Los empotres y galerías donde se puede caminar por la parte superior de las tinajas que habilitan y favorecen el manejo de la fermentación y el cuidado del mosto y vino en las cuevas gozan de un estilo muy peculiar, tanto en los empotres, como en barandas y pasillos, donde nos hemos encontrado con verdaderas obras de arte, apreciable en la base de los empotres y los barrotes de las barandas y que suponen una visión nueva de las cuevas, en comparación con las más tradicionales, que son más serias y formales, realizadas con su aspecto original, sin grandes modificaciones.
Un aspecto interesante es la conservación que se mantiene en muchas cuevas de las antiguas instalaciones eléctricas que aún se conservan, recordando que las primeras instalaciones de luz eléctrica en Tomelloso comenzaron a partir del año 1900 y todavía hemos encontrado este tipo de instalaciones con piezas de bakelita, con interruptores y cortacorrientes clásicos de este material y pulsadores de clavija giratoria y que hemos podido comprobar de forma muy frecuente.
Los barrotes de las barandas eran de madera en las primeras, también las barandas metálicas en forma de tubos y en otras ocasiones de yeso enlucidos y de distintos modelos.
No suele ser muy frecuente las pinturas con dibujos en las tinajas, aunque es más frecuente distintos detalles decorativos que dan impresión de modernismo.
Tampoco es frecuente la pintura de las tinajas con barnices o pinturas plásticas de tonos diferentes, aunque algunas se encuentran pintadas de blanco y mucho menos frecuente de colores.
Sí es frecuente, como es lógico, la instalación de luz eléctrica para proporcionar iluminación y también es frecuente en algunas la utilización de pequeños focos detrás del culo de la tinaja de forma alternativa a lo largo de la cueva, pero no es frecuente una decoración con modernas lámparas.
Generalizando, podemos reconocer que el estado de higiene y limpieza se encuentra bien cuidado, puesto que la posible abundancia de suciedad no es muy abundante y únicamente producida por la entrada por las lumbreras, que como ya hemos referido en otros artículos, muchas de ellas portan en la parte superior o en la parte inmediata inferior de las láminas barras de láminas de metal con mallas de finos agujeros que impiden la entrada de suciedades ajenas al simple polvo de la calle, además de que es frecuente que las lumbreras se encuentran tapadas la mayor parte del año.
Las cuevas que hemos podido visitar se cuidan por el mantenimiento de los propietarios que, con cierta periodicidad limpian el suelo, los pasillos y las escaleras y se mantienen en perfecto estado de poderse visitar, como nos ha ocurrido en nuestras visitas.















Avanzando en nuestro trabajo, pasaremos en los próximos artículos a observaciones de importancia sobre el proceso de nuestras cuevas.














