Hoy, 8 de septiembre, Tomelloso amaneció con olor a cuadernos nuevos y vendimia temprana. En la esquina de la Posada de los Portales, Lucía ajustó la correa de su mochila como quien se enfunda una armadura pequeña pero valiente. Su padre, aún con manos de campo, le deseó suerte y le recordó que cada septiembre es una uva distinta: hay que exprimirla con ganas para que el año tenga buen vino.
Castilla-La Mancha da el pistoletazo de salida al curso 2025/2026 en la mayoría de enseñanzas precisamente hoy, una fecha marcada en rojo en todos los calendarios escolares de la región. C
En la fila de Infantil, los nervios suenan a cremalleras; en Primaria, a lápices recién afilados; en Secundaria, a móviles silenciados de mala gana. Los profes abren las puertas como si fueran cortinas de escenario: empieza una obra larga, con tres actos y descansos de Navidad y Semana Santa, donde los protagonistas —los peques y los no tan peques— aprenderán a conjugar verbos, ecuaciones y compañerismo. Las familias, entre fotos y abrazos, hacen números y promesas: este año habrá más lectura antes de dormir y menos pantallas a deshoras.
Lucía entra al aula y huele a pintura reciente. Mira el horario, localiza a su amiga Irene y se sientan juntas, conspirando sobre el recreo y la primera excursión. Afuera, Tomelloso recupera su latido de septiembre: tráfico suave en la avenida, pan caliente en las panaderías y un rumor común que dice “ya estamos de vuelta”. La ciudad entera, como un cuaderno por estrenar, espera su primera frase.
Sergio Bernao
