres, lo que equivale a un 8,3%. Si tenemos en cuenta las charangas (en las que puede que hayan participado mujeres) el porcentaje asciende a un 16,7%.
- Plaza de España: 5 espectáculos en total, 1 está protagonizado por hombres y los 4 restantes son actuaciones mixtas.
Los números hablan solos: en los grandes espacios de la feria la ausencia de mujeres es casi total.
Este no es un fenómeno nuevo: ocurre en festivales, salas de conciertos y espacios artísticos de todo tipo. La escasa presencia de mujeres en los carteles es ya una denuncia recurrente. Pero duele más cuando ocurre en un contexto público y local, en unas fiestas grandes que deberían reflejar la pluralidad de la ciudadanía y ofrecer referentes diversos.
Muchos, al leer esto, hablarán de cuotas, de que lo importante es otra cosa, etc. Sin embargo, para nosotras esto se parece más a una exclusión estructural y casi forzada. Cuesta creer que sea imposible encontrar alguna artista como cabeza de cartel, o algún grupo femenino —incluso mixto— para los tributos, por no hablar de la ausencia total de DJs mujeres.De hecho, la escena musical está llena de mujeres con trayectoria y calidad suficiente, también en nuestra tierra. No hablamos de forzar nada, sino de reconocer un talento que ya existe. Y lo más preocupante es que parece que nadie lo percibe: ni en el equipo de gobierno, ni en la organización de las fiestas nadie dijo “oye, que no hay mujeres”.
También nos preocupa la falta de referentes. Las niñas y jóvenes que acuden a la feria no encuentran apenas mujeres en los escenarios. Y eso no es un detalle menor: significa crecer con la idea de que el protagonismo artístico pertenece a los hombres, mientras ellas quedan relegadas a espectadoras.
Este no es un problema puntual ni exclusivo de este año: el panorama del año pasado fue prácticamente idéntico. Tampoco puede achacarse solo al actual equipo de gobierno, que ha pasado por alto la presencia de mujeres al diseñar la programación. La oposición, por su parte, tampoco ha reparado en ello: ha criticado precios y calidad de las actuaciones, pero no ha dicho una palabra sobre la cuestión de género. Y no es algo que ocurra solo en Tomelloso: basta mirar las ferias de los pueblos vecinos para comprobar que la situación se repite.
Ojalá este análisis anime a los futuros organizadores a mantener una mirada más consciente y abierta. No hablamos de calidad, ni de cantidad, ni de precio: hablamos de perspectiva de género. Porque unas fiestas grandes, locales y públicas deberían ser de todas las personas y para todas las personas.
Colectivo Feminista «Las Terreras»














