“El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños”.
Eleanor Roosevelt.
El CEIP San José de Calasanz de Tomelloso soñaba con tener en sus instalaciones un pequeño huerto. Sencillo. Sin altas pretensiones. Un huerto para acercar a sus alumnos y alumnas la realidad de la plantación, siembra y cuidado de diferentes especies vegetales para poder comprobar, que, con cuidado y mimo, ese huerto dará sus frutos.
El centro escolar poseía espacio suficiente para tal fin, pero no la mano de obra necesaria y experta para estos menesteres. Afortunadamente, y gracias a AFAS y al Ayuntamiento de Tomelloso, el sueño de esta comunidad educativa ya es una realidad. Durante varias jornadas se ha acotado el espacio, se ha traído tierra apropiada para la siembra, se ha instalado el sistema de riego y se han comenzado a plantar los primeros tallos. Tomates, calabacines, calabazas y otras hortalizas podrán ser recogidos en los próximos meses.
De todas las tareas han sido testigos privilegiados los alumnos y alumnas del Calasanz, sobre todo los más pequeños de Educación Infantil, los que se han mostrado expectantes y muy ilusionados con el proyecto. De hecho, los más pequeños guardarán ese recuerdo de que el huerto inició su andadura en el CEIP San José de Calasanz el mismo curso que ellos.
Durante este último trimestre del curso 2024/25, los alumnos y alumnas de Infantil han trabajado el proyecto del huerto, donde han aprendido las labores necesarias para sacarlo adelante, los diferentes alimentos que se pueden obtener y las herramientas necesarias para su cuidado.
Hay que tener en cuenta que los huertos escolares son muy beneficiosos para la tierra; la horticultura orgánica conserva el suelo, protege el medio ambiente y favorece la naturaleza. Además, permite obtener alimentos frescos y seguros durante todo el año. Trasladado al ámbito escolar, los huertos son un espacio para desarrollar destrezas motrices, trabajar en equipo, fomentar la responsabilidad, enseñar la sostenibilidad y aprender sobre los alimentos, entre muchas de sus ventajas.
A partir de ahora queda cuidar el pequeño huerto, regarlo, abonarlo y recoger los frutos. Igual que los docentes con los alumnos y alumnas. Esta similitud hace aún más importante la creación de este pequeño oasis. El proyecto de Educación Infantil ha acabado, pero el huerto ya forma parte del centro. En cada estación se cosecharán frutos de temporada, se comprobará su evolución y, al fin y al cabo, se aprenderá cómo el pequeño huerto toma vida.
